07 octubre, 2023

Barrer

Ahora mismo son las 21:27 horas. He escombrado mi habitación y sólo me falta barrer. Alguna vez me dijeron que barrer de noche era un mal augurio, pronosticaba que no me iba a casar o que mi marido fallecería primero que yo. Es verdad que me gusta más barrer en las mañanas, pero hay veces como hoy en que no hay de otra que hacerlo de noche. No me he casado, así que tampoco tengo un marido que muera primero que yo. Quizás, sólo quizás, el augurio se cumple. Más allá de esas consideraciones, lo que me sorprende es la cantidad de polvo que se acumula. En el acto de barrer se desplazan millones de partículas terrosas que la vista no alcanza a notar sino hasta que se mueven juntas. Barrer es también encontrar y recordar. Así que ahí estaba la liga de pelo que perdí la semana pasada, aquella con florecitas. Así que ahí quedó la fotografía tamaño infantil de mi papá que pensé que se me había caído en la calle. Ah, mira, el botón de la blusa que no encontraba por ningún lugar. Barrer es volver a mirar. Había una frase que decían en mi familia y que, en mi desconocimiento feminista, no me parecía problemática: Tú nada más barres por donde ve tu suegra. Bueno, primero recordemos que no tengo suegra. Pero más allá de eso, pensaba, ¿por qué mi suegra no barrería mejor que yo? Barrer es un acto de mirada atenta y hasta cierta calma. Se puede barrer con prisa, claro, pero no es recomendable. Todo aquel que ejerza el acto de barrer tendrá una postura de atención plena en el presente. Y es que sí, barrer parece tan sencillo que puedes escuchar música mientras tanto. O escuchar podcasts o audiolibros, o platicar por teléfono, o simplemente perderte en una maraña de pensamientos. Sí. Pero quien barre no descuida la mirada. Se mueve con seguridad a través del espacio designado buscando aquellas cosas que no deben estar más en el suelo, quitarlas, limpiar.

Hay una frase en una canción de Shakira que dice: Toda escoba nueva siempre barre bien, luego vas a ver desgastadas las cerdas. ¿Cuánto duran sus escobas? Me falta barrer mi habitación y ahora me encuentro pensando en los materiales con que se hacen las escobas. Y, bueno, decir que me gusta barrer. Me gusta acumular el polvo para recogerlo. Me gusta tener la sensación de que el espacio está limpio (aunque el polvo no es suciedad precisamente). Pienso mucho en el acto de barrer: se parece a ir con ese movimiento decidido a sacudir lo innecesario de mi mente.

No hay comentarios: