30 mayo, 2023

Sobre organizarse

Me entusiasma probar varios métodos de organización. Una de mis grandes metas es ser una persona disciplinada, porque he llegado a entender que mantener una rutina y dedicar tiempo todos los días a las tareas destinadas a construir algo, puede ser algo eficaz. Sin embargo, la teoría es mucho más sencilla y clara que la ejecución. Puedo decir que llevo tres años implementando diversas estrategias que me animan a no abandonar las cosas. No ha sido un proceso lineal: es más bien un sube y baja. Semanas donde todo fluye, semanas donde siento que el desorden vuelve. Hacer todo esto me ha acercado al autoconocimiento. Sé más de mi autoexigencia, mi poca compasión y poca flexibilidad que manejo hacia mí misma. Una cosa es la vida que imagino, otra la vida que sucede. Aunque hago mil planes para sortear los asuntos inesperados, no puedo ser una deidad que siempre tiene todo fríamente calculado. La vida es mucho más compleja que una lista de cosas que hacer y cumplir. Cuando todo se sale del plan, me frustro. Puedo pasar hasta quince días en esa frustración, hasta que el mismo cansancio de estar frustrada me hace buscar alternativas. Ojalá buscara esas alternativas más pronto que tarde. 

Hoy dediqué la mañana a ordenar mi tabla de Notion, la herramienta que me ayuda a organizarme. Gané paz y perspectiva. Sin embargo, no canto victoria, esto es un trabajo de todos los días. Un recordatorio diario de que estoy viva, de que puedo hacer muchas cosas, pero que eso no vale nada si no estoy conmigo, con la gente que amo, haciendo lo que me gusta. Algo así.

27 mayo, 2023

Una vez más

Suena Whatever it takes de Imagine Dragons. No es un grupo que me fascine, pero igual lo escucho. Puede ser la banda sonora de un momento grandioso y común. Estoy contenta porque escribí un cuento y tengo en mente otro, hace tiempo que no sucedía algo así. Estoy haciendo tiempo para volcar acá una que otra idea. Gracias, Carmen, por tu comentario de la vez pasada, me hizo el día. No sé cómo responder a los comentarios que me dejan acá, pero sepan que los leo. Que si me escriben algo bonito, mi corazón les hace un huequito. He escrito mucho en mi diario sobre el boicoteo que manejo, escribí algo como "hasta podría sentirme orgullosa de lo bien que me sale ponerme el pie". Generalmente, necesito despejarme. Pienso muchas cosas y se crea una especie de maleza en mi cerebro. La forma de salir de toda esa maraña es caminar o quedarme quieta mientras miro el paisaje. Hay muchas cosas bonitas que mirar últimamente: las flores del jardín de mamá, Nubecita divirtiéndose en el patio, Sky acurrucándose en los brazos de mi hermano. Cosas así. Escribí algo en mi diario sobre la vida tranquila que me he generado y el miedo que me da que esto desaparezca de repente. Así, un soplido, no más, todo se desvanece. Por eso cierro los ojos. Tomo un momento. Aunque esto desaparezca, puedo escribir algo como esto y saberme viva. Una vez más.

17 mayo, 2023

Ojos rojos

Ah, me arden los ojos. Miro al espejo y los veo rojos, rojos, como si fuese un monstruo salido de alguna historia que da mucho miedo. ¿Brillarán en la noche como lo hace la mirada de las fieras? Si alguien me ve en la habitación oscura, ¿temblará de miedo? ¿Lanzará agua bendita? ¿Rezará un padre nuestro?

Me arden los ojos, creo que debo ir al médico. Ayer simplemente amanecí así. Son rojo lava, como si fuesen dos volcanes en el terreno de mi rostro, a punto de hacer erupción. ¿Están así por la pasión contenida? ¿Serán más bien campos fértiles de amapolas y por eso me da sueño? ¿Siembro mis propias flores y apenas las descubro?

Me arden los ojos y creo que sé por qué… Se están esforzando por no dejar salir todo el mar que empuja hacia afuera. Estaba en calma hace unas semanas, pero pronto se alborotó. Ha llovido muchísimo, así que la marea subió y ahora ya no cabe en ese espacio que le he destinado. Mis ojos se han esforzado de veras por hacer de compuertas hechas con el material más resistente, pero están a punto de ceder. Es suficiente, sólo voy a llorar.

15 mayo, 2023

¿De dónde viene esta tristeza?

¿De dónde viene esta tristeza? Viene de muy lejos, cansada y apenas con aliento. Como ha sido largo su viaje, la energía le alcanza para escurrirse entre los recovecos, imperceptible. De pronto, de frente ante el espejo, cobra fuerza; se alza como si siempre hubiese sido ese su tamaño. Pero en realidad es una tristeza suave, sabe que puede desaparecer con un suspiro. A pesar de su fragilidad, se impone. ¿De dónde viene esta tristeza? Me cobija como si mi cuerpo pasara frío. La acepto, pero me incomoda porque no sé por qué está aquí. Quiero pensar que ya no tengo espacio para ella, pero sé que no es verdad. En mí hay un universo entero que le pertenece, un sitio de calma y certezas donde ella puede descansar el cuerpo luego del arduo viaje. Ahí se quedará hasta que la aventura se presente de nuevo. Entonces volverá a irse. Y regresará cuando menos la espere. Así me preguntaré otra vez: de dónde viene, por qué está aquí. 

Aunque tengo todas esas dudas, no soy capaz de prohibirle la entrada.

13 mayo, 2023

09 mayo, 2023

Me gustan las mañanas

Siempre he admirado a las personas que se desvelan y trabajan tan bien cuando afuera está oscuro. Entonces encienden sus lámparas, utilizan lentes para trabajar con las pantallas prendidas, se concentran en la calma de la noche. Yo no puedo, aunque alguna vez pude. Alguna vez fui esa joven nocturna que leía, escribía, veía películas y hasta platicaba a altas horas de la madrugada. Me acuerdo de varias veces en que me puse a ver documentales; uno de ellos, por ejemplo, trataba sobre cómo funcionan los ojos, fue fascinante. Pero luego, no sé en qué momento, regulé mi ciclo de sueño. Comencé a dormir ocho horas. Casi imperceptiblemente, cuando el reloj marcaba las diez de la noche, yo ya estaba preparándome para dormir. Entonces, en las mañanas, despertaba lista para enfrentar el día. Muy raro eso, lo de estar lista.

He descubierto que me gustan mucho las mañanas. Me gusta el sonido de los pájaros en el jardín, los pasos de mamá por la casa, la modorra de Nubecita que se desvanece lindamente para comenzar con sus travesuras. Me gusta mirar por la ventana, ver el sol alzarse poco a poco sobre las flores. Me gusta esa rutina que me he impuesto: la de escribir los primeros pensamientos, preparar agua caliente para el café, recortar y pegar papeles en el cuaderno. Me gusta armar la lista de cosas pendientes, revisar lo que hice ayer, escribir lo que soñé. Me gusta el clima de mayo que es simplemente perfecto. Incluso, me gusta ir a la tienda y disfrutar del silencio de la calle, de ver a los vecinos en pijama y a los perritos bostezar. 

Entiendo algo: disfruto más mis mañanas porque no tengo que ir a trabajar, no tengo que apresurarme con el desayuno o bañarme en un dos por tres. ¿La dicha de ser freelance? 

No hay prisa, sólo la calma de saberme viva un día más. No hay estrés, sólo la dicha de tener un presente que me gusta. ¿Volveré  a vivir de noche, a desvelarme, a conversar a altas horas de la madrugada? Suena bien, pero lo dudo.

03 mayo, 2023

Una pareja que baila


Hace diecisiete años tuve una enorme fiesta de cumpleaños. Vinieron más de 200 personas, ya casi no cabían en la casa. Tuve que saludar a todos, yendo de mesa en mesa, tomándome fotografías. Vinieron mis compañeros de la escuela y los chicos que me gustaban, claro. Vino la que era mi mejor amiga. Fue una fiesta enorme, las luces brillaban como una estrella caída en el páramo del pueblo. Había tanta algarabía que no supe si realmente estaba presente; todo sucedía alrededor de mí y, de alguna manera, me sentía sólo una observadora.

Pero me acuerdo de algo:

Yo estaba en medio de la pista. La voz del que ponía la música dijo: Que pase a bailar con la señorita aquél que la quiere mucho. Pensé que papá pasaría al centro, pero estaba perdido en algún lugar, dando órdenes o verificando asuntos en la cocina. Es una tarea ardua esa de ser el anfitrión en una fiesta tan gigante. Por un momento creí que nadie aparecería. Sin embargo, vi a un joven levantarse y acercarse a mí. Hubo muchos gritos de emoción. Sentí la mirada preocupada de mamá lacerándome la nuca: todo lo relacionado a si yo tenía novio o estaba enamorada, la ponía muy nerviosa. Él hizo una pronunciada reverencia, como si de verdad fuera yo una princesa y él el príncipe heredero de algún reino lejano. Sonreí. Entonces comenzó un vals, él me tomó por la cintura y bailamos. Fue un momento mágico, como dicen que sucede en los cuentos de hadas. Ahí supe que a ese joven yo le entregaría mi corazón.

Lo último que recuerdo de esa fiesta es que todos pasamos al centro a bailar. Vi a tíos, primos y amigos perder el control ante el ritmo de la música. Reí hasta más no poder.

Así termina el recuerdo: con la risa haciendo eco mientras todo se desvanece.

Vuelvo a este presente. En mi mente, que es un universo, hay una esfera de luz donde todo el mundo se está divirtiendo. Y si echamos un vistazo más de cerca, una pareja de jóvenes baila en el centro, con los corazones encendidos. Me gusta volver a ese momento, verlos tan felices. No saben del futuro, no tienen idea de que llegará un momento en que todo se estrellará contra el suelo. Qué caso tiene pensar en eso. Ese baile es suficiente para saber que la vida ha sido buena.