30 mayo, 2013

BookTag: Las Enfermedades de los Libros

Hola nuevamente. ¡Por fin he terminado mi último semestre de la carrera! Pasó tan rápido. Ahora la vida mi invita a realizarme en lo que siempre quise: graduarme, ir detrás de mis sueños más locos, viajar. De aquí a lo que resta del año comenzará la aventura de terminar bien Letras Clásicas ¡y titularme! Y el 2014… no lo sé, pero seguro que será emocionante. A través del blog lo iré plasmando.

Ahora dejo con ustedes un nuevo video: Las enfermedades de los libros. Es un booktag. Hay mucha gente en YouTube haciendo videos sobre libros y cosas así, eso me alegra muchísimo. Espero que les guste. Los invito a hacer el suyo, ya sea en video o en entrada de blog y compartirlo conmigo, me interesa conocer sus lecturas c:

¡Que estén de lo mejor!

18 mayo, 2013

Me miserum!

Escribo esto faltando quince minutos para la una de la madrugada de este sábado. Hace un momento he terminado de leer Los Miserables de Víctor Hugo, libro que viene en dos tomos pues es la edición completa (tiene 1192 páginas en total), de editorial Bruguera, edición especial, impreso en España. Este libro que muy amablemente me prestó mi amiga Elizabeth lo tengo en mis manos desde diciembre pasado, pero comencé a leerlo el 03 de marzo. Casi dos meses y medio sumergida en esa historia.

Bueno, pues ya, ha terminado. He llorado y he sentido paz. No les voy a contar de qué trata, les diré más bien la ola de sentimientos que ha surgido en mi interior. Antes de Los Miserables ya me urgía leer a Víctor Hugo, primero porque todo mundo lo alaba, después porque mi amiga Elizabeth me lo había recomendado desde que tenía 17 años y a los 20 me di cuenta de que no lo había leído y que el tiempo seguía pasando. Así que dije: ¡Basta! Busqué en la biblioteca de mis padres y hallé Los Trabajadores del Mar, obra posterior a Los Miserables. Me maravillé con la historia de Gilliat y me hice una idea de la escritura de este francés tan controversial. Pero Los Miserables es completamente otra “onda”.

Como bien sabemos, Los Miserables ha sido adaptada a innumerables obras, musicales, películas, caricaturas, etc. Bueno, pues yo nunca había visto nada de eso. Así que cuando comencé a leerlo no sabía de qué trataba. Eso se lo agradezco a mi mamá. Para ella dicho título sonaba tan triste y desgarrador que más valía alejarse de él. Por esa razón no lo teníamos en casa. ¡Y ahora es mi madre la que quiere saber qué más va a pasar, pues se lo estoy contando! Más que la historia, lo que agradezco de esta novela es la la profundidad de la escritura en tantos temas: Dios, política, amor, soledad, pobreza, injusticia, naturaleza. No hay ámbito que no se toque, Víctor Hugo hizo una reflexión muy completa sobre el papel de la humanidad en la tierra. Sabiendo eso no es de extrañar que lo hayan expulsado de su país durante mucho tiempo. Pocos autores mezclan sus ideales con su obra, generalmente se evitan los temas espinosos (a menos que su obra tenga como fin la polémica) porque siempre es más fácil caer bien que crear crítica. El compromiso de Víctor Hugo con su escritura era crear conciencia en sus lectores. Pero una conciencia muy ENTERA. ¿Cómo decirlo? Mejor léanlo xD

Estos últimos días de mi vida han sido muy extraños. A veces me parece que no soy yo la que está viviendo, sino una versión muy pobre de mí misma. Una versión que no halla cómo seguir construyéndose. Es un nuevo sentimiento: es una mezcla de saberme viva, finita, capaz, triste, resignada… algo así. Intento desentrañar el sentimiento y un nudo se crea en mi garganta. Ahora imagínenme en ese estado anímico leyendo Los Miserables. Catarsis total. Lo que debe afectar un cien por ciento, me afecta el doble. Bien dicen que uno no escoge los libros, sino que los libros lo escogen a uno. (Esa frase J. K. Rowling se la robó para las varitas mágicas). Me afectó también porque soy muy sentimental. Porque me gusta desentrañar los misterios de mi ser, aunque me quede a la mitad en muchos.

En fin, que siento que he fallado nuevamente en muchas cosas y que la luz se presenta ante mí para redimirme una y otra y otra vez. Ayer viernes sentía el peso de la culpa en el corazón, ¿cómo salir de esto?, me preguntaba con tristeza. Y cuando he bajado de la combi la lluvia torrencial ha azotado el pavimento. ¡Ahí te va el agua del cielo, Gaby, para que despiertes! Me mojé por entero. La última vez que había caminado de ese modo bajo la lluvia también me encontraba en un estado terrible. ¿Casualidad o destino? La eterna pregunta de la diversión. Yo sólo diré: LUZ. Sentí el agua en mi cuerpo ¡y no estaba fría! Caminé pensativa hasta llegar a casa. Luego terminé Los Miserables. ¡Qué frágil queda uno luego de una experiencia así! Sí, sé que todo depende de cómo le vea uno, pero ahora esta perspectiva se reafirma. Todos somos miserables. Todos sin excepción. Algunos más que otros, algunos sólo un tiempo. Pero los que no son miserables, esos… esos están en otro mundo. En la luz.

Sólo quería decir eso, hoy que mi corazón me habla para despojarse de la culpa. Me miserum! Vivo todavía.

13 mayo, 2013

Lluvia de ideas

Está lloviendo afuera. Y también dentro. Afuera el asfalto está empapado y hay un olor particular: humedad. Mi cabeza llueve ideas, caen sobre la realidad una tras otra, sin orden, sin importar nada. Quiero nombrar cada gota que se escurre por el cristal, pero se escapa, huye hasta unirse con otra y otra más. El agua y esa manía suya de escurrirse. Mis ideas y ese afán de querer retener todo, nombrar, establecer.

Ambas se escurren, se van, dejan el aire frío y una especie de nostalgia. Y aunque caen cien más, de todas partes, aunque hay más de las que puedo imaginar, el simple hecho de verlas caer (gotas, ideas) es suficiente para pasar la tarde de hoy.

09 mayo, 2013

A ver, madre

Hola a todos. Muchas gracias por seguir apoyando el proyecto de Ensayos de Abril. Esta vez les traigo el tercer videoblog. Espero que les guste. Inauguré una nueva sección dedicada a la Ortografía y a la Sintaxis, espero de alguna forma poder ayudar en la mejora de la escritura. La ortografía, sin duda alguna, es algo que debe contagiarse y compartirse. En vacaciones implementaré un taller dedicado a ello, ya les estaré avisando. También les recomiendo La Madre de Máximo Gorki, nada más ad hoc para estas fechas.

Espero sus comentarios y, denme chance, ya me estaré paseando por sus sitios.

¡Saludos!

Tercer Videoblog de Ensayos de Abril

03 mayo, 2013

En mi compañía

Nunca sabes lo que vales hasta que te encuentras en una situación inesperada. Y esas casi nunca pasan, por eso son inesperadas. Dicen que soy afortunada, pero más bien creo que no he perdido mi capacidad de asombro. Perdón, tal vez no me estoy explicando bien. Ahora les contaré.
Me conocí hace ya algunos ayeres y fue genial. Sí, así es, me conocí a mí misma cuando menos lo esperaba. Tomé mi propia mano y me dije: Hola, yo soy tú y he decidido caminar contigo. Fue muy jalado. Comencé a caminar con mi aura sintiendo el peso de las cosas por vez primera. Esto de aquí es el mundo, dije, y es lo más maravilloso que te pudo haber pasado. Crecí mucho en mi presencia y en las situaciones más horrorosas estuve ahí para sostenerme. Ahora vamos al abismo, me dije un día, pero saldremos cuando sea necesario.
Bajé. Descubrí que siempre se podía seguir bajando. Así que bajé más. Esto es el horror, me dije, pero puedes tomarlo. Lo bebí y me transformé. Soy un monstruo, me dije. No, no lo eres, me respondí. Lloré mucho y yo misma sequé mis lágrimas. Me perdí y yo misma volví a alumbrar mi camino. Nunca sabes qué tan fuerte es tu voluntad hasta que decides sacarla en forma de espada y romper los muros más densos.
Tengo miedo, me dije.
Claro que así es, me respondí.
¿Y entonces qué hago?, me pregunté.
Camina más rápido que él.
Aceleré el paso hasta que dejé de ver penumbra y los colores inundaron el espacio. Esta de aquí eres tú, me dije viéndome en las aguas cristalinas de alguna laguna de mi mente. Qué bella, qué hermosa mi figura. Te entiendo Narciso, ¡te entiendo! Ya no estamos en el fondo, tal vez nunca volvamos, me aseguré.
Sin embargo, un día me dije: Déjame sola. Te perderás, respondí sujetando más fuerte mi mano. Sólo déjame, pedí ferviente. Serás como la arena ligera llevada a donde el viento quiere, no podrás parar, me advertí y me alejé lo suficiente, apenas a una distancia donde no podía decir nada, pero podía observar todo.
¡Entonces cuántas cosas comenzaron a atacarme! Aquél tenía razón y ése de allá también. Y ése. Y ése. ¡Cuántas verdades existen! Me fui con una y con otra, mis pensamientos se revolvieron. ¡Qué pesado es el mundo! ¡Qué bajo! ¡Qué alto! Era arena y no podía detener el vuelo. ¡Todo lo apreciaba! ¡Todo me llenaba y me vaciaba al mismo tiempo! Y tan veloz era el viento que me llevaba que me estrellé en algún punto del universo.
Me despertó mi propio beso. Volví a sujetarme y me cargué en la espalda recorriendo las distancias que el desenfreno me había hecho cruzar. Y mientras dormía velaba mi sueño y me maravillaba con las figuras de mi mente. Nada de esto es necesario, susurraba a mi oído. Adquirí calma y me abracé muchas veces.
¡Cuántas cosas escribí entonces! De alguna forma las letras me cobijaban como mi propia voz. ¡Qué hermosa y terrible la realidad! ¡Qué hermosa y terrible la fantasía! Y entonces supe lo que valía. Adquirí conciencia de mi yo tanto en el presente como en el pasado y el futuro. ¡Mi yo en el tiempo! ¡Mi yo en la vida! ¡Mi yo en lo que es y no dejará de ser! Ese conocimiento me permitió tomar las riendas de mis actos y potencializar mis deseos. Lograré esto, decía. No te creemos, respondían los otros. No era necesario replicar, simplemente lo demostraba. Tienes una suerte increíble, decían ellos. Sólo he comprendido mi vida, respondía tranquilamente.
Sé qué todavía hay mucho que conocer y eso me maravilla, sólo quería decirles eso, que sujeto mi mano la mayor parte del tiempo y que se siente bien. Que vivir se siente bien. Que valorarme y vivir se siente muy bien.