10 enero, 2014

El intercambio

Se rompió el cielo y bajó una luz. Pobre luz, estaba sola. El cielo estaba roto y por ahí se fueron todas las almas de la tierra. Ni una sola quedó en los suelos desolados. La luz vagó por las calles, los campos y las ciudades. Brillaba tan poco que todo a su alrededor se cernía en oscuridad lacerante.

Llora la luz.

El cielo se cerró al finalizar el cuarto día. Los fantasmas se habían colado por ahí y los cuerpos de los vivos se pudrían en las casas. La luz quería abrirles los ojos, pero era imposible. Llena de tristeza, la luz se fue apagando. Llena de dolor por haber intercambiado su mundo con el de los seres humanos, se ahogó en un suspiro.

Y el mundo quedó en silencio, las paredes fueron testigos. El tiempo arrasó con todo. Eso ocurrió porque el alma de ese hombre mágico quiso volver a la tierra donde había conocido a su amor. No sabía que el alma de la mujer que amaba se mezclaría con las otras y se perdería en el mundo que él había abandonado.

No, no lo sabía.

Moría solo. Sola, la luz, se extinguió.

1 comentario:

VaLe... dijo...

Abril!

¿Como es que me he perdido de tanto?
Digo... me encanta leerte y ahora me siento tan mal por haberme perdido de tanto :O

Aquí ando, poniéndome al corriente :D

¡Saludos grandes grandes!