30 noviembre, 2014

Maldad

No se puede refutar lo ridículo. No se puede discutir racionalmente con la maldad.

Encantamiento, Alice Hoffman

 

Decidí mirarme honestamente, despojada de todas mis mentiras. Soy un monstruo. Las personas a quienes herí se cuentan por montones, las promesas que no cumplí se amontonaron hasta casi caerme encima. Veo incoherencia y flojera. Una y otra vez me clavé un puñal en mi propia credibilidad. Díganme mis defectos, los conozco mucho mejor que ustedes porque vivo con ellos. Sí, soy eso y también soy eso otro.

Por eso nadie puede herirme más que yo misma. Por eso he elegido el silencio ante insultos e improperios que reflejan la vida de quien los dijo. No hay nada en mí que no tenga quien me insulta. Por eso he elegido quedarme callada. No se puede razonar con los que le dan prioridad a los sentimientos negativos, cegados por el odio y la tristeza.

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