Hoy he tomado la decisión más importante de toda mi existencia: dirigir mi vida. Sé que suena extraño, ¿cómo he vivido entonces si no la he dirigido yo? Bueno, basta ver los resultados mediocres que he alcanzado. ¿Qué pasa si les digo que tenía miedo de brillar? La idea de una luz enceguecedora irradiando de mí misma me asustaba. Cuando era niña casi diario soñaba que volaba y de ahí surgieron las múltiples historias que pueblan mi cabeza hasta ahora. Y luego dejé de volar al grado de tener miedo de elevarme más allá de las montañas. Me bastaba estar sobre el suelo, sentir la brisa que acaricia los campos, sin arriesgarme a tocar el viento frío que viaja sobre las nubes. ¡Y resulta que estoy más que capacitada para alcanzar una altura indecible!
Comienzo la bitácora, cada que obtenga un resultado lo compartiré con ustedes. ¡Únanse a esta aventura! La de hacer lo que siempre hemos querido hacer, pero que por equis razones no nos hemos atrevido. Si no es ahora, ¿cuándo? Esto no es un deseo más de alguien que se siente motivado. Es la predicción del futuro de alguien que está convencido.
¿No me creen? Regresen seguido a este blog si quieren comprobar mi victoria. ¡Vuela conmigo! Hoy haz algo por el placer de hacerlo. Hoy voy a hacer algo por el placer de hacerlo.
La serie de escritos que serán publicados a partir mañana son pequeñas historias de mis días, la maravilla de lo cotidiano, la literatura de mi vida, muy parecidos a mi antigua etiqueta de Así ha sido. Te invito a leerlos y dejar tus comentarios. Déjame saber si has leído esto.
Abril, más viva que nunca.
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