Estás y no estás aquí… no comprendo nada, la gente debería de cambiar, la gente debería ser diferente, pero no como yo soy, sino sólo diferentes, ¿por qué parece a veces que todos somos iguales? ¿por qué parece a veces que no habrá un futuro mejor para la sociedad?
-En fin, te digo Davicho, hay que comernos ese spaguetti. –dice la voz de Tere mientras saca el recipiente del refrigerador.
Yo de verdad no entiendo nada, a veces me frustra ser como soy, siento que mi presencia no hace ningún cambio a nada, pero ¿cómo soy? claro que sé cómo soy, sí lo sé, pero entonces ¿por qué me perturbo por estas cosas?
-Gaby, calienta por fa las tortillas. –dice David mientras prepara la mesa.
-Ehh… sí… –respondo.
Todo es como calentar las tortillas, si no te pones listo se te queman, si tienes demasiada prisa no se calientan lo suficiente, debes esperar justo lo necesario para que sepan ricas a la hora de comerlas, ¿y si me estoy apresurando? ¿y si nada es lo que parece? ¡ay mensa, ya me quemé!.
-¡Auchh! –digo sin pensar.
-¿Qué pasó? –preguntan ellos al unísono.
-Nada, nada.
Nada ha pasado, una simple quemadita, ¿cuántas caliento? La comida no debe contarse y menos las tortillas, pero si caliento más y se quedan hasta hacerse duras, mejor las cuento. Ashh, de verdad me frustra esto, ¿por qué me sucede a mí? ¿Qué ha hecho ese niño para ponerme así? ¿Yo merezco esto? Ahhhh no me conozco, eso es un hecho.
-Ya siéntate Gaby. –dice Tere mientras pone lo que falta y se sienta.
-Ya voy.
Me pregunto si algún día podré entender lo que sucede a mi alrededor, me dan ganas de poder comprender esto, pero ¿cómo? ¿cómo? No sé qué me ha hecho, es tan genial, pero me frustra.
-Entonces te cuento David, iba yo caminando por la calle cuando de pronto no entendí… –comenzó a hablar Tere.
Sí, seguro es su mirada, a lo mejor fue su mirada, a lo mejor… pero igual fue su sentido del humor… sí a lo mejor fue su sentido del humor…
-…fue tan gracioso ¿puedes creerlo?
-¿En serio? Jajaja, imagínate que yo…
O a lo mejor no fue nada… y fue todo… ashh, me choca ponerme así, porque mejor de una vez no acepto que me gusta y ya, ¡claro que me gusta! pero… es que no entiendo por qué… o sea, sí sé que me gusta desde hace mucho, pero esto… esto no se siente de la noche a la mañana… me estaré haciendo bolas yo solita…
-…y entonces que voy con Pablo Larios hablando de la tarea y en frente de nosotros…
De veras que no me siento bien, estoy entrando de nuevo en un trauma existencial, esto no puede ser válido, no aquí… pero me pone tan mal, necesito saber si yo le gusto… qué ñoñada, ponerme así por esto, qué pesadez, me frustra, me frustra… aaaaaaaaa, demonios… ¿cómo lo hace? ¿cómo lo hace?…
-¿CÓMO LO HACE? –mi voz resonó en la cocina.
Tere y David me miraron perplejos.
-¿Qué te pasa? ¿Cómo lo hace quién? –preguntaron.
Y entonces yo pude percatarme que mis pensamientos se volvieron palabras habladas… menos mal que fue eso lo que se escapó y no lo demás ^^.
3 comentarios:
ALO GABY!
por fin logre comentar algo
y lo unico que comentare en esta ocasion es que la amistad
es algo de mucho valor, un valor
que no tomamos en cuenta mucho y que sin embargo en la amistad verdadera se nota su esencia
C A R L O.
Jaja
Eres demasiado pensativa
Y el problema es que lo terminas gritando, y todos se enteran
:P
Genial post!
Un abrazo =)
jajajajaja lo recuerdo y vuelvo a reir!!!debo decir que me ha pasado y suele ser vergonzoso cuando piensas en voz alta, jejeje pero estabas en confianza !!!!
Tere
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