24 septiembre, 2023

No fue una profecía

He dormido seis horas. Al despertar quise retener el sueño que tuve, antes de que se esfumara, pero fue más veloz y no lo atrapé. No me gusta cuando eso pasa. Queda apenas una estela de todo el ambiente que me acompañó mientras dormía. Apenas una sensación. Me parece que en el sueño de hoy había muchos colores, quizá un cielo con aurora boreal. Había mucha gente, como un desfile. Algarabía. En medio de todo una persona esperando algo. Recuerdo eso, pero como a pedazos. En un momento la persona está sentada leyendo algo, en otro está de pie observando la marea de gente, en otro más mira la multitud de colores que cae del cielo. Hay desesperanza. Algo de melancolía. No recuerdo más.

Cuando me levanté de la cama y abrí las ventanas de mi habitación, vi que el cielo estaba nublado. El sueño no fue una profecía, al menos hasta ahora. No hay luces de colores, ni gente feliz que baila y camina. Estoy yo, un tanto parecida a la persona que espera y lee. Y pensando en eso vine a escribir este texto.

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