21 abril, 2023

Anclada a una nube


Me llama mucho la atención cómo es que Nubecita me sigue a todas partes. ¿Por qué no te cansas de mí, perrita mía; de mi música, de mi estrés, de mis vueltas sin sentido? Nubecita sabe que si me siento, ella puede saltar y acurrucarse en mis piernas. Sabe que si me acuesto, ella puede hacerse bolita a mi lado. Sabe que si salgo al patio, ella puede traer su juguete. Entonces jugaremos un rato. Yo la corretearé, ella saltará de alegría. A veces la regaño porque es muy traviesa, pero ella me mira atenta, me lame un poco. Digo que Nubecita me ha entregado su lealtad sin que yo se la pidiera. Digo que he aprendido a cuidar de otro ser vivo que no soy yo.

A veces me quedo mirándola mientras duerme y levanta sus patitas. ¿De dónde vienes, Nubecita? ¿Mi papá te mandó a nuestra casa? Nunca en ningún momento pensé en entregarle mi corazón a una perrita blanca que cuando su pelaje es largo y esponjoso, es igualita a una nube. Y entonces flota, luce sensacional, brinda calidez. Me anclo a ti, Nubecita, contigo visito el cielo y me alejo del abismo de mí misma.

1 comentario:

carmen dijo...

Me aportas mucho con tus escritos y tantas veces expresas cosas ke yo siento pero lo haces tan bonito! Gracias Abril