21 diciembre, 2014

La caída

Todo es horrible. Muy horrible. Veo cómo una persona se tira al vacío aún cuando hay mil razones sujetándola para que no lo haga. No sé si es dolor, si es ignorancia, si es hastío... Su cuerpo tiembla y con grito ahogado se golpea a sí misma, se daña y se lanza. Durante la caída pide perdón por todo lo que hizo y lo que no hizo, pero es absurdo porque ya nadie le guarda rencor. Ella es su peor enemigo. Esa persona que tiene mil razones para vivir guarda dentro de sí otras mil razones para morir, a las que le da más peso, mayor importancia. No hay nadie a quien odie más que a sí misma. Esa persona se de-tes-ta. Cae en la cuenta de que ella es la responsable de esa caída vertiginosa y, con un verdadero miedo de morir, impulsa el cuerpo hacia arriba como si intentara volar. Pero es demasiado tarde, el suelo está tan cerca que puede ver el lugar exacto donde su cuerpo se hará añicos.

03 diciembre, 2014

Péndulo

El horror se cierne sobre mi vida. Horror social. Horror político. Horror horror. Hay una luz que no se apaga, así soplen vientos fuertes fuertes, no se apaga. Justo en la conjunción de luz y sombra me encuentro a veces, oscilando entre una y otra, probando cucharadas de desesperanza, cucharadas de felicidad.

Mitad mía llena de luz.

Mitad mía sumida en la oscuridad.

Mitades, como si pudiera ser una fruta. Cuerpo seccionado, alma seccionada. Falso.

Sé que yo decido, sé que yo elijo hacia qué lado me inclino. Sé que permito la influencia de otros para tomar mis propias decisiones. A veces el horror es atractivo, la lucidez requiere compromisos.

Por el momento, elijo ser un péndulo.

30 noviembre, 2014

Maldad

No se puede refutar lo ridículo. No se puede discutir racionalmente con la maldad.

Encantamiento, Alice Hoffman

 

Decidí mirarme honestamente, despojada de todas mis mentiras. Soy un monstruo. Las personas a quienes herí se cuentan por montones, las promesas que no cumplí se amontonaron hasta casi caerme encima. Veo incoherencia y flojera. Una y otra vez me clavé un puñal en mi propia credibilidad. Díganme mis defectos, los conozco mucho mejor que ustedes porque vivo con ellos. Sí, soy eso y también soy eso otro.

Por eso nadie puede herirme más que yo misma. Por eso he elegido el silencio ante insultos e improperios que reflejan la vida de quien los dijo. No hay nada en mí que no tenga quien me insulta. Por eso he elegido quedarme callada. No se puede razonar con los que le dan prioridad a los sentimientos negativos, cegados por el odio y la tristeza.

10 noviembre, 2014

Duplicada

Nunca había deseado tanto tener el poder de duplicarme. De estar aquí, al mismo tiempo que allá. De ser la misma en ambos lugares. No ser una copia de mí, sino ser dos veces yo. Una Gaby con mi familia, festejando el gran triunfo. Otra Gaby cumpliendo sueños, lejos. Tantas fueron mis ganas que estoy segura de que en un mundo paralelo pude quedarme con mis papás y mis hermanos. Y éste es el mundo paralelo que en el otro habría deseado: uno donde pude ir a cumplir un sueño.

Es curioso como nuestro ser está limitado por el tiempo, por las reglas físicas que mantienen nuestro cuerpo unido, compacto, completo. Es curioso cómo las redes sociales hacen visibles nuestros pensamientos, esa parte de nosotros que por naturaleza es libre, pero que nos encargamos de atar a mil prejuicios, ideas, creencias.

Todavía más curiosa es la multipresencia que logra la escritura. Porque ahora mismo terminaré de escribir, saldré a caminar, terminará mi día. Y cuando vuelva a estas líneas siempre estará latente lo que soy al escribir esto. Lo que fui al decir: “Nunca había deseado tanto tener el poder de duplicarme”.

24 octubre, 2014

Entrevista a Barry Cunningham

¡Hola a todos! Bienvenidos una vez más al blog de Ensayos de Abril. (¡Hooooola Abril!). Como lo había anticipado en mi página de facebook, gracias a CONACULTA tuve el honor de entrevistar a Barry Cunningham, el editor que vio luz en Harry Potter y decidió darle la gran oportunidad. Barry es un editor con una trayectoria impresionante, descubrir a Harry Potter es tan sólo uno de sus tantos logros, pues edita también a autores como Cornelia Funke, Kevin Brooks y James Dashner, ¡además de que colaboró con Roald Dahl! Dejo a continuación las preguntas que le envié y las respuestas que él mandó:

Cunningham-Barry

¿Hay alguna historia que te haya marcado durante la infancia? (Alguna que te haya contado tu familia, que tú hayas leído, historia real o ficticia).

Fui un alumno lento -pero amaba los cuentos- así que, cuando obtuve un premio de la escuela (¡por hacer un esfuerzo!), entré a una librería donde encontré un pequeño libro verde que tenía unas ilustraciones hermosas y un primer capítulo brillante: El hobbit. Allí comenzó mi vida.

Cuando no editas, ¿qué tipo de libros frecuentas? ¿Qué personaje de todas esas lecturas te gustaría ser y por qué?

Amo los libros de todo tipo. Literatura clásica, poesía -pero, en especial, la clásica novela negra estadounidense. Amo la forma en que estos autores logran comunicar tanto la trama como los personajes meramente a través del diálogo. Mis "personajes soñados": supongo que Heathcliff, Philip Marlowe, Huckleberry Finn, Becky Sharpe.

La magia al elegir un libro, ¿podrías llamarla don, sentido común, suerte, inteligencia? ¿Por qué confiar en las obras de perfectos desconocidos?

Busco una voz auténtica para niños -puede tratarse de la voz "infantil" del autor mismo, o de una voz recordada pero auténtica. Eso es lo que busco.

¿Además de ser un gran lector, en qué consiste la labor de un editor? ¿Hasta qué punto se involucra un editor?

Trato de descubrir el libro completo que se oculta en la mente del autor -no sólo las partes que ha develado. ¡Y de ayudarlo a encontrar la voz adecuada para su lector!

¿Qué distancia hay entre el Barry lector y el Barry editor?

No. Siempre pienso en mí mismo como el "primer lector" y utilizo esas reacciones para ambos juicios. Soy siempre y antes que todo un "fan".

¿Qué libros te hubiera gustado editar, qué libros quieres editar en el futuro?

Me hubiera encantado editar todos los libros de la serie Harry Potter (sólo jugué un papel en los primeros dos) y la serie de Philip Pullman (y a Charles Dickens...).

¿A qué personaje de Harry Potter te pareces más y por qué?

Tantos -pero Ron o Hagrid- me encanta su sentido del humor.

¿Qué es lo que menos te gusta de la saga de Harry Potter (situación, personaje, etc.)?

Algunas de las complejidades más tardías en torno de Voldermort, ¡creo que son demasiado intensamente maléficas!

¿A qué retos te enfrentas hoy siendo el editor de Harry Potter?

Originalmente, ¡hallarle el sentido al Quidditch!

Arco irisArco irisArco iris

La verdad es que a mí me encantaron sus respuestas. No crean que esto es todo y ya, ¡Barry viene a México en el marco de la FILIJ 34! Habrá una charla entre él y Verónica Murguía (potterhead de corazón y autora de Loba) que junto con todos los lectores de Harry Potter que nos sentemos alrededor seguro que se pondrá muy emocionante.

La cita es el domingo 9 de noviembre, a las 19:00hrs., en la Plaza de las Artes.

Así que ya saben, todos son bienvenidos, y espero ver a muchos de ustedes por ahí para disfrutar de las palabras de un editor admirable, lector avezado, pero sobre todo, persona amante de la lectura.

Un abrazo a todos, muchas gracias por leer.

18 octubre, 2014

El príncipe vino de noche

Hoy soñé con el príncipe. Al tratar de esconderse de mi familia (porque resulta que se había colado de noche a mi casa), tropezaba con los muebles y me sonreía a modo de disculpa. Yo lo observaba con emoción: ¡El príncipe vino a verme! ¡DE NOCHE! Me escondía con él en un rincón que hay entre el sofá y la ventana. Me acurrucaba en sus brazos y él me llenaba de besos el rostro. Su voz danzaba frente a mí, antes de extenderse por mi piel como un bálsamo contra las malas jornadas: Te quiero, mi Abrilita, mi niña hermosa. Yo cerraba los ojos remontándome a los años en que era una niña y mi papá me arrullaba para dormir. ¿Por qué has venido?, le preguntaba, todavía sorprendida porque había venido DE NOCHE a mi casa. Quería verte, mi novia preciosa. Y el príncipe cerraba los ojos mientras acariciaba mi mejilla con su mejilla. Viniste DE NOCHE, insistí. Porque si estamos juntos amanece más rápido, respondió dándome un beso en los labios.

Entonces desperté.

El príncipe está en Guerrero. Odio la paranoia que me he creado con esta realidad lacerante. Tomo este sueño como mi amuleto.

29 septiembre, 2014

Estrés

Mira cómo me deshago en el tiempo, no tengo mil brazos, ni mil cabezas, ni mil corazones. Sólo dos brazos, una cabeza y un corazón han de bastar para lo que siento. Palpitan y siento que me voy a romper.

10 septiembre, 2014

Su silencio

Tengo mucho que decir acerca de su silencio. Decir por ejemplo que cuando explota en nuestra conversación me altera los oídos y logra que mi cerebro piense rápidamente en otros temas: en lo que me falta hacer, en el libro que estoy leyendo, en algo que dije a alguien. El silencio se expande entre nosotros como una bomba atómica que nos deja sordos para lo que el otro tiene que expresar. Muchas veces ese silencio hace eco de nuestras ideas, porque cuando volvemos hablar decimos lo mismo o algo parecido. ¡Escuchaste mi pensamiento!, decimos alegremente mientras nos reconciliamos con una sonrisa. Otras veces su silencio es espeso y me ahoga, me digo: ¿Por qué debe ser así? ¿Por qué no soy capaz de decir alguna otra cosa, aunque sea una tontería? Me dejo asfixiar por el silencio hasta que me duele la cabeza, me canso, me voy. Él no dice nada, sus ojos fijos en un punto dentro de sí, algo grande e ilógico, como la mayoría de sus pensamientos. Si algo he aprendido de él es que hay que vivir en el desafío constante de todo lo que nos rodea.

Luego está ese silencio al que yo le llamo amoroso. Nuestras respiraciones acompasadas le dan un tono suave, un tono a eternidad y nos tiramos uno en los brazos del otro, y movemos nuestros dedos desde el cuello hasta el ombligo y decimos sin decir te amo, te amo mucho. Y así, mecidos en el silencio, nos va ganando el sueño que comienza sin sonido alguno para luego convertirse en una fiesta de sucesos y locuras, cuando despertamos el silencio que nos cobijaba se rompe con una frase: ¡Hoy soñé contigo! Y entre risas y pláticas amenas despedimos el silencio con nuestros labios al juntarse.

07 septiembre, 2014

Noche loca

Giro

Gira

      Giramos

Geranios giran juegan gnomos

Jeje

         Jiji

Jaja

Jajajejejejijijijujuj

Giro giro giro

04 septiembre, 2014

Elegir

Es extraño cuando decido hacer las cosas. Es extraño que la gente decida hacer cosas. Quiero decir, ¿quién dijo que había que hacer algo? Estamos y hacemos. Y estamos y no hacemos. Y elijo hacer, porque no hacer me deprime, me cuestiona la valía de mi persona. Valgo por lo que decido, me ha quedado claro. La elección es mi poder. Y es extraño porque una vez que decido hacer algo parece que gano el combo más grande, me desplazo tan rápido y es todo tan genial que… que… me siento viva. ¿Elijo hacer para sentir vivir? Porque una cosa es vivir y otra sentir la vida. Y una cosa es estar aquí escribiendo, y otra escribir para estar. Y creo que a lo que mí me pasa es lo segundo, siempre ha sido lo segundo.

01 septiembre, 2014

Él está triste

Hay algo en él que me sabe a tristeza. Caminamos juntos, nos tomamos de la mano, miramos nuestro reflejo en las ventanas de los automóviles estacionados, sonreímos y nada parece suficiente. Él está triste. Platicamos de la vida, de los libros que hemos leído, de nuestros sueños que involucran fantasmas, de proyectos, pero al hacerlo no brillan sus ojos. Él está triste. El amor es la palabra que menos se pronuncia, aunque viene implícita en los te amo. Ya no sé qué hacer para que vea que mi respiración es real, que mi tacto sí toca, que puedo y quiero y sueño y anhelo y logro. Él está triste. Se lo está comiendo la tristeza, primero por la cabeza, extendiéndose en su mirada perdida, en sus labios que no ríen, en su cuello cansado, sus hombros caídos, le escurre tristeza cuando corre y habla de lo poco que entiende. Se le desparrama la tristeza cuando come y me salpica. Me esfuerzo: ¡Vive hoy! ¡Elige vivir! Y parece que mis palabras se diluyeran en el agua triste que corre por su rostro.

29 agosto, 2014

Optimismo

Todo marcha muy bien en mi vida, me digo antes de dormir y al despertar. Yo marcho bien en mi vida, me digo como si la vida fuera el camino ya hecho y yo un peatón. Mi vida marcha bien, ahora es esta dimensión tiempo-espacio y mil cosas más la que se desplaza sobre lo desconocido. Marchar. Bien. Vida. Yo. Quién sabe qué sea todo esto, pero me siento excelente.

26 agosto, 2014

La mujer violenta

Mi hermana y yo fuimos al Waldo’s. Logramos entrar justo antes de que cerraran las puertas, tomamos lo que necesitábamos y nos formamos para pagar. Dos mujeres estaban delante de nosotras en la fila. Todo iba bien hasta que la primera de las señoras comenzó a despotricar contra una de las trabajadoras, entre su perorata interminable se escucharon groserías, insultos, quejas. Me helé. La violencia verbal es terrible y, luego, como río caudaloso, desembocó en una pelea cuerpo a cuerpo. Arañazos, puños y patadas recibió la trabajadora, los paraguas se usaron como espadas y el hombre que intentó apaciguar la riña fue usado como saco de papas, a ver quién lo esquivaba más rápido para dar el golpe certero. Una niña, hija de la segunda señora que estaba formada, se tapó los oídos y cerró los ojos. El esposo de la mujer violenta suspiró resignado y se cruzó de brazos. S e  c r u z ó  d e  b r a z o s. Y yo no me crucé de brazos, pero tampoco hice nada. Ni mi hermana. Ni los otros trabajadores. Ni la otra señora formada. Fuimos testigos estúpidos presenciando la lucha injusta.

La mujer violenta no cabía en sí de la furia y la trabajadora tenía muchas ganas de llorar. Salió del Waldo’s amenazando que la esperaría allá afuera, que se la rompería toda. Y el esposo la siguió con el rostro cansado, sin decir nada. Por fin avanzó la caja, los trabajadores se apresuraron a disculparse. “Sea lo que sea, no era forma de reaccionar así”, dije aludiendo a la actitud de la mujer violenta. “No podíamos hacer nada, señorita, son políticas de la empresa, nosotros sólo somos trabajadores y ella una clienta”. Me helé todavía más. ¿Qué voy a hacer la próxima vez que me toque presenciar un hecho parecido? ¿Volveré a quedarme callada? ¿Cómo enfrentar el miedo de ser golpeada por una mujer violenta? ¿Qué haría usted, querido lector, si se encuentra en una situación parecida? ¿Qué le habrá ocurrido a esa señora, para guardar dentro de sí todo ese odio, ese rencor que la hace desquitarse con quien sea que le lleve la contraria? Ese marido sin duda debería encabezar una defensa a los esposos sobajados. Y la mujer violenta se llamaba Lucero, como para rematar la ironía de vivir en esta ciudad desquiciada.

23 agosto, 2014

El hermano auténtico

Mi hermano es un hombre auténtico. No lo digo sólo porque sea mi hermano, pero la fortaleza que veo en él me contagia a tal punto que yo también me siento entera y capaz. Kike puede contagiar el amor con la mirada y es tan paciente que hasta da vergüenza hacer berrinches frente a él. Kike tiene una meta muy clara y poderosa: realizar lo que ama para cambiar a México. Sé, porque también fui una de ellas, que muchas personas lo tildan de niño loco, de iluso, de pobrecito no sabe lo que está diciendo. ¡Y él continúa sobre la misma vía de progreso y renovación! Admiro a mi hermano, es mi segundo héroe tan sólo después de mi papá. Aprendo de él todos los días; aunque yo soy la mayor, es él el que me cuida y me protege. Creo en su sueño porque creo en él. Confío en él. Doy mi vida por él. Y hoy que es su cumpleaños no puedo más que sentir dicha, agradecimiento, tranquilidad porque es un hombre capaz, sincero, honorable. ¡Me enorgullece tanto!

Mi amigo, mi niño, mi compañero, mi guía, mi hermano, ¡eres un año mayor! En tu corazón permanece la dicha de los sueños que tuviste de niño y que continúas realizando. Cree, confía, sueña. No te dejaré solo. Te amo.

20 agosto, 2014

Príncipes, guerreros, nubes, fuegos, estrellas

Hace ya dos años que sus labios y los míos se fundieron en un beso largo, travieso y sincero. Las luciérnagas de nuestros estómagos iluminaron la noche lluviosa. Mil centellas cruzaron nuestros ojos para salir al aire frío y llegar a las estrellas que titilaban sobre nuestras cabezas. Los árboles se estremecieron y con sus ramas nos cubrieron del resto de las personas. Ése fue nuestro momento, nuestra felicidad.

Hace ya dos años que mi vida dio un giro inesperado al elegir estar con él. Me convertí en una flecha que llevaba una dirección designada, pero como flecha que no duda, que no titubea, di la vuelta en el último momento. Una de las mejores decisiones de toda mi vida. Me acuné en sus brazos, sorprendida por la calidez de los mismos, que hasta ahora no me han hecho extrañar otros. Nuestras frases tejieron el manto de la charla sobre nosotros, un manto cada vez más hermoso, más grande, capaz de cubrir todo el universo.

Muchos temen hablar del futuro porque nunca se sabe realmente lo que va a ocurrir, mucho menos cómo va a ocurrir. El pasado, en cambio, es un libro abierto. Se reconstruye de muchas maneras, se rememora y se disfruta. Mi pasado con él tiene una luz poderosa que ilumina este presente. La alimentamos todos los días con gestos, palabras, cariños, sueños, realidades. ¡Así cómo no ha de seguir brillando!

Hace ya dos años que mi mejor amigo y yo nos volvimos algo más que amigos. Nos hemos considerado novios, compañeros, amantes, camaradas, incluso hermanos. Y continuamos descubriendo nuevas formas de llamarnos: príncipes, guerreros, nubes, fuegos, estrellas.

Hace ya dos años, Vlash, que la decisión de ambos nos unió en esta vida fantástica.

Te amo.

17 agosto, 2014

¡Feliz cumpleaños, Vlash!

 

La alegre noticia de tu regreso

Hizo caer el manto gris del mundo.

Las luces que en mi piel plantamos juntos

Titilan en espera de tu beso.

 

Oigo de noche todos los murmullos

De las ideas que aman tus ideas;

Ríen y cantan, aunque no lo creas,

¡Del silencio derriban los mil muros!

 

Dejé de preguntar qué es lo que esperas,

Hay en mí selvas, mares y castillos,

Sitios que conocimos como amigos,

Puede estar en mí todo eso que anhelas.

 

“Mi cuerpo ha dejado de sentir frío,

Se ha reducido la distancia”, expreso.

¡Tú vuelves! ¡Qué magnífico suceso!

El mundo ha recuperado su brillo.

 

Poesía escrita por Abril G. Karera

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14 agosto, 2014

Del porqué detesto la televisión

En vacaciones visité a varios familiares, amigos y personas nuevas. Quisiera decir que todo fue perfecto; pero no, hubo un detalle en común que encontré en todos ellos: Prendieron la televisión a la hora de charlar. Cuando vi que era algo que se repetía en todas las casas a las que iba comencé a preguntarme la razón de ello. En mi familia eso está consignado como una falta de respeto y creo que es por ese motivo que me sentí incómoda en las pláticas. Algunos pusieron canales de música (para variar, banda) y el resto programas comunes: Sabadazo, Laura, María de todos los ángeles, etc. ¿Por qué lo hacían? En primera, era fácil que durante la charla cualquiera desviara la atención a lo que sucedía en los programas, ¿era acaso que no querían conversar? Me molestaban los programas y me molestaba más mi falta de valor para pedir que la apagaran. Sólo en una casa fui capaz de pedirlo y al volver de nuevo al silencio mi cerebro se relajó.

¿Por qué lo hacen? ¿Es el temor de los “silencios incómodos”? A mí me parecen divertidísimos. ¿Es porque sienten que a los invitados les gustará que la televisión esté prendida? ¿Por qué no tan siquiera moderan el volumen? Resultaba completamente estúpido tener que hablar en voz muy alta a causa del sonido del aparato. ¿Era porque mi presencia no era agradable? ¿De verdad llegué a pensar eso? Esa práctica me llamó la atención porque sé que antes no lo hacían. ¿En qué programa les enseñaron a prender la tele cuando llegaban las visitas?

En fin, que me llamó bastante la atención y sentí la necesidad de escribirlo. ¿Alguno de ustedes tiene esa costumbre? Si es así, ¿podría explicarme por qué? Porque ya en el año 2014, cuando México está más azotado que nunca por el gobierno, las televisoras y las empresas del mal, me sorprende que el culto a la televisión en vez de disminuir, aumente. ¡Nada más y nada menos que a la hora de la charla!

Cada vez me resulta más claro que mi existencia en este país es mucho más compleja que terminar una licenciatura.

11 agosto, 2014

Mi sonrisa

No me lo había tomado en serio hasta que más de cinco personas me dijeron que se habían dado cuenta de que yo no sonreía. Mi cara siempre seria, como pensando. Ensayé varias sonrisas en el espejo para sacarlas durante el día, pero guardadas quedaron. Se me olvida sonreír. Y luego, cuando me río de algo, resulta que no es el momento. Comienzo a sospechar que mi sonrisa terminó por ocultarse en la esquina de la comisura de mis labios, justo como el beso travieso que sólo Peter Pan pudo tomar de la boca de la mamá de Wendy.

Hay una fotografía que me gusta mucho porque mi sonrisa ahí reflejada es auténtica. No es que las otras fotos donde sonrío no sean verdaderas, pero esa fotografía en especial encierra algo poderoso. Hay brillo en la mirada, las líneas del rostro están acomodadas en perfecta alegría, el gesto relajado. Además, no estoy sola. Él también sonríe con sinceridad, su mirada traviesa concuerda con la mía. Nuestras cabezas reposan uno en el otro y nuestros brazos tienen un no sé qué que brinda cariño y confianza. Aquel día nos divertimos mucho, más por la disertación de nuestras ideas que por otra cosa.

Luego, en realidad, no hemos vuelto a tomar fotografías cuando estamos juntos. En parte por carecer de una cámara o celular, en parte porque se nos olvida. Es extraño que seamos así en esta época cuando lo más normal y cotidiano del día es tomar fotografías de casi cualquier cosa. Pero este texto hablaba más bien de mi sonrisa, no de nuestras pocas ganas de ser retratados. ¿A dónde se fue mi sonrisa? Sé que si estoy con él sonrío, y mucho. Pero ¿a dónde se fue cuando él no está?

¿Será por los pensamientos que tengo en la cabeza, acercados últimamente a la reflexión de mis actos y no a hechos graciosos en sí? ¿Será porque experimento una nueva y profunda abstracción de mis ideas donde mi rostro no alcanza a expresar gestualmente lo que ocurre, al grado de quedarse simplemente serio? ¿Será porque él se fue de viaje y mi sonrisa quiso acompañarlo en la visión de nuevos lugares del mundo?

 

¿Será que mi sonrisa

quedó prendada de tus labios

y me será devuelta

cuando vuelva a besarte?

08 agosto, 2014

La felicidad como estado del SER

Desde que escuché aquella frase: “La felicidad no es el fin, es el camino” comencé a desarrollar una teoría extraña (seguro no soy la primera y no seré la última a la que se le ha ocurrido) acerca de la felicidad como un estado del ser y no como una sensación momentánea de plenitud y alegría. Incluso una vez tuve una discusión deliciosa con mi amigo César acerca de ello. “Puedes ser feliz todo el tiempo, sostenía yo, aunque te sientas triste, enojado, frustrado, puedes disfrutar cada sentimiento, cada sensación, alegrándote de sentirlos porque significa que vives”. Por supuesto, él no estuvo de acuerdo. “Cuando te sabes mediocre, explicó, eres mediocre y punto. Si te alegras sólo puedes hacer más grande tu mediocridad, porque te sientes cómodo en ello sin intentar cambiarlo”. Sólo con el tiempo comprendí (y sigo en esa vía de comprensión) que ninguno de nosotros estaba equivocado.

Es innegable que puedo sentirme cómoda con la tristeza, la soledad o el enojo, después de todo los he experimentado en demasía. Pero la comodidad no es la felicidad. Ser feliz, en mi opinión, es sentirse pleno y alegre con todos y cada uno de los sentimientos que puedan existir. No tiene ningún sentido sentirme feliz en la tristeza si todo el tiempo estoy triste, pues la felicidad representa también cambio, decisión, locura. Entendí que la felicidad (como yo he querido asumirla) no es sólo sentir, sino que es también ser. Y que como ser humano que soy, puedo llegar más lejos en unas cosas que en otras. Por ejemplo, nada se compara con el hormigueo que siento al escribir y crear, ni siquiera mi película favorita logra transportarme de ese modo. Cada uno tiene su no sé qué que qué se yo que lo hace experimentar la felicidad más pura.

En conclusión, elijo ser feliz por el resto de mis días, como forma de ser, claro. Y llevando la palabra a todas sus extensiones posibles (no se tome felicidad como sinónimo de hiperactividad).

¿Ustedes son felices?

05 agosto, 2014

Viajar sin internet

No tuve internet en casa por casi un mes y más drástico que quedarme sin Facebook, Twitter o mi canal de YouTube, me quedé sin música. Ahora sólo utilizo Spotify para ahorrar espacio en mi disco duro y no tener que descargar tooooodas las canciones que deseo escuchar, así que sin internet me quedé con una lista de reproducción de cien canciones de las cuales ya sólo escucho como diez. Recordé que cuando iba en CCH organicé mis cd’s en un porta cd’s. Así que lo busqué y lo encontré en mi habitación, lleno de polvo. Vi los discos que tenía y no pude evitar una sonrisa porque me acordé de muchos días y de muchas historias. Luego encontré un disco que decía Para el depa y me acordé que cuando lo grabé yo todavía no tenía computadora propia. Cuando comencé a vivir en DF me llevé una grabadora en la que día y noche ese disco se reproducía sin cesar, 145 canciones llenando mis días. Lo inserté en mi computadora (porque ahora ya no tengo una grabadora, pero sí mi propia computadora) y yo volví a estar en mi primer departamento, con Tere y con David, con la angustia de mis primeros días de clases en la universidad, la expectativa del futuro, la tristeza de no estar en casa, la emoción por encontrar un “nuevo amor”… Luego se terminaron las canciones y volví al presente y sólo pude alegrarme por haber vivido lo que ya viví.

Pienso que se vale viajar en el tiempo mediante el recuerdo sólo para alegrarse de haber vivido lo que se vivió, nada más. Ni angustia, ni arrepentimiento, ni decepción. El pasado es lo que es. Y pienso que en el futuro, cuando vuelva a escuchar las canciones que hoy componen mis días, recordaré este presente como un pasado hermoso.

02 agosto, 2014

Conocí a Lengua de Brujo

Tengo un amigo que se llama Mario al que hemos apodado “el político”, porque siempre que habla parece que anda en campaña. El otro día que estábamos aburridos le presté el ejemplar de Winnie the Pooh, que saqué de la Biblioteca IBBY, para que me leyera una de las historias de ese oso tan dulce y tontorrón. Él accedió de inmediato (imaginen el nivel de aburrimiento que tenía). Había leído dos párrafos de un capítulo que se titula “En el cual Puerquito se encuentra totalmente rodeado por las aguas” cuando me dijo:

—Abril, por favor deja de leer lo que leo porque ahora le meteré de mi cosecha.

Entonces yo dejé de mirar las líneas que él iba leyendo para entregarme a su narración tan peculiar. Mario logró transportarme al día lluvioso en que Puerquito temía quedarse siempre atrapado por las aguas y para conseguir que lo rescataran había lanzado una botella al agua con un mensaje que decía: “¡Socorro! Puerquito (Yo)” y del otro lado: “¡Soy yo, Puerquito, socorro!”. El oso Pooh encontró el mensaje y con ayuda de Christopher Robin rescataron a Puerquito. Tendrían que leerlo para ver que es una historia excepcional, sencilla, tierna y, sobre todo, muy inteligente. El caso es que cuando Mario terminó de leer yo aplaudí llena de ánimo. Y fue más nuestra sorpresa cuando más aplausos se unieron al mío, de otras personas que estaban en el mismo lugar que nosotros.

Leer en voz alta es un verdadero placer, el énfasis, los tonos, la voz es capaz de transportarnos. Por eso no me extraña que a Cornelia Funke se le haya ocurrido la genial idea de que uno de sus personajes tuviera el poder de dar vida a otros personajes mediante su lectura en voz alta. Mario podría ser un excelente Lengua de Brujo porque ese día yo vi a Puerquito, a Pooh y a Christopher Robin canturreando bajo la lluvia.

30 julio, 2014

Frente a frente con el villano

En Corazón de Tinta de Cornelia Funke hay una escena donde un escritor se encuentra cara a cara con el más terrible villano que él mismo creó. Al principio piensa que por ser su creador podrá doblegarlo, pero las características con las que lo dotó son tan poderosas en el mundo real que pronto entiende que no tiene ninguna oportunidad ante él. La creación ha superado a su creador. Entonces yo me puse a pensar en los villanos que he creado para mis historias, ¿cuál sería el más malvado de todos? ¿El niño amoroso que se convertiría a la maldad debido a la envidia y al rechazo? ¿O el hombre que debido a su ambición traiciona a todos sus seres queridos sin que ellos se den cuenta, pues aparenta ser todo honor y dulzura? ¿En verdad conozco tan bien a mis villanos? Esa sí que es una pregunta interesante.

Me imagino caminando un día por la calle y ver en un lujoso traje al Sr. Saburo, su porte elegante, su palabra amable, sostener una charla con él acerca de economía y progreso; pero, al mismo tiempo, saber que me evalúa, que comienza a trazar planes para deshacerse de mí, saber que pone atención en mis debilidades. Derrotarlo en la vida real sería un verdadero juego de ajedrez. Y como hace mucho que no lo practico, tal vez yo saldría perdiendo. O encontrarme a Ninfo, oculto siempre tras sus sombras, inaccesible, irascible, impenetrable. Él se mostraría cauteloso porque el saber que yo soy su creadora le parecería interesante, trataría de sacarme toda la información posible respecto a su historia. ¡Buscaría en esta realidad la puerta dimensional! Y seguro que la hallaría, pues lo único que no le di fue desánimo. No sé si temblaría de miedo estando frente a él, seguramente sí, pues tiene métodos extraños para proclamarse superior. La historia de Cornelia Funke me dejó pensando, el argumento de la novela defiende mi teoría: todos somos personajes, cada quien protagonizando su propia vida, su propio libro. ¿Soy el villano o el héroe? Porque, pienso, la valía del héroe radica en qué tan villano se puede ser y viceversa.

27 julio, 2014

El niño fantasma

La semana pasada fuimos al orfanato al que un grupo de amigos y yo queremos apoyar económicamente. La monja que nos atendió nos hizo esperar en una sala mientras se desocupaba. Nos sentamos en los amplios sillones floreados. Mirábamos la sala y pensábamos en cómo abordar el tema, cuando una de mis amigas dijo que sintió escalofríos:

—Como si alguien me hubiera pasado un dedo desde el hombro hasta la espalda —dijo mientras frotaba sus brazos de los nervios.

—Es un niño —agregó otra de mis amigas, con toda la tranquilidad del mundo.

—¿De qué hablas? ¿Es en serio? —pregunté mirando el sitio donde supuestamente estaba el niño, pero no percibí nada extraño.

—Sí, es un niño como de tres años, ¿no lo sientes?

Negué con la cabeza, la amiga que había sentido el escalofrío comenzó a decir que dejáramos de hablar de eso.

—Yo sí siento el aura —expresó otra amiga. —Se siente luego luego tan sólo al entrar, ¿verdad?

—¿Es en serio? ¿Sí lo ves? —volví a preguntar llena de emoción, entornando los ojos para ver si de alguna forma mágica podía percibir la presencia.

—Sí, pero no digo nada porque se asustan, ahí está el niño, quiere tocar tu cabeza —dijo señalando a mi amiga que no cabía en sí de los nervios.

—Cuéntame más —pedí haciendo caso omiso de la cara de susto de mi amiga.

—Está todo vestido de blanco y quiere jugar.

No vi absolutamente nada y extendí el brazo para ver si de casualidad sentía un cambio de temperatura, pero entonces entró la monja. Nos olvidamos momentáneamente del asunto y expusimos nuestro propósito. Mientras una de nosotras hablaba, los escalofríos volvieron a recorrer el cuerpo de mi amiga y fue tanta su sorpresa que me tomó del brazo. La monja nos miró sin decir nada. Al salir yo seguía preguntándome si era verdad o no que un niño había estado con nosotros; porque, si era verdad, había comprobado que yo no podía ver fantasmas.

24 julio, 2014

Mi primer novio

Vi a mi primer novio el día de su cumpleaños, pero no me acordé de eso y él ni siquiera se dio cuenta de mi presencia. Reflexioné toda la tarde sobre cuánto lo había querido, sobre todo lo que había escrito de él en mi diario, también rememoré con dulzura la razón por la que habíamos terminado. Conté con sorpresa la cantidad de años que habían pasado desde entonces, un número digno de ancianos venerables. Cuando lo vi pensé en llamarlo, pero me detuvo el pensar que en realidad no tenía nada más que decirle después del hola. Luego me acordé de que era su cumpleaños, pero para ese momento la distancia ya era insalvable. Hace no mucho, mientras bailábamos en una fiesta, estábamos recordando nuestro inocente noviazgo.

—Fuiste el primero, eso nadie te lo podrá quitar —le dije con una sonrisa.

—En realidad —dijo con sus ojos clavados en mí —me hubiera gustado ser el último.

21 julio, 2014

Vuelve la magia

Cuando era pequeña me gustaba creer que podía hacer lo mismo que Matilda: mover cosas con la mente. Con el tiempo lo olvidé. Pero hoy por la tarde el poder se presentó en todo su esplendor. Papá estaba diciendo cosas que poco a poco me estaban enervando y, antes de que yo pudiera replicarle, el pan que él estaba comiendo cayó al suelo. Fue increíble porque pareció como si yo lo hubiera provocado. De hecho, él comenzó a decir que vio un extraño resplandor en mi mirada y un segundo después el pan ya no estaba en sus manos. Todos estallamos de risa, pero la verdad es que yo me quedé pensando en el suceso. Es verdad que puede catalogarse como una divertida coincidencia y definitivamente no le dedicaría un texto en mi blog si no fuera porque hay precedentes de hechos parecidos, si no ¿por qué iba yo a pensar de pequeña que tenía poderes mágicos? La física dicta muchas cosas y lo cierto es que pocos entienden más del cincuenta por ciento de lo que establece. En mi caso no entiendo ni el uno por ciento. Así que mi creencia puede estar motivada por la ignorancia, pero prefiero creer que hay una ley extraña que permite que el ser humano pueda manejar la energía de tal modo que las cosas se moverán cuando él lo desee. Es más, si no me equivoco, eso será posible en unos años más. Como sea, elijo creer que tengo poderes mágicos y elijo ponerme a practicar para pronto poder prepararme el desayuno sin mover un solo dedo.

26 junio, 2014

Confusión futbolera

Juega México y el comedor popular está a reventar. Aldo ocupa una de las mesas más alejadas, la última que continúa vacía. Después de terminar la sopa llega otro chico a sentarse, veintisiete años a lo mucho. Los vítores del partido aumentan el ánimo, cuando ambos se dan cuenta ya están platicando sobre sus vidas, al tiempo que intercalan comentarios sobre el partido.

—Sí, yo estudio psicología, aaaaaah, pinche portero, pero qué le costaba enviarla lejos, sí wey, ¿y tú qué haces?

—Estudio filosofía, oh mira, casi gol.

Transcurren los noventa minutos, los platos están vacíos y ambos intercambian números telefónicos. Es momento de irse. El cabello de Aldo le cubre los ojos, se da cuenta de que el otro chico lo mira:

—Me lo voy a cortar hoy mismo —se apresura a decir.

—No, ¿por qué? Así se te ve bien —y acto seguido el chico extiende el brazo para ponerle el cabello detrás de la oreja. Aldo sólo sintió el escalofrío corriendo por su espalda y las ganas de salir huyendo. Se despide apresurado y regresa a su casa. Hasta muy entrada la noche sigue escuchando las celebraciones del partido. Está a punto de dormir cuando le llega un mensaje:

—Duerme lindo, guapo, pensaré en ti.

Aldo aprendió que el gusto por el futbol ya no significa nada para clasificar a las personas.

23 junio, 2014

Comienza la bitácora

Hoy he tomado la decisión más importante de toda mi existencia: dirigir mi vida. Sé que suena extraño, ¿cómo he vivido entonces si no la he dirigido yo? Bueno, basta ver los resultados mediocres que he alcanzado. ¿Qué pasa si les digo que tenía miedo de brillar? La idea de una luz enceguecedora irradiando de mí misma me asustaba. Cuando era niña casi diario soñaba que volaba y de ahí surgieron las múltiples historias que pueblan mi cabeza hasta ahora. Y luego dejé de volar al grado de tener miedo de elevarme más allá de las montañas. Me bastaba estar sobre el suelo, sentir la brisa que acaricia los campos, sin arriesgarme a tocar el viento frío que viaja sobre las nubes. ¡Y resulta que estoy más que capacitada para alcanzar una altura indecible!

Comienzo la bitácora, cada que obtenga un resultado lo compartiré con ustedes. ¡Únanse a esta aventura! La de hacer lo que siempre hemos querido hacer, pero que por equis razones no nos hemos atrevido. Si no es ahora, ¿cuándo? Esto no es un deseo más de alguien que se siente motivado. Es la predicción del futuro de alguien que está convencido.

¿No me creen? Regresen seguido a este blog si quieren comprobar mi victoria. ¡Vuela conmigo! Hoy haz algo por el placer de hacerlo. Hoy voy a hacer algo por el placer de hacerlo.

La serie de escritos que serán publicados a partir mañana son pequeñas historias de mis días, la maravilla de lo cotidiano, la literatura de mi vida, muy parecidos a mi antigua etiqueta de Así ha sido. Te invito a leerlos y dejar tus comentarios. Déjame saber si has leído esto.

Abril, más viva que nunca.

10 junio, 2014

Vivo en un sueño

Hay muchas razones de mi ausencia. Bastantes. Pero enumerarlas todas, la verdad qué hueva. Hay de todo, desde depresión, hasta ganas locas de huir de cualquier mundo, porque vivo en varios. ¿A dónde iré ahora? La verdad a ninguno, la verdad quién sabe. ¿Tiene coherencia esto? La verdad, qué importa. Muchas oportunidades se abren de pronto, bastantes. ¿Las tomaré? ¿Las dejaré? No sé. Por el momento sólo deseo respirar y saberme, de nuevo, en este mundo. Aquí. Saberme en mis letras, porque en todos estos caracteres me dibujo en mi esplendor. ¡Yo! La juventud y las ganas de fracasar, porque es sólo eso. Lo sé. Las ganas de triunfar son para los adultos y los niños. Pero en la plena juventud… ¡qué mejor que una buena caída! Una de esas que casi descalabre la cabeza, ¿no?

La verdad, quién sabe. Yo no sé. Por eso escribo esto, porque no sé. Quisiera que me pagaran por leer. Quisiera escribir medianamente bien. Aunque sea. Quisiera… bah, tantas cosas. Cada una mucho más absurda que la anterior. Se vale soñar. Y en mi sueño vivo, despertando todas las mañanas en una ilusión que se hace grande, grande, grande, hasta que ya no cabe en mi cabeza y forzosamente ha de volcarse en la realidad.

¿Cuánto de mi sueño vivo todos los días? Más de lo que pueden imaginar.

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17 abril, 2014

El tiempo pasó

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“El tiempo pasó. Pero el tiempo se divide en muchas corrientes. Como en un río, hay una corriente central rápida en algunos sectores y lenta, hasta inmóvil, en otros. El tiempo cósmico es igual para todos, pero el tiempo humano difiere con cada persona. El tiempo corre de la misma manera para todos los seres humanos; pero todo ser humano flota de distinta manera en el tiempo”.

Lo bello y lo triste, de Yasunari Kawabata

04 abril, 2014

El cuadro de papá

Lo recuerdo pintando un cuadro en el portal de la casa. Tenía todos sus pinceles y acuarelas acomodados de tal forma que a cualquiera le daban ganas de ir a pintar también. Mi hermana no se aguantó y exigió un lienzo. Papá se lo dio. Ella tenía como cinco o seis años. Los dos estaban sentados en el portal, pintando. Isela jugaba con todos los colores, pero papá estaba llenando de azul el cuadro. Azul era el agua, azul eran las montañas, azul era el cielo. Con el movimiento de su brazo subía o bajaba las tonalidades.

—¿Por qué todo es azul?

—Me gusta el azul.

No perdía la concentración. Era el mar tranquilo del que surgían unas altas montañas llenas de hielo, el cielo era un juego de azules. Cuando lo vi sentí calma, sentí…

—¿No te dan ganas de subir la montaña?

Exacto. Papá dibujó montañas porque había que subirlas todas.

—¡Ya quiero colgar mi cuadro! —dijo Isela, mostrando su mosaico de colores, una fuerza contraria a la de papá, con la alegría propia de la infancia.

—Primero tienen que secarse.

E Isela corrió a poner ambos cuadros a secar. Los cuidó muy bien durante algunos días, hasta que estuvieron bien secos. Y luego los colgamos en la sala. Me gustaba llegar de la escuela y verlos ahí, sonriéndome.

Me gusta recordar ese día, porque comprendo mejor por qué me estremecí tanto cuando el cuadro se arruinó. No sé bien por qué, pero el caso es que se mojó y quedó inservible. Y entonces, ay, mejor no les digo… pero cuánto lloré ese día.

 

 

Y muchas veces, como hoy, me acuerdo del cuadro, me acuerdo de papá. Me acuerdo de las montañas y de que hay que subirlas todas.

24 marzo, 2014

Lo que me hace falta son más lunes como éste

A los lunes casi nadie los quiere, y a veces me siento identificada con ellos por esa razón. Todos mis actos son horas que transcurren lentamente cuando el fin de semana queda tan lejos. Yo, lunes, me alargo como si fuera de goma… más y más… hasta darle la vuelta al mundo.

Oh, pero este lunes fue diferente. Como este lunes ha habido muy pocos y por eso sé que necesito más de ellos.

Primero el cielo amaneció nublado, pero aún así salí sin suéter. La frescura de la mañana me hizo despertar de golpe.

El viaje a la escuela fue muy entretenido, y como mis ojos estaban muy abiertos miré muchas cosas, muchas personas, muchos colores, muchas letras, muchos niños, muchas luces, muchas paredes, muchos horizontes.

El metro falló como siempre, pero esta vez la ola de gente me hizo reír demasiado. Y allá fue mi risa a colarse en el vagón apretado, se balanceó durante todo el camino hasta llegar a la estación final.

Luego tuve clases. Era lunes, el sol ya estaba alto, había pocos alumnos. Y las frases de la maestra danzaban ante mis ojos, tanto que me confundí y me comí una parte del texto que copié en el pizarrón.

A las doce del día ya me estaba muriendo de hambre, así que caminé apresurada a mi restaurante favorito y como tenía los ojos muy abiertos decidí probar un nuevo platillo. ¡Estuvo delicioso!

Luego volví al departamento. ¡Mis vecinos tenían la música a todo volumen! ¡Música que me gustaba! Entonces me di cuenta de que mi oído también estaba despierto.

A las cuatro de la tarde tuve que salir de nuevo. Decidí probar una nueva ruta para llegar a la escuela, ¡mis pies también estaban despiertos porque no me perdí para nada!

Los lunes anteriores la pesadez ahogaba mi persona. ¡Éste fue diferente! Y debí verme ligera porque todos me hablaron y planeamos cosas y reímos mucho e intercambiamos opiniones. Y nuestras palabras eran tan alegres que flotamos en la charla.

Se hizo de noche y yo me di cuenta de que todos mis sentidos estaban despiertos porque podía correr y cantar y observar y tocar. Y el cielo no se veía porque la ciudad tiene una nube enorme sobre ella, justo como se cree que los lunes tienen un algo maléfico en su nombre.

Y llegué otra vez al departamento y me hacían cosquillas las ganas de escribir. Tanto que en serio tuve que ponerme a escribir, porque mis amigos saben que las cosquillas me llevan a la locura. Y las letras son mis amigas también.

Escribí: Lo que me hace falta son más lunes como éste.

16 marzo, 2014

El abuelito que caminaba como cangrejo

Lo vi cuando salí del metro, un señor con el cabello cano, caminando de lado por todo el pasillo. De lado, en serio. Paso por paso hacia la izquierda. Toda la gente apresurada le dedicaba una mirada o dos, porque nadie podía creer que ese señor, de verdad, estuviera haciendo eso. Es decir, le crees las locuras a los jóvenes porque son jóvenes y porque uno siente que los pocos años son justificación perfecta para cualquier babosada. Pero ¿un anciano? ¡Por favor! Ellos deberían estar agonizando en una enfermedad inminente.

El abuelito caminaba como cangrejo, ajeno a las miradas de sorpresa. Ajeno a mi mirada de sorpresa. Sin prisa, incluso sonriendo. Un pie por cada cuadro de azulejo en el piso. La verdad es que eso me llenó de emoción, como una verdad proclamada de que mi ancianidad no se reduciría a la miseria. Porque después de todo, ¿quién sabe lo que ha de suceder?

Con mi prisa caminé a su lado hasta rebasarlo. La prisa, la prisa. Hasta rebasarlo, aunque entonces volteé. Lo miré y sonreí. Él sonrió. Y luego seguí con la prisa que me jalaba los brazos. La prisa, la prisa.

14 marzo, 2014

Pienso, mi amor, en ti todas las horas

Soneto de Salvador Novo:

 

Pienso, mi amor, en ti todas las horas

del insomnio tenaz en que me abraso;

quiero tus ojos, busco tu regazo

y escucho tus palabras seductoras.

Digo tu nombre en sílabas sonoras,

oigo el marcial acento de tu paso,

te abro mi pecho —y el falaz abrazo

humedece en mis ojos las auroras.

Está mi lecho lánguido y sombrío

porque me faltas tú, sol de mi antojo,

ángel por cuyo beso desvarío.

Miro la vida con mortal enojo;

y todo esto me pasa, dueño mío,

porque hace una semana que no cojo.

12 marzo, 2014

¡Abrázame con letras!

El libro de los abrazos de Eduardo Galeano gusta lo leas por donde lo leas. Conformado por textos breves permite al lector no sólo leerlo de distintas formas, sino también tomar un respiro después de cada página para asimilar el sentimiento que surge. Me gustó. Es como leer el blog de Galeano, porque son reflexiones de la vida cotidiana, pequeñas historias que encierran un significado, anécdotas que han sido plasmadas no sólo con el fin de recordarlas, sino con la espera de que perduren en la memoria por lo grandioso de su situación.

Miradas del exilio al que fue sometido Galeano. Desde la revolución constante contra el sistema en donde participan él y sus amigos, hasta los sueños de Helena que dejan escalofríos. La familia y la opresión también son tocados de diversas formas. Y, por supuesto, todos reflejan una mirada veraz y compleja acerca de América Latina. Una excelente opción para acercarse a la obra de este importante escritor uruguayo.

Como su título lo indica, cada texto es un abrazo literario. Un “no estás solo”. Un “sé que la injusticia sigue palpitando”. Un “desahógate, yo lo he hecho”. Al menos eso me pareció a mí. Y reafirmé algo: ¡las letras pueden ser físicas, es decir, puedo abrazar y besar con mi prosa, mi poesía, mi historia! Eso hace Galeano y por eso lo celebro.

10 marzo, 2014

¡Si en México hay tanto!

Me pregunto cuántos mexicanos conocemos nuestra historia. ¿Cuántos de nosotros nos detenemos a pensar en nuestros orígenes? México es un país relativamente joven comparado con los grandes viejos de Europa y Asia. América es joven, muy joven. Lo poco que sé de historia lo aprendí en quinto de primaria, pues a mi profe le encantaban las culturas antiguas: aztecas, mayas, olmecas. Nos contaba grandes hazañas indígenas y las iba tejiendo de tal forma que siempre fueron para mí como un misticismo que antecedía la historia de mi familia.

Luego aprendí un poco de historia universal cuando iba en el CCH, la maestra no nos miraba a nosotros, pero parecía que tenía frente a sí al mismísimo Bonaparte o a Churchill o a Hitler. Me quedó claro que México es uno entre muchos, que nuestra realidad lacerante es consecuencia de un desorden en todos los ámbitos de nuestra vida. Historia de México, de América, propiamente, no creo haber aprendido. Sólo sé que en la secundaria me dijeron que no hay buenos ni malos, que tanto Miguel Hidalgo como Maximiliano, Porfirio y Vasconcelos tenían mucho que enseñar y mucho que ocultar.

Pero eso sí, el odio incomprensible hacia Hernán Cortés fue inamovible. Desde la primaria, la secu y la prepa no recuerdo nunca a nadie decir: “Cortés fue un hombre de su época, en busca de nuevos territorios llegó a los aztecas y, cegado por la pasión religiosa del momento, arrasó con los antiguos dioses pues los aztecas eran una sociedad entregada a los sacrificios…” Todo lo que se decía era que los españoles vinieron a arruinar nuestras raíces, vinieron a contaminar de sus prejuicios y clases sociales la limpia percepción de la vida que nuestros antiguos guardaban.

La ruta de Hernán Cortés de Fernando Benítez nos hace viajar junto con el español a través de los mares y las costas americanas, la prosa tan exquisita nos sumerge en las maravillas de la nueva tierra, todo es asombroso ante nosotros. Pocos mexicanos, casi nadie, se salvan de no tener sangre indígena y “extranjera” en el cuerpo. Yo, por ejemplo, sé que la familia de mi abuela materna era española y vino a México a asentarse en las tierras del mágico Tepotzotlán. Benítez crea una reflexión certera y dolorosa sobre nuestras raíces, sobre el significado de ser criollo o mestizo y de cómo la sociedad fue amoldando a los nuevos héroes que… bueno, basta decir que México sigue sumido en la miseria.

Pero antes de llegar a la trágica conclusión (que, ahora que lo pienso, también puede ser un deje de esperanza por parte del autor), hacemos todo el recorrido de Cortés hasta la gran Tenochtitlan. Es mágico el libro, porque luego de contar lo sucedido hace siglos, Benítez se enfrasca en una reflexión de los lugares en la actualidad (bueno, en su actualidad, hace 50 años). “Así era Xalapa cuando los españoles la vieron por primera vez, así es ahora Xalapa, ¡miren qué hermosa!” ¿Qué podemos decir hoy de ella?

El dibujo que hace de Tlaxcala es impresionante, a nadie que haya puesto atención en sus clases se le olvida que los tlaxcaltecas junto con la Malinche son el epítome de la traición, pero ante la pluma de Benítez se destacan como personajes inteligentes cuyas acciones fueron el resultado de una sed de venganza, pero antes de eso, de un deseo de permanecer vivos.

Recomiendo ampliamente el libro a todos aquellos que quieran entender mejor el trance histórico de descubrir un nuevo mundo, que casualmente resulta ser el mundo en que vivimos: México. Benítez no aburre, sino que parece que uno estuviera leyendo el cofre de tesoros, y hay una gran bibliografía que lo respalda, además de anécdotas curiosas que, estoy segura, nadie ha escuchado en sus clases de historia. Además, la reflexión constante del pasado con el presente hacen que a uno se le antoje ir a recorrer los pueblos mexicanos que suelen quedar relegados a los sueños de conocer Europa. ¡Si en México hay tanto!

08 marzo, 2014

El amor cuando todo es perfecto

El amor da sombra en un día caluroso, pero luego de algunos minutos comienza a sentirse el frío. No lo puede todo el amor, así que nos lanza de nuevo al sol y cuando la piel vuelve a tostarse, de nuevo sale al rescate para cubrirnos con su bálsamo contra quemaduras.
El amor es un universo enorme si nos sentimos desprotegidos, despliega sus mil brazos para arrullarnos y cobijarnos con cada uno de ellos. Pero luego nos mareamos y nos cansa, así que preferimos correr grandes distancias para alejarnos de la multitud del amor. Nos da sed y bebemos amor. Nos llenamos de amor y lo escupimos.
Caemos y el amor pasa volando, así que saltamos hasta colgarnos de él. Pero después nos soltamos porque el amor lleva una dirección distinta a la nuestra. Y al estrellarnos contra el suelo nos duele muchísimo, sin embargo, el amor llega a curarnos. Porque el amor todo lo cura. Aunque también todo lo descompone.
Y el amor, cuando todo es perfecto, baila alocadamente que nos hace sentir mal. Porque hay algo de la desgracia que nos gusta, algo de lo malo que siempre nos ha atraído, algo de lo prohibido. El amor cuando todo es perfecto pronto se convierte en otra cosa, y quiere dolor y desafío para fortalecerse y volver a lo que era. Y nunca vuelve a ser lo que era, siempre ha de estar cambiando.
Es un amor bueno. Es un amor malo. Es un amor ambivalente.
El amor cuando todo es perfecto se parece a lo que siento por ti.

06 marzo, 2014

Estamos en construcción

Parecerá que no, pero sí. Hace unos días me fue revelada una verdad: soy un ser en construcción. Tantas ideas, tantos tropiezos y logros, tanto de mí, todo eso forma parte de un yo futuro que siempre será un yo futuro. La versión final de será la que respire un segundo antes de la muerte. Y eso quién sabe, porque no he tomado en cuenta la percepción que perdure de mí todavía después de morir. Unos lo llaman crecimiento, otros evolución, otros más dicen que son cambios en la forma de ser, que es aprendizaje, en fin, tiene múltiples nombres.

Lo que sé es que nunca había estado tan consciente de cómo las ideas viven en mi cabeza. Es decir, siempre supe que pensaba porque… ¡pensaba! Pero ahora no sólo sé que pienso, sino que lo siento. Detecto los nuevos conocimientos, comprendo mejor lo que antes no entendía, disfruto mis despistes y, también, me inspecciono con mayor rigor y coraje. He notado mis debilidades, como cuando un arquitecto mira el plano del edificio que quiere ver construido.

Yo deseo ser el edificio más alto de la ciudad de mis pensamientos. Cada día borro una línea o agrego otro trazo.

¿Cuánto habré construido hasta el último de mis días?

04 marzo, 2014

Valiente

Hoy era la madrugada ideal para beber una cerveza, pero no quise hacerlo. Quise, por un solo día, no tener el sabor amargo en la boca y el mareo gracioso de saberse ebrio y feliz y loco. Sobrio, para afrontar con dolor y entereza todo lo que está sucediendo. Sobrio, con la realidad lacerante. Me dicen valiente, porque de todos los que estamos aquí soy el único que ha prescindido del alcohol y de la droga justo en el día en que nos exterminarán a todos.

Oigo mi nombre claro y fuerte.

¡Qué terrible es saberse vivo!

01 marzo, 2014

La última película de Hayao Miyazaki

El viento se levanta, en español. Kaze Tachinu, en japonés. La última película de Hayao Miyazaki fue un éxito total en su primera presentación en México. El jueves pasado muchisisísimas personas asistimos a una estrecha plaza de Santo Domingo en el Distrito Federal para deleitarnos con esta última creación del director japonés.

Entre apretones, empujones y sobrecupo, una vez que pude hallar un lugar para apreciar la película me dejé llevar por las ensoñaciones de Jiro Horikoshi, un ingeniero aeronáutico que renovó la historia de la aviación en Japón, no sólo por hacer mejores modelos que los alemanes, sino porque su avión terminó estrellándose contra Pearl Harbor. Es decir, Hayao se despide de todos dando una patada en el estómago a los gobiernos. Kaze Tachinu es, por mucho, su película más cruda, la más acercada a la realidad, pues dolor, ambición y sueños se mezclan de una forma estremecedora.

Claras alusiones a La montaña Mágica de Thomas Mann muestran que Hayao no es un hombre cualquiera, el avión surcando el cielo es la casa en la montaña que ha de curarnos de todos nuestros males. Un lugar del que nunca querremos irnos. El motor del sueño de Jiro es, primero la guerra y, luego, el amor. Y el amor lo hace construir su sueño. Aunque ese sueño sea para el beneficio de la guerra. Y es eso, la guerra, lo que espanta a todos. Gran acierto por parte de este japonés de hablar de la segunda guerra mundial desde otra perspectiva.

Y volar. El nombre de la película es hermoso: El viento se levanta. El arte de hacer aviones, de entregarse a una pasión. Y todavía más, el arte de soñar que uno vuela, de despegar simplemente de esta tierra y aventurarnos a lo desconocido. Es imposible no llorar con esa película, aunque el señor de los tamales hubiera gritado a cada rato que todavía tenía atole.

Debes vivir.

Debes vivir.

Si ya viste la película comprenderás la frase con mayor razón.

16 febrero, 2014

Balada de un hombre común

Fui a la cineteca a ver Inside Llewyn Davis, o como la nombraron en México: Balada de un hombre común. El título en español es interesante porque todo lo que le pasa a Llewyn parece que le que ocurre a todo el mundo. Al menos, en algunas partes cruciales, me sentí terriblemente identificada. El personaje principal cae en una espiral de sucesos desagradables que poco a poco matan lo poco que queda de él. Es un cantante de folk y vive de eso, la música es su escape y, a la vez, su principal demonio. Qué horror asfixiarte con lo único que amas.

La película tiene momentos memorables, pues entre tanta desgracia uno logra reír. Esto puede verse de dos formas: que a pesar de lo negro que pueda ser todo siempre puede verse la luz; o que ya no queda de otra y que todo es tan cruel que una risa en realidad no importa demasiado. Creo que el ambiente de la película le daba más razón a esa segunda opción.

Como sea, el sentimiento que me embargó durante el filme lo he tenido antes, tardé en darme cuenta que es el mismo que tengo cuando me deprimo por mi falta de organización, por mi desidia, por mi incapacidad para poder escribir algo, cuando descubro que he caído en la rutina más rutinaria de todas: vivir y respirar. Sólo vivir y respirar.

Llewyn era infeliz. Pero lo peor es que era lo suficientemente infeliz para pensar que no importara lo que hiciera, nunca dejaría de serlo. Misántropo. Cuando intentó un giro en su forma de vida, lo regresaron a patadas al lugar miserable en el que ya se encontraba. ¿No da terror eso? Si a algo le tengo verdadero miedo es a no cumplir mis objetivos, ¡cuánta gente me topo todos los días con el rostro lleno de la amargura del fracaso!

Fui a ver la película porque quería ver a Justin Timberlake, cuyo papel resulta ser lo contrario a nuestro protagonista, así que es divertido. La música sonora también es muy buena, el folk te sumerge en la melancolía, (pero debo confesar que al finalizar lo único que deseaba era poner algo estridente en mi cerebro). Creo que me gustó, para recordar todo lo que no tengo que hacer. Dicen que es más fácil saber dónde no quieres estar y entonces es más fácil ir evitando caminos y decisiones.

Porque, finalmente, ¿quién sabe qué quiere de la vida? Siempre resulta más claro saber lo que no se quiere. Y sé algo, no quiero parecerme a Llewyn Davis cuando tenga 35.

12 febrero, 2014

Hijos del sol

Una luz grande que traga a todos. Y nos expulsa llenos de colores. Rosa, azul, verde, amarillo, morado, naranjarosapúrpurarojonegroblanco… Caemos en campos dibujados que explotan con mil flores cuando nuestros cuerpos los tocan. El aroma a vida se esparce por todo el sitio. A vida huele todo y nuestros colores cobran fuerza.

No nos ven porque brillamos demasiado.

Deslumbramos.

Somos los hijos expulsados del sol. Del sol. Del sol.

Y cuando cae la noche nos acurrucamos debajo de los puentes y la gente que pasa siente el calor de nuestros cuerpos. Hacemos un día entero cuando la oscuridad rodea el entorno.

¡Un día entero! Una mañana llena de luz.

Somos eso, luz, luz, luz, sólo luz.

11 febrero, 2014

Mi amiga Lupita

Ella tiene el cabello chino, de esos envidiables. Es bonita en todos los aspectos: física, mental y espiritualmente. Tranquila, sencilla, humilde, constante, inteligente, responsable, buena amiga, buena hija, buena novia, buena alumna. Vaya, es difícil creer que alguien así pueda existir, ¿verdad? Pero ella existe. Se llama María Guadalupe pero todos le decimos Lupita. La conocí en el CCH y su forma de ser me gustó tanto que supe que siempre podría confiar en ella, que siempre seríamos amigas.

Por supuesto, así ha sido. Siempre una buena charla surge cuando estoy con ella, siempre la certeza de llegar a sueños concretos. Ella puede. Ella dice que yo puedo. Yo le digo que ella puede. Así que ambas podemos. Y escribo esto con todo el cariño que le tengo, después de estos casi ocho años de conocernos.

Lupita se tituló como Bióloga el pasado viernes. Con mención honorífica. No sólo eso, también cumplió 22 años. No sólo eso, también se fue a Baja California Norte, a seguir con sus proyectos. No sólo eso, me siento completa y felizmente orgullosa de ella. De conocerla. De ser su amiga. De ser su “prima”. De ver que pudo, que puede y que seguirá cumpliendo todo lo que se proponga.

Afortunadamente estoy rodeada de personas que sueñan alto y que por nada del mundo tiran la toalla. Mis amigos han logrado cosas hermosas. Lupita es el ejemplo más reciente. Y he de decir que eso me motiva mucho. Estos días fueron algo difíciles para mí, pero retomé las riendas porque Lupita, mi gran amiga, ha cumplido uno de sus sueños ¡y va por más! La vida es un instante y resulta emocionante aventurarse a lograr nuestras metas.

Yo sólo quiero decirle que siempre estaré para ella. Que tal vez no soy la mejor amiga del mundo, porque me paso de descuidada, pero que ella sabe que la quiero muchísimo. Que la apoyo incondicionalmente. Que la admiro y la respeto. Y que no voy a descansar hasta que seamos comadres xD

Felicidades, Lupita, por titularte. Por ser la primera de la generación en titularte. Feliz cumpleaños. Feliz estancia en Baja California Norte. Feliz vida, Lupita. Sobre todo eso, feliz vida.

Julio 2013. Fiesta de graduación de Lupita.

09 febrero, 2014

Convertirse en Kvothe

“No sabía con certeza de qué huía, a menos que fuera de la gente. Esa era otra lección que había aprendido, quizá demasiado bien: La gente hacía daño”.

Hace unas horas terminé de leer El nombre del viento de Patrick Rothfuss. La primera vez que leí que el libro existía fue en uno de los blogs que sigo, la autora lo ponía como uno que había que leer antes de morir, así que lo apunté a mi lista infinita. Meses después vi que lo reseñaban en BookTube y me llamó más la atención, pero cuando quise adquirirlo en la librería su precio me asustó un poco. Un día, afuera de metro San Antonio, lo encontré en uno de esos puestos de libros viejos. Lo compré, fue una ganga.

Debo confesar que me desesperé un poco cuando comencé a leerlo, pues antes Rothfuss nos introduce en el ambiente de la historia, en los personajes, marcando claramente las personalidades para que uno se habitúe a ellos, además de utilizar un montón de palabras desconocidas como: fata, chandrian, arcanista, etc… que sólo con el desarrollo irán cobrando sentido. Una vez que Kvothe, el personaje principal, se digna a comenzar su relato todo es más sencillo.

Se supone que este hombre huye de algo o alguien, que espera la muerte por alguna razón desconocida y que se oculta fingiendo ser tabernero. Tiene un ayudante llamado Bast que ayuda a que nadie lo descubra. Obviamente todos queremos saber por qué se esconde, así que llega Cronista, un personaje que ayudará al lector a develar el misterio. Este Cronista lo insta a que narre su historia y Kvothe, haciéndose de rogar al principio, termina accediendo. Básicamente El nombre del viento narra todo lo que Kvothe alcanzó a contarle a Cronista en un solo día.

Me gustó mucho el libro y aquí enumeraré las razones:

1. Es de esas historias profundas que adoro. Es decir, no es una historia sencilla, sino que abunda en todo lo que se pueda abundar: psicología del personaje, psicología de personajes secundarios, ideas inacabadas que terminarán atándose al final (¡deben terminar atándose al final!), religión, sistema monetario, clases sociales, leyendas que sostienen la creación de ese mundo, en fin, que es muy completo y por eso ya respeto a Rothfuss, se nota a leguas que dedicó mucho de su tiempo a idear esta historia y eso es algo que sólo puede valorar alguien que alguna vez se haya sentado a escribir una novela con las mismas ambiciones.

2. Los efectos narrativos. Esta historia está contada en tercera y primera persona. Casi todo el libro es narrado por Kvothe, lo cual es un peligro siempre, pues si el lector no se siente identificado con él, existe el riesgo de que abandone la historia. Afortunadamente no me ocurrió a mí, no puedo decir que AMO a Kvothe, pero sí que me siento identificada con él y es quizás por eso que no lo amo. Es un personaje interesante y lo que más me gusta de su narración es que nunca se olvida de su condición humana, lo que provoca que te sientas todavía más cercano a él. Si tuvo miedo, te dice que tuvo miedo. Si tuvo hambre, te dice que tuvo hambre. No hay falsedades en el héroe.

3. Nuevos conceptos sobre la magia. Al menos para mí. Desde Harry Potter no veía un manejo tan fluido sobre algún sistema educativo sobre magia. No quiero decir que El nombre del viento se parezca a Harry Potter y eso es algo que agradezco bastante. Este libro me provocó una reflexión profunda sobre la palabra “magia” y también me emocionó cuando le dedicó casi todo un capítulo a la “nominación”, tema que adoro demasiado. Me encanta cuando las historias que leo me proporcionan nuevas ideas y me abren mundos vastos en los que me encandilo horas y horas.

4. El carácter femenino. Hay muchas mujeres en esta historia, cada una con una personalidad lo suficientemente delineada para que puedas distinguirlas entre ellas. Si he de ser franca, todas me irritan un poco, porque son tremendamente reales. Si los hombres dicen que no entienden a las mujeres, en la novela de Rothfuss esa afirmación se ve más que reflejada. La principal es Denna y estoy segura de que esconde un siniestro secreto del que, sé, me enteraré a su debido tiempo.

No estoy segura de haber visto fallos en esta historia, si los vi tengo que decir que me gusta con todo y esos fallos. Puedo mencionar: A veces no parece que Kvothe esté contando la historia a Cronista; hay tanto misterio que desespera; ¡es el principio apenas!

Sé que todavía me falta recorrer un largo camino para saber qué ocurrirá con Kvothe y aún quedan muchas preguntas en el aire, por ejemplo, todavía no sé por qué rayos está escondido en la taberna. Pero pasará. Me gusta Kvothe, tiene el cabello rojo y debe ser un pariente lejano de los Weasley y como yo amo a Ron…

No, ya en serio. Me gusta Kvothe porque anida miedos parecidos a los míos. Miedo a le gente, a ser herido, a entregarse otra vez para ser apuñalado. Porque es brillante, pero desordenado. Es precipitado. Es… bueno, ya no les digo, mejor descúbranlo ustedes mismos si alguna vez tienen la oportunidad de leer esta historia. Por lo pronto yo, hoy, me siento un poco Kvothe. Algo me dice que no es buena idea terminar convirtiéndose por completo en él.

08 febrero, 2014

Dispara

Amas la vida, eso nadie lo duda. Pero hoy estás decidido a morir. Es la mejor decisión, lo has pensado. Así que ¿por qué dudar más? Toma el arma y dispara.

Dispara.

Que el miedo a la muerte estalle en la garganta y se esparza por el aire con el resto de tu cuerpo hecho pedazos. Amas la vida, lo sabes bien. Desear morir no significa necesariamente odiar la vida.

Simplemente ya no es posible estar aquí. No ahora. No con esta gente. No con estos pensamientos.

Que se confundan todos con los motivos que te llevaron a tomar esta decisión. Que sufran ellos. Que se vuelvan locos. Tú ya no estarás y es lo que importa, aunque la palabra “egoísmo” se pronuncie en todos los labios que asistan a tu funeral. Ya da igual.

Todo da igual.

Esta aventura ya está vivida, la de la muerte hay que comenzarla ahora mismo porque esa sí, quién sabe cuánto dure.

03 febrero, 2014

Nuestro cliché

Había una vez un “nosotros” que fue desgastándose hasta convertirse en la historia más aburrida jamás contada por nadie. Te pusiste todo loco, lo recuerdo bien. Tenemos que hacer algo, decías, me niego a que nuestro final sea un cliché.

Te di la razón, así que arrojé todas tus cosas por la ventana. Sonreíste. Saliste corriendo a la calle y le decías a todo el que pasaba mientras recogías tus cosas: Mi esposa es una completa lunática, la adoro. Luego gritase: Hey, cariño, aviéntame también el traje caro, no queremos que nada mío quede ahí adentro. Lo lancé. Vea, le decías al que pasaba, es una lindura.

Luego ya no te dejé entrar y esperaste paciente, mientras ordenabas tus calcetines y leías algunos pasajes de algunos de tus libros, sentado en la banqueta. La vecina de enfrente te ofreció café, que aceptaste de buena gana. A las ocho te pusiste un abrigo. Diste monedas a los niños que te preguntaron por qué estabas afuera. Mi esposa es una mujer muy ocurrente, creyó que necesitaba vivir un tiempo fuera, dijiste y ellos se rieron.

Yo te miraba desde la ventana y cuando descubriste mis ojos curiosos me mandaste un beso. ¡Eso es muy cliché!,te grité metiéndome furiosa.

A medianoche tocaste la puerta. Te pedí que hablaras antes de que yo la abriera. No quiero que sea el final, dijiste con voz muy seria. Yo tampoco, admití.

Y te abrí la puerta y me abrazaste, metimos todas las cosas riendo como locos y luego… bueno, supongo que tuvimos nuestro cliché.

01 febrero, 2014

Revelar secretos

La niña conoció el poder y la magia de la palabra, que no son lo mismo. Dios creó el mundo por medio de la palabra, eso es poder. El humano puede hacer todo lo que se proponga si tiene los pensamientos adecuados que después se convertirán en acciones, eso es magia. Esa niña tenía poder y tenía magia. La palabra era su herramienta y por eso, a edad tan temprana, destrozó su mundo sin darse cuenta. Poder y magia en manos inocentes pueden llegar al triple de su capacidad que sin una madurez puede salirse de control. Madurar, palabra dura porque duele llegar a eso.

La niña descubrió que un secreto era un poder magnífico y que, al revelarlo, podía conseguir más cosas que con una palabra, digamos, corriente.

Entonces ella reveló muchos secretos. Y, por supuesto, cosas magníficas sucedieron. Pero la gente de su pueblo se fue marchitando hasta que solamente quedó ella. El olor acre de las flores podridas inundó su entorno y ella estuvo a punto de volverse loca, descubrió entonces que las palabras reveladas no podían volver a esconderse.

Las palabras corrientes podían ir y venir. Las palabras secretas no.

Ella reveló su nombre, el último secreto que le quedaba y que ya no tenía chiste guardar. Y mientras lo decía se fue secando como las ramitas en invierno hasta que al sentarse a llorar se rompió en mil pedacitos.

31 enero, 2014

Anita cadáver

Inspirado en el capítulo XLVII de Oliver Twist de Charles Dickens


Algo inusitado me ocurre. Soy un asco. Tengo mil flores en mi cuerpo y todas se han marchitado. Apesto. El olor que desprendo aleja todos los caminos de mí, veo cómo se retuercen las veredas con tal de que mis pies no las toquen. Así lo veo. Y envuelta en esa fragancia marchito también todo lo que piso. La maldición de Midas, pero aún peor, porque ni siquiera podré ver el brillo de las cosas una vez más. Putrefacta convierto al silencio en miseria y sigo rodeándome de cosas nefastas. Morí. Perdí la cuenta del número de golpes que él me dio cuando llegué a veinticinco. Fue Guillermo Sikes, el violento Guillermo Sikes. Ahora no puedo subir ni puedo bajar, estoy suspendida en este mundo lleno de dolor. Es mi castigo por haber negado la ayuda que aquellos ojos puros me ofrecieron. ¡Si hubiera sabido que la muerte me estaba esperando ansiosa, sedienta de mi sangre! Siento que me asfixio. Moriré mil veces antes de poder anhelar una salvación. A menos que... ¡oh, criatura del cielo, bendita seas! El pañuelo sigue en mis manos, el pañuelo blanco y puro que ofrezco ahora mismo al cielo rogando por el perdón. ¡A ti te lo ofrezco, cielo santo, yo que fui Anita y que ahora soy un cadáver!

24 enero, 2014

Liebster Award 2014

¡Hola a todos! Estos días he estado tan ajetreada que no he tenido tiempo de actualizar el blog y mucho menos de leerlos a todos ustedes, cosa que me llena de tristeza porque de verdad que extraño pasar por sus sitios. Ennserioenserioenserioenserio que más pronto de lo que piensan estaré comentando sus entradas. Por lo pronto traigo un premio que mi amiga Yeni, de El Tendedero, me dio. Me llena de mucha emoción pues hace ya tiempo que no hay premios colgados por aquí. Cuando inicié mi blog, hace ya muchos años, lo que más me causaba emoción era que alguien pudiera darme uno. Gracias, Yeni.

liebsterblogaward

Condiciones del Premio: 
I. Nombrar y agradecer al blog que te lo concedió
II. Responder a las once preguntas que se formulan.
III. Enumerar once cosas de ti.
IV. Conceder el premio a once blogs con menos de 200 seguidores.
V. Formular once preguntas para que respondan los blogs a los que concedas el premio.
VI. Visitar los blogs que han sido premiados junto al tuyo.
VII. Informar a los blogs su premio.

I.

Gracias, Yeni. La semana pasada Yeni fue mi invitada especial en mi videoblog, en la página de facebook también la estuve promocionando mucho y es que, es en serio, Yeni es una gran persona y siento que más gente debe leer lo que ella escribe. Ya tenemos varios años de estarnos leyendo, así que pasen a saludarla n.n http://mancuspiadomesticada.blogspot.mx

II.

1. Un libro que te hayan regalado y que te gustó

Teóricamente “Juego de Tronos” fue un regalo de mi padre. Él me dio los 400 pesos que costó. Y amé cada línea de ese libro.

2. Un libro que te hayan regalado y que no te gustó

Mi maestro de estadística del CCH me regaló “Decadencia y Caída” de Evelyn Waugh, y no es que no me gustara, sino que más bien siento que no lo entendí. Lo releeré pronto.

3. Un “placer culposo” musical

Los Ángeles Azules, amo a los ángeles azules. Y en general me gusta mucho la salsa, aunque creo que eso no tiene nada de “culposo”.

4. El libro que te hubiera gustado escribir

¿Les ha pasado que cuando terminan de leer algún libro que les gustó, dicen “yo podría escribir algo así, incluso mejor”? Bueno, pues con “Quo Vadis?” de Enrique Sienkiewickz me ocurrió lo contrario. Me deprimí tanto porque supe que nunca podría escribir algo como eso. Así que definitivamente a mí me hubiera encantado narrar el amor de Ligia y Vinicio.

5. Una canción que odies pero que no puedas evitar cantarla

Antes de odiarla me hacía reír demasiado, hasta que tenerla tooooooooodoooooo el tiempo en la cabeza casi me hace llorar de desesperación.

6. Una telenovela que recuerdes

Se llamaba “Amar otra vez” y era protagonizada por Valentino Lanús e Irán Castillo. Tengo buenos recuerdos de ella porque fue la última novela que vimos juntas mi mamá, mi hermana y yo, cómo la disfrutábamos. No era pornográfica, no era grosera ni vulgar, tenía ese toque de elegancia que me gusta tanto. Y Valentino interpretaba a un saxofonista. Ay, me encanta la música de saxofón.

7. Una leyenda que recuerdes

La leyenda decía que el nahual se paraba arriba de los techos de las casas, rasgaba con sus uñas las láminas y, cuando nadie lo veía ni escuchaba, se colaba en la habitación para comerse a los bebés. Por eso mis primos y yo, antes de cumplir cinco años, dormimos siempre con las playeras al revés y nuestro respectivo amuleto de la virgen de Guadalupe. Algunos bebés no corrieron con buena suerte y amanecían con moretones y rasguños por todo el cuerpo, muertos.

8. Un libro caro que te gustaría tener

Tormenta de Espadas de George R. R. Martin. O El castillo ambulante de Dianne Wynne Jones. O cualquiera de Jostein Gaarder que está editado en Siruela T.T Ah, y también La traición de Lina Posadas y La segunda muerte de Lina Posadas, porfis.

9. ¿Comprarías el disco de algún grupo musical?

Sí, siempre y cuando amara de verdad a ese grupo o artista. ¡Como Natalia Lafourcade! ¡O Lorde!

10. Un escritor vivo que te guste

Javier Ruescas, está bien guapo. Ok, no. ¡J. K. Rowling! Mi reino por el poder conocerla un día en persona, la admiro tanto. También sumaría a Günter Grass. Y a Jaime Alfonso Sandoval que, aunque no he leído ni uno solo de sus libros, lo que comparte en sus redes sociales y el haberlo escuchado hablar algunas veces, me hacen admirarlo mucho, estoy cien por ciento segura de que sus libros no habrán de decepcionarme.

11. Un escritor muerto que te guste

Borges. Pessoa. ¡Rulfo! En la muerte nos encontraremos, hombres grandes.

III.

  1. Cuando conocí a Lorde reproduje su disco completo al menos unas cincuenta veces antes de volver a mis hábitos musicales normales.
  2. He visto completo el anime de Sakura Card Captors unas diez veces, pero el capítulo 57 lo he repetido al menos unas cien, ¡amo todo lo que ocurre en esa media hora! No hace falta decir que es mi anime favorito más favorito del mundo entero muajaja.
  3. Casi no comparto gustos musicales con Vlash, excepto por aquellas esporádicas canciones que tienen un ritmo tan hipnotizante que es imposible que no me gusten, como ésta:
  4. Tengo una lista de libros por leer que en este preciso momento ha llegado al número 862.
  5. Me duele decirlo, pero soy de las que escriben cuando la inspiración ataca: eso suele ser cuando me ha ido bien en el día, no tengo pendientes de ningún tipo, hay música tranquila y me siento particularmente feliz conmigo misma. No se preocupen, suele ser una o dos veces por semana, ¡a veces hasta más! En el 2012 fue diario durante casi seis meses.
  6. Babasónicos fue una banda que aprendí a amar. Descargué su discografía completa porque a Vlash le gustaba, pero casi siempre me saltaba los tracks. Hasta que un día escuché con atención las canciones y oh la lá.
  7. Espero con ansias el día en que a algún trovador romántico se le ocurra inventar una canción de nombre “Gabriela” y que la haga pensando en mí c:
  8. Mi primer videoblog lo subí antes de saber que existía BookTube.
  9. Extraño estudiar francés. Penser à la langue francaise me fait trés triste.
  10. No me dejaron pasar a ver El Lobo de Walt Street hasta que les mostré mi credencial de trabajador, ya que es una película clasificación C. A mi hermana, cuatro años menor que yo, ni siquiera la molestaron con esas minucias.
  11. Tengo ropa suficiente para un mes y medio, ¡sin repetir! No es porque gaste demasiado en eso, sino que se va acumulando ¡porque me sigue quedando la ropa que usaba en sexto de primaria!

IV.

Concedo este premio a Una parte de mí, de Vale, mi fiel lectora a quien le he tomado un aprecio muy sincero.

A Los versos de Fénix, del buen Míkel F. Deltoya y a quien espero poder conocer pronto en persona.

A mi amiguísimo Damián Neri y su blog Sonata Cuadrática, a quien extraño y admiro.

A Lluvia que tropieza de Alejandro Jónbjarnardóttir porque él también es alguien constante en este espacio y eso lo aprecio de verdad.

A Lewis Rimá, porque amo sus videos y aunque he extrañado sus comentarios en los míos, me sigue cayendo muy bien, este premio es ideal para que comience a darle mayor vida a La Habitación de Lewis.

Finalmente a Xhabyra, cuyas tiras me hacen reír y casi siempre reflexionar, a pesar del tiempo es alguien que permanece constante en esto de los blogs.

V.

Estas son las once preguntas que deberán contestar los premiados:

  1. ¿Hay algún personaje de la historia a quien admires o respetes en particular?
  2. Momento favorito del día.
  3. Un sueño que ya hayas hecho realidad.
  4. Menciona la muerte de alguien a quien hayas querido mucho.
  5. ¿Volar, teletransportarte o volverte invisible? ¿Por qué?
  6. Lo que más te gusta en una persona al momento de charlar.
  7. El sueño más loco que hayas tenido (oníricamente hablando).
  8. ¿Crees en un solo amor para toda la vida?
  9. Caricatura favorita de la infancia.
  10. Alguien a quien recuerdes con cariño pero que hace mucho tiempo que no ves.
  11. Un suceso de tu vida que te haya obligado a preguntarte si fue casualidad o destino.

18 enero, 2014

¡Soy un payaso!

El tráfico, o mejor dicho, el embotellamiento. Cuando hay tráfico se supone que todos los automóviles fluyen, pero cuando todos están parados, con sus choferes a punto de explotar, eso sólo puede recibir el nombre de embotellamiento, parece que todos trataran de escapar por el cuello de una botella hacia la verdadera libertad de correr a mil por hora.

Caso peor es estar sentado en una combi, con el aire enrarecido a pesar de que las ventanas vienen abiertas; apretujado, porque los conductores siguen creyendo que en el asiento de cuatro caben tres personas gordas y tú. Aumentémosle hambre y calor. Situación para desquiciar a cualquiera. Aunque, un momento, reparas en el nuevo pasajero de la combi: un payaso. Y un payaso no es un cualquiera porque él no debería desquiciarse en una situación como ésta.

Lo compruebas casi inmediatamente, en la combi de al lado un niño de tres años asoma la cabeza: Payaso, hola payasito. El hombre con el rostro pintado muy llamativamente sonríe y saluda con la mano. Mamá, mamá, el payasito me saludó, escuchas decir al niño y, en una situación como esa en la que todos desean bajarse del vehículo, compruebas que los pasajeros de la combi han sonreído.

Se abre la puerta y sube un nuevo pasajero: una señora con bolsas de mandado. Siéntese a mi lado, señora, dice el payaso. Ella lo mira con diversión y acepta la oferta. Al poco rato se está muriendo de la risa y contagia poco a poco al resto. Eres muy gracioso, dice halagadora. Claro, ¡soy un payaso! Carcajadas por doquier. Y apuesto a que detrás de ese maquillaje eres un joven muy guapo, se atreve a decir la doña. Oiga, oiga, qué atrevida es usted, ¿cómo sabe mi verdadera identidad?, ríe el payaso. Todos ríen.

Mi show era a las 4pm, ¡pero ya son las 4:30pm y no llevo ni la mitad de mi camino!, confiesa el payaso en un tono cómico-dramático. Aquí háganos un show, pide la señora. Sí, ya hay que irnos sacando las ropas porque hace calor, y el payaso comienza a desabrochar su chaleco ante la expectativa de todos, ¡cayeron! ¡creyeron que lo haría, ¿verdad?! Risas generales. Ni cuenta te das cuando la combi comienza a avanzar. La combi se vuelve una fiesta. Si hubiera niños a bordo todo sería más hilarante.

Ríes y ríes y ves tu parada pasar. ¡Tu parada! Oiga, don, deténgase, me bajo aquí. Buscas apresurado tu dinero. Pagas. Y ya estás a punto de bajar cuando descubres que debes darle las gracias al payaso, en nombre de todos los pasajeros de la combi.

Muchas gracias, me hiciste el día, sin ti este embotellamiento hubiera sido insoportable.

No agradezcas, ¡soy un payaso!

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