16 febrero, 2024

En la parada del autobús

 He llegado a la nueva ciudad, aquella que sólo veía en mis sueños.

Esta versión de mí se parece mucho a la de diecinueve años

cuando hacía fila para esperar el transporte público

y tenía frío o tenía calor, o tenía hambre.

También estaba en una ciudad desconocida

y siempre llevaba un libro en las manos.

Tengo el tiempo para mirar a las personas apresuradas,

como en aquel entonces cuando, incluso,

contaba los pares de zapatos rojos que veía por la calle.

Ceños fruncidos, palabras al teléfono, 

manos que se guardan en los bolsillos.

Casi no he encontrado fumadores;

en cambio, hay mucha gente que bebe café.

Mi yo de diecinueve años

se divertía bailando en la parada del autobús.

También cantaba o leía, eso acortaba la espera.

Ella reía bastante y aquella risa me hace reír ahora.

Qué más da, muevo el cuerpo en la ciudad desconocida.

La gente me mira,

sólo un poco en lo que llega el transporte,

en lo que me acostumbro a este aire,

en lo que encuentro a alguien de zapatos rojos

y hago las paces con mi yo de diecinueve años.


No hay comentarios: