07 octubre, 2013

Recordando a Harry Potter y el príncipe mestizo de J. K. Rowling

Como ustedes saben, he leído completa la saga de Harry Potter y la amo. Crecí con ella y soy generación potterhead. A pesar de que adoro la historia y muchos de los momentos literarios que tiene, no todos los libros están en mi altar. Tengo mis reservas, especialmente con el quinto libro. Pero el sexto, ah, el sexto es otra cosa.

Harry Potter y el príncipe mestizo rescata la saga en todos los sentidos, después de haber caído en el hoyo existencial de Harry, la oscuridad de la maldad y la sorpresiva muerte de Sirius, el sexto libro es alegre, a pesar de su final tan emblemático y triste. Está entre mis libros favoritos porque los personajes dan un salto más profundo en sus personalidades: Hermione, tan inteligente que ¿cómo puede encelarse tan fácil?; Ron, siempre haciendo reír con sus comentarios y ahora debe enfrentar el sentimiento de inferioridad que tendrá su clímax en las Reliquias; y Harry, que en realidad siempre ha sido mi personaje menos favorito de los tres, pero que en esta ocasión debe enfrentar el precio de su curiosidad (el impacto que le causó saber que Snape, asesino de Dumbledore, es el autor del libro de pociones) y de asumir su papel como héroe, es decir, basta de sus dudas y dilemas, él es el héroe.

En este libro ocurre mucho mucho mucho más de lo que pudieron mostrar en la adaptación cinematográfica. Me gusta la parte final, la primera gran batalla en Hogwarts, la organización metódica de Draco Malfoy para cumplir su papel de seguidor fiel de Voldemort, aunque se muera de miedo. Sí, sin duda Draco crece demasiado en este libro, tanto así que el primer capítulo habla sobre cómo su madre va a rogarle a Snape que proteja a su hijo. ¡Y Snape hace el juramento inquebrantable! Algo que me sigue sorprendiendo hasta la fecha porque esa escena es pieza clave en el gran engranaje del papel de Snape durante TODA la saga.

También adoro el sexto libro porque ahonda en la personalidad de Voldemort. En pocos libros uno llega a conocer al villano de esta manera. Rowling logra que detestes a Voldemort, a pesar de su pasado no hay justificación para sus actos. El villano debe morir. Los viajes al pasado gracias al pensador de Dumbledore son una cosa ma-ra-vi-llo-sa, cuántas veces deseé tener uno en casa. El pasado de Tom Riddle también es parte fundamental de la historia, uno puede llegar a comprender fácilmente que Harry no lo haya conocido antes porque no era el momento adecuado. Después de la muerte de Dumbledore, cuando asume verdaderamente el reto de eliminar a Voldemort, Harry podrá apreciar mejor el pasado de este mago malvado, concibiéndolo como un ser humano mágico que ha errado el camino, no como el mago más tenebroso de todos los tiempos, ¡punto clave de la literatura y la vida real! Es decir, Rowling humaniza a Voldemort, aunque el villano se resista.

Dumbledore muere. Pero el maldito ya sabía que iba a morir, así que el funeral (donde lloré muchísimo) es parte del gran plan del anciano loco. Amo a Dumbledore aunque no es mi personaje favorito. Como guía de Harry llegué a admirarlo muchísimo, y como director de Hogwarts mucho más. La escena más memorable, sin duda, es la del guardapelo. Esa mezcla perfecta entre tensión y miedo. Imaginen, recuerden un momento: la desesperación de Harry por dar de beber todo el veneno a Dumbledore; la desesperación de Dumbledore porque ya no quiere la poción, los fantasmas de su pasado le nublan la cabeza; súmese el miedo de Harry por la posible muerte de Dumbledore, además de la presión de obtener el guardapelo a cualquier costo; y para rematar: ¡los zombis!, quiero decir, ¡los inferi! Muertos vivientes saliendo de las aguas, acechando a los dos magos, uno temblando de miedo, el otro gritando de dolor. A duras penas logran escapar sólo para descubrir que el guardapelo ¡es falso! ¡Qué desesperación! Cuánto temblé durante esas líneas.

Finalmente, la relación entre Hermione y Ron es bellísima, divertida y satisfactoria. Ese tipo de amor mantiene la chispa alegre en la novela. Me gusta Ron, él es mi novio literario de toda la vida (al menos hasta ahora). Aunque hayan discutido durante casi todo el libro, el abrazo del final, en el funeral de Dumbledore, es el sello perfecto del amor-amistad.

harry-potter-y-el-misterio-del-principe

Sí, me encanta este libro. Ya me dieron ganas de releerlo, tan sólo por escribir esta entrada xD Si no han leído Harry Potter y han llegado hasta esta línea: Siento haberles revelado demasiada información (aunque, según yo, ya todo el mundo lo sabe). Si ya leyeron esta saga, ¿qué opinan? ¿están de acuerdo con mis comentarios?

1 comentario:

VaLe... dijo...

No he leido Harry Potter pero ya me dieron ganas de leerlo. Ademas me dejaste pensando en mi novio literario ¿Como es posible que no tenga uno?

Jajaja

Bonito dia Abril!
Saludos grandes grandes!