10 enero, 2016

Más de tres mil reencarnaciones

Ayer vi una película brasileña sobre la reencarnación. La hicieron basándose en libros escritos por un tal Chico que era médium y que escribió dichas obras gracias al testimonio de almas. No cobró ni un centavo por la venta de los libros, sino que todo lo donó a obras de caridad. Y eso, por supuesto, le dio mayor estatus. Predijo su muerte en un día de felicidad para Brasil. Y así fue, habían pasado diez minutos de que el país ganara la copa de fútbol.

La película me pareció graciosa. Hablaba de lo que ahora me interesa, es decir, de estar en paz conmigo para poder estar en paz con el mundo en general. Que todo comienza con uno. Que todo está en la mente. Todos esos temas espirituales me han atrapado por completo y los creo, porque me funcionan. Y la película hablaba de eso, de perdonar, de trascender para reencarnar y seguir aprendiendo.

Reencarnar.

No sé si creer, pero es genial desvariar sobre ello. ¿Cuántas vidas he vivido aparte de esta?
Según Uposcl, 3722. Y transcribo mi resultado:

Has visto miles de vidas a través de siglos de historia. No has sido reencarnado millones de veces, pero no eres nuevo en los desafíos y dichas de la vida. Tiendes a ser una persona muy centrada y considerada a la hora de tomar decisiones y trabajas duro por lo que quieres. Llevas contigo la vida de un líder de manada de lobos, de una abeja colaborando en una colmena y de un gran árbol agarrando sus raíces en un acantilado. Tu vida continua influenciándote, la evidencia está en que no eres una persona egoísta y aprecias las bendiciones que te han tocado en la vida.
En otra página leí que si sentía especial afición por temas espirituales probablemente ya vaya por mi vida 701, porque las primeras 700 son de la ignorancia donde el ser hace y deshace a su antojo, sin conciencia alguna; pero a partir de la 701 comienza a ser responsable y centrado y, por tanto, comienza a buscar respuestas de tono espiritual.

Luego leí otro artículo donde me identifiqué con algunas cosas:

las almas viejas tienden a encontrarse solos la mayor parte del tiempo.
Las viejas almas entienden intrínsecamente que el conocimiento es poder, la sabiduría es la felicidad y la verdad es la libertad, ¿por qué no buscar estas cosas?
La riqueza, el estatus, la fama y la última versión del iPhone … simplemente les aburren a las almas viejas.
¿Será verdad la reencarnación? ¿Habrá vidas paralelas? ¿Extraterrestres? ¿Fantasmas? ¿Viajes astrales? Sería tan genial que todo eso pudiera palparse.

Y me llamó la atención todo esto de la reencarnación porque de verdad que no olvidé el sentimiento que me abrumó cuando, según yo, conocí a mi alma gemela. Como si lo conociera de toda la vida, como si hubiera ya una historia con él. La certeza de que pasara lo que pasara... siempre íbamos a estar juntos...
 

09 enero, 2016

Los amores felices no tienen historia, como ya se sabe

"(...) una vez que hemos construido a ese hombre maravilloso en nuestra mente, sigue la tarea más difícil y más apasionante: volverse una misma esa mujer con la que ese hombre casi perfecto quiere estar. Y en eso estamos". Sexo chilango, de Mónica Braun


Tiene poco más de un año que logré entender que ser mujer tiene su mérito y ser hombre también, y que es completamente absurdo decir quién es mejor o quién merece más. Logré ver con terrible nitidez las creencias con las que había crecido: las niñas no se ven bien siendo rudas, los hombres no lloran, las mujeres nunca dan el primer paso, los hombres sólo quieren sexo (bueno, tal vez esto último tenga más de verdad que de creencia). Me di cuenta también de que las primeras en fomentar el machismo son las mujeres y no porque así lo quieran, sino porque así lo han aprendido y ni cuenta se dan. Y que es tremendamente difícil que tanto hombres como mujeres seamos adultos como exige la sociedad, pues esa sociedad está neurótica y atrapada en la propia burbuja de creencias que se ha ido forjando desde hace décadas y que cambia sutilmente con cada año que pasa.

Tras haber reflexionado eso, fue una verdadera delicia leer Sexo chilango de Mónica Braun. A través de textos breves (pues todos fueron publicados en una columna mensual de la revista Chilango) vamos conociendo a Mónica y a sus amigas, casi todas con más de treinta años, hermosas, profesionistas y, además, solteras. O con relaciones difíciles. O con relaciones etéreas. Pero todas, sí, en definitiva, lejos del "amor verdadero" o "el príncipe azul". Y eso para nada es una tragedia, o no totalmente, porque es uno de los riesgos que se corren cuando la mujer está dispuesta a reinventarse todas las veces que sean necesarias, cuando está dispuesta a dejar el cliché, el molde y la tradición, y ser ese humano libre, caótico y amoroso, pero no por eso irresponsable o mediocre, al que todos tenemos derecho, con el que todos soñamos, pero que pocos se atreven a alcanzar. Bueno, quizá ya no tan pocos. Sin duda, ya no pocas.

Mónica mezcla realidad y ficción al compartir diversos encuentros amorosos, anécdotas de grandes y pequeños amores, enseñanzas de abuelas que nunca pasan de moda, y que me dejaron si no con una sonrisa enorme de comprendo perfectamente esto, una mirada perdida en mis pensamientos de qué difícil, qué dolor, qué bello vivir.

Esta lectura llegó a cobijarme, disminuir mi drama y, además, empoderarme justo en el momento necesario. Y lo agradezco porque, acá entre nos, ya saben lo tormentosos que pueden llegar a ser los duelos amorosos.

Sí, el príncipe se fue porque para empezar nunca existió. Pero esa no es razón para dejar de trabajar en mí hasta ser lo más cercano a la mujer ideal del hombre ideal que aún sueño (que ya sé que probablemente no existe, pero por ahí debe existir alguno cercano a eso).Y todo esto, cabe aclarar, no tiene nada que ver con que necesite de alguien para estar bien, ser feliz o esas cosas. Lean Sexo Chilango, les digo, porque ahí queda claro que la mujer triunfa porque puede y quiere, y que más bien todo esto del amor es un derecho, un placer, un juego, un reto, una maravilla, una delicia que hay que probar mínimo una vez en la vida.

Corrijo, muchas veces en la vida.

08 enero, 2016

Un día a la vez

Sí, lo confieso, me encanta el tiempo y por eso me lo como a montones. Me gusta, sobre todo, el futuro. Tiene un sabor delicioso, pues sabe justo a lo que quiero. También me gusta el pasado, aunque a veces me sabe amargo, a veces es demasiado dulce, depende de mi ánimo. Pero el futuro, ese siempre tiene el sabor perfecto.

Comer demasiado futuro tiene sus consecuencias... porque al final sé que no me como nada. Y es terrible porque lo sé y me sigue encantando.

Estos meses he aprendido que demasiado futuro indigesta.

Como cualquier droga, requiero alejarme de él por un tiempo.
Poco a poco.
Un día a la vez, sólo mi dosis necesaria de minutos y horas adelantadas. No más.

Hace daño.
Demasiado.

07 enero, 2016

Hilos

Estamos llenos de hilos y, por tanto, de enredos.
Hílame el alma, porque yo no puedo,
se me escurre el estambre entre los dedos
y los nudos se atoran en mis desvelos.

Esa figura de estambre que tú creaste
la perdí hace mucho.

También mis cabellos se mezclaron
con la madeja de toda esta vida.
Atada estoy, atado estás.
Y el hilo se sigue soltando.

Abril G. Karera
070116


06 enero, 2016

Puertas cerradas

Todo es posible en esta vida, según.

Las creencias rigen nuestras decisiones y las decisiones que tomamos van trazando el camino a seguir. Ese camino es la vida... Emocionante.

Emocionante despertar y saberme viva, capaz de crear cuanta cosa se me ocurra.
Emocionante saberme parte de un todo que puede mutar en cualquier momento.
Emocionante descubrir mis miedos y reticencias a realizar algo diferente.

Todas las puertas están abiertas, invitándome a lo infinito. Abro una y dentro de esa sala hay mil puertas más y este camino laberíntico no ha de cesar nunca.

Sin embargo... hay puertas cerradas. Más de un millón de puertas abiertas y me pongo a pensar en las que están cerradas, humana tenía que ser.

Detrás de esas puertas están las personas que no volveré a ver, con las que ya no ha de pasar nada... nada de lo que yo quiero. Detrás de esas puertas están los futuros que nunca serán, que no existirán. Adiós a los futuros lejanos por imposibles. Esas puertas cerradas son hermosas, pero el candado que las cierra tiene una llave perdida.

No he podido salir de la habitación de las puertas cerradas... no hay de otra, he de volver sobre mis pasos.

05 enero, 2016

Algo permanece

Algo del pasado permanece en esto que veo:

¿Es la sensación de tristeza que se agolpa en mi pecho?
¿Son los ojos que, tras dudar unos instantes, saben que todo estará bien?
¿Es la sonrisa que asoma, segura, tras saber que hago lo que amo?

Sí, hay algo del pasado que permanece en mi persona:

¿Es la conciencia de los errores; de los que cometí y cometeré?
¿Es la fortaleza que me sostiene quién sabe cómo, quién sabe de dónde, en el momento preciso?
¿Es la certeza de que amo?

Han pasado días y meses, años enteros. He mutado, crecido, cambiado. Lloré mucho y grité de felicidad. He hecho y dejado de hacer. Y, sin embargo, algo permanece...

Me siento la misma, pero me siento diferente.
Y con la paradoja me quedo.