No puedo describir la gratitud, pero ha llenado mi pecho. Cuando respiro, duele un poco, pero se siente bien. Y se ha acumulado un mar de llanto en la garganta que me ha purificado por dentro.
Gracias por la vida,
por el amor,
por la valentía
que abrazo a mi ser
todos los días.
Gracias por la muerte,
por el dolor,
por el miedo
que me ubican
en tiempo y espacio.
Gracias por la ausencia,
por el pasado,
por lo que nunca ha de volver.
Soy única e irrepetible.
Gracias por las palabras no dichas.
Gracias por las miradas llenas de luz.
Gracias por la oportunidad siempre presente
de brillar a la par que todo el mundo,
de crear lo insólito,
de respirar aún.
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