09 noviembre, 2023

Nunca es suficiente, pero el lugar correcto es el ahora

Veré a Natalia Lafourcade en concierto. Muy probablemente, cuando haya publicado esta entrada, ya la habré visto. Me emociona mucho. Ahora mismo, mientras escribo esto, suena Para qué sufrir. La música de Natalia es parte fundamental del soundtrack de mi vida. Uno de mis primeros recuerdos acerca de ella es cuando estaba barriendo el portal de mi casa y sonaba a todo volumen En el 2000. Rolón. Yo tenía diez años y desde entonces le seguí la pista. ¿Por qué me gusta tanto? Me calma. ¿Por qué no me cansa nunca? Me abraza. Hay muchos momentos de mi existencia en que su voz suena de fondo. Por ejemplo, cuando tuve una de las rupturas más dolorosas de mi vida y los acordes del disco Hasta la raíz me acompañaron todos los días. O cuando me fui a vivir a la CDMX y Hu Hu Hu inundaba mi habitación. Incluso está presente en aquellas tardes soleadas contemplando el jardín, el Vals Poético acomodándose al paso del viento entre las hojas. Qué decir, por supuesto, cuando papá dejó de estar en el mundo y la voz de Natalia sonaba con fuerza con canciones como Una Vida.

Fui sola al cierre de su gira Hasta la raíz en el Teatro Metropólitan. Vine solita, dice ella. Fue una experiencia preciosa, catártica. Siento que he estado perdida desde hace mucho tiempo, pero la música de Natalia apela a la paciencia, el entendimiento y el presente. No sé. Me da ánimos.

Quisiera no pensar tanto, sólo fluir. Sólo cantar a todo pulmón que Nunca es suficiente, pero que El lugar correcto es el ahora.

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