Mi abuelo siempre tuvo una presencia tranquila. Tenía un vozarrón cuando se enojaba y una dulce vocecita cuando pretendía hacer cariñitos a alguien. Fue un hombre trabajador y honesto. Campesino. Comerciante.
El día de mi último cumpleaños me dió 200 pesos junto con mi abuela. Yo no los quería recibir, me dijo alto y fuerte: Siempre recibe el dinero que te quieran dar estos pobres viejos, te lo estamos dando de corazón. Los recibí. Él me abrazó con fuerza.
Sufrió mucho mi abuelo y ahora las historias que sé sobre él se me agolpan en la garganta. Comienzo a sacarlas de a poquito, con esta publicación. ¿Cuántas serán?
Mi abuelo se ha marchado y yo sé que lo voy a extrañar.
1 comentario:
Mis condolencias. Sé lo que se siente.
Publicar un comentario