01 noviembre, 2023

Sobre los últimos k-dramas que he visto

De acuerdo, voy a confesar algo. No he hecho nada durante tres días. Se me acabó la energía que tanto ostenté desde finales de junio. Es como si me hubiese desenchufado de lo que sea que me diera energía. Estoy agotada y durante tres días enteros me la he pasado viendo la vida pasar. 


Vi k-dramas a una velocidad impresionante. Vi Doona. Me gustó mucho la química entre Suzy y Yang Se-Jong, hay unas escenas en verdad memorables. La hermosura de Suzy es asombrosa. Y la trama no llega a hacer una crítica real del sistema idol, así que sigo meditando si me gustó por ese lado o no. Es una serie agridulce. ¿Lo que menos me gustó? La relación un tanto tóxica de los personajes principales. Tóxica, pero apasionante. Supongo que al menos una vez en la vida hay que tener una historia de esas. Supongo. 


Vi también Vuelvan atrás, pareja. Ya la tenía empezada, así que sólo fue ver los últimos tres episodios. Me gustó mucho por varias razones, pero destacaré la reflexión en torno a aprovechar el tiempo y la juventud. ¿Qué haría si volviera a tener veinte años? Hallaría la manera de no deprimirme y mandar todo a volar. Me conmovieron profundamente las escenas donde la personaje principal se reencuentra con su madre antes de que ésta muera. Si volviera a tener veinte años mi papá estaría con vida, ¿no es así? Mi personaje favorito de esta historia fue el amigo de cabello largo: Go Dok Jae. En verdad me hizo reír mucho. Lo que menos me gustó fue el poco, casi nulo, contacto físico entre los protagonistas. ¡Y se supone que estaban enamorados! De cualquier manera, fue una buena historia que me hizo pensar mucho acerca de no vivir con arrepentimientos. 


El último k-drama es el de Sandía refrescante. No esperaba nada de él, pero en el tercer capítulo me dejó con la boca abierta. Me encantan los giros de trama inesperados y emocionantes. Sigue en emisión, así que no puedo dar una opinión definitiva, pero lo que llevo hasta ahora me parece memorable, singular y fantástico.

Pues esta es mi confesión. He mandado a volar nuevamente todo en mi vida para refugiarme en el calor de las cobijas. Sin embargo, me he tomado suficiente tiempo y es momento de volver. Siento el estrés reptando por mi espalda.

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