29 diciembre, 2010

Mis diez canciones 2010

La siguiente lista no se basa en otro criterio más que el mío. Todas las canciones aquí puestas fueron estrenadas en el transcurso de este año y llegaron a mis oídos de una u otra forma. La razón por la que hago la lista es porque cada una de ellas representó en este año algo más que el simple placer de escucharlas. Estas son las diez canciones que marcaron mi veinte diez.

  • Cheating Sons – The Last Queen

Por hacerme sonreír en el peor de los momentos.

  • World’s End Girlfriend – Les enfants du paradis

Por ser el fondo musical de los sueños donde vuelo.

  • Identitate – Always single, always in love

Por inspirar una historia de la que me enorgullezco.

  • The Bianca Story – Coming Home

Por acompañarme desde que inició el invierno.

  • Lázaro Valiente – No hay salvavidas

Por brindarme reflexiones con las que crezco.

  • Andrés Correa – Medias Nueves

Por hacerme enamorar más de quien quiero.

  • The Stutters – Stralight Love

Por salvarme en la clases del aburrimiento.

  • Clorofila  – Baby Rock Rock

Por hacerme imaginar mi vida como un cuento.

  • Enjambre – Madrugada

Por describir a la perfección la tristeza del momento.

  • Panteón Rococó – Arréglame el alma

Por motivarme a confiar en el regreso.

La rima nación sin querer. Los leo pronto.

25 diciembre, 2010

Me gusta leer

 

La lectura y yo hemos estado juntas desde que tengo memoria. Todo gracias a mis padres. A los dos les encanta leer. Y cuando nací los dos estuvieron emocionados de que su primogénita aprendería casi todo de ellos. Es extraño, eso de  e n s e ñ a r. Más que en la escuela, aprendí en mi casa. Y sí, entre las múltiples habilidades que quisieron inculcarme, me aferré con más fuerza sólo a dos: leer y escribir.

Así que leo desde los cuatro años todo libro que caiga en mis manos (y que llame mi intención, claro). Una vez, cuando tenía once años, alguien me preguntó cuántos libros había leído, porque recuerdo que en la televisión salió una niña de doce que dijo que había leído cien libros en toda su vida. “¿Tú cuántos llevas, Gabita? Ya casi cien, ¿no?” La verdad es que no supe qué responder, porque no me interesaba contar los libros que leía. “No sé, pero puedo leer cien libros en un año”, la frase salió así. Solita. No sé por qué había calculado mi velocidad de lectura y se me hizo sencillo decir que podía hacerlo. “¿En serio? A ver, cuando nos veamos en la cena de año nuevo el próximo año me dices cuántos fueron” Casi fue apuesta.

Fue en el 2003, lo recuerdo perfectamente. Mis papás estaban emocionados y me dieron títulos para agregar a mi lista. Cuando cumplí doce años, de regalo pedí que me llevaran a una librería en donde papá me compró todos los libros que quise (uno de los mejores días de mi vida *.*) y también me compró un libro florete para que anotara los títulos que iba terminando.

Ese año leí y leí. Leí mucho. Fui feliz. Lo disfruté bastante, pero no llegué a cien.

Llegué a ochenta y cinco.

Y no me sentí fracasada porque entendí que la cantidad no tenía que ver con la lectura. En realidad uno lee porque le le gusta leer, punto. Ése ha sido el año en que más he leído. No se ha vuelto a repetir la cifra. Desde entonces anoto los libros que leo. Cada año trato de superar la cifra anterior. Este 2010 lo conseguí, por uno xD En el 2009 leí once. Este año, doce. Sí, las cifras son realmente graciosas, estoy leyendo un libro por mes cuando antes leía uno a la semana. En el 2003 leí siete libros por mes. Pero, sinceramente, no me trauma. 

Los doce libros que leí este año en verdad me gustaron. Los amé a todos. Sentí con todos ellos lo que dice el video de arriba. Cuando un libro no me gusta, lo dejo, no me gusta leer a la fuerza. (Doris Lessing, prometo retomarte algún día, cuando esté dispuesta a adaptarme a tu narrativa aburrida). Y ya sin mucho bla bla, les dejo la lista de este año.

  • Viaje al centro de la tierra / El doctor Ox – Julio Verne
  • La metamorfosis / Carta al padre – Franz Kafka
  • La madre – Máximo Gorki
  • Los de abajo – Mariano Azuela
  • Odisea – Homero
  • Ilíada – Homero
  • Teogonía / Los trabajos y los días – Hesíodo
  • El lobo estepario – Hermann Hesse
  • Háblame, musa, de aquél varón – Dulce Chacón
  • El llano en llamas – Juan Rulfo
  • Poetria Nova – Geoffroi De Vinsauf
  • Rayuela – Julio Cortázar

23 diciembre, 2010

M-t-i-u ausencia

Les voy a contar un secreto:

 

No pude escribir en el blog porque

la tristeza

MEinundóMEabrazóMEdominóMEatrapóMEsecuestróMEarrullóMEquebróMEgolpeó

M e   h i z o   l l o r a r

 

Y encerrada con ella

me olvidé

DEescribirDEreírDEsoñarDEbuscarDElucharDEcreerDEinventarDEvivir

D e    s e r    y o

A veces pasa. Perdida en mí me puse a vagar. Caminar por las calles dizque conocidas. Leer con ansias, con ganas, con disposición aquellos libros que esperaban por mí. Quería perderme más. Ahogarme de una vez por todas en la inmensidad, complejidad, irracionalidad, mentira o verdad de ser humano. Me quise sentir nada para intentar comprender las ausencias. Me metí en cosas que no son de mi incumbencia, esos debrayes del ser todo-nada. Descubrí que soy todo. Descubrí que soy nada. Descubrí que no quiero ser todo ni nada. Quiero ser yo. Mi familia se preocupó. Me consintieron. Volví al pasado: ver anime, ver doramas, leer el periódico, discutir de política, investigar lo que desconocía y me interesaba, ver películas en la madrugada, escuchar jazzrockbluesbandaexperimentalpoppianosaxofónbajobateríatrileodan, observar el movimiento de las cosas, frecuentar de nuevo a personas que no veía, jugar con mis primos pequeños, jugar con mis primos grandes, sentirme niña, sentirme adulta, platicar horas con mis hermanos, platicar horas con mis padres, pasear con la familia, disfrutar tener abuelos, tíos, gente a mi alrededor. Me alegré de la posición geográfica de mi casa. De la posición geográfica del departamento. De estudiar. De David y de Tere. De tener justamente diez amigos contaditos. Descubrí que dejé de lado el brillo de muchas cosas para dedicarme por completo a algo que me llenaba más: el amor.

A l g o     q u e     m e     l l e n a b a     M Á S

Me costó un mes

d e s p e r t a r

r e c a p a c i t a r

d e s a h o g a r m e

r e s i g n a r m e

c o n f i a r

r e n a c e r

Me costará toda la vida                c o m p r e n d e r

Que esa palabra es más inmensa, más compleja, más irracional, más mentira o más verdad que ser humano. Y que yo, niña ilusa de diecinueve años, la coloqué por todas partes sin ton ni son. Creo en mí. Creo en el amor. Creo en él. Creo en ese momento en que decides levantarte y llevar tu vida a lo inalcanzable. Creo en los momentos en que sólo decides actuar, luchar, crecer. Creo en la unidad. En la libertad. Creo en eso  que llaman amor a la vida. No necesito sentirme todo. No necesito sentirme nada. Sólo necesito sentirme yo. Y aunque aún algún rastro de tristeza me insiste que esto que soy no fue suficiente para hacer que esa persona confiara en mí, hoy sé que es suficiente para mi mundo.

 

 

 

¿Ahora ven por qué mi profesora de Filosofía del CCH me decía que de seguro yo pertenecía al club de los optimistas?

29 noviembre, 2010

Así se tornó noviembre

Algo me asegura que tu ausencia, así como la proclamo, no existe. Eso que me digo de que no estás, de que no me escuchas, de que todo se acabó es una farsa. Siento cómo se desgranan las palabras y en su forma individual de ser letra y justificación ruedan por el suelo como piedritas que se evitan entre sí. Tamborilean en el suelo un te quiero cuando he gritado por fuera que jamás quiero volver a verte.

Pero quiero verte, no hay verdad más hermosa que esa. Quiero sentirte. Extrañarte en tu presencia. Porque este te extraño que me salta de los labios para posarse en el teclado y verse reflejado en la pantalla, es una frase casi violenta, que se ha alimentado de lágrimas y palabras vanas, de tu ausencia prolongada, de esa ausencia que yo aseguro no existe. Porque si existiera ni siquiera me quedarían fuerzas de susurrar que quiero verte. Ni fuerzas de salir a buscarte. Ni fuerzas de querer extrañarte. Ni fuerzas de nada. Porque todo habría muerto.

Por tanto, estás. Y en ese estar tuyo que me alegra descubrir quiero estar yo. No por el simple hecho de estar. Sino estar contigo. Estarnos juntos. Uno al lado del otro. Sernos. Querernos. Amarnos. Proliferar nuestra existencia como entes juntos, individuales y unidos. Estarnos conscientes de que estamos. Así, solamente. Y en ese estar casi filosófico que es más inocente y romántico de lo que algunos creen, en ese estar poder besarnos.

Así se torna noviembre. Triste, difuso y contrario. Trillado hasta el cansancio porque todo me recuerda a ti. La calle donde jugábamos con las sombras y donde nos besábamos a escondidas de aquella gente curiosa. Los cafés donde bebimos, si, café; jugando luchas de dedos en las cuales, por cierto, nunca supimos quién ganó más. Los pasos que dimos por calles repetidas, ¿en verdad le dimos importancia a recorrer esas calles? Todas, te lo dije, quiero conocer todas estas calles a tu lado. Y ahora pasearme por ahí se me antoja martirizante.

La luna llena, tabú mío. El ente solitario, tabú tuyo. La feria y el frío… los mosquitos, tabúes que nos construyeron. La presa, me alegra recordarlo, el agua extendiéndose a nuestros pies mientras disfrutábamos de un paisaje que a ratos era el cielo, a ratos los árboles, a ratos tu boca anhelante, a ratos una serie de confusiones del cuerpo. O recordar ese otro día, el de la carretera, apuesto a que no recuerdas la fecha exacta, te la dije una o dos veces. Fue hoy.

Y hoy, como día presente, constante, consciente y vivido, hoy puedo delinear mejor aquel hecho. El de dejarnos llevar y unirnos en algo más que una complicidad de niños interiores que jugaban a retarse. Me doy cuenta… pudimos morir. Como muere todo el mundo. Como muere la gente viva que deja que se le consuma el respirar. Morir en el sentido estricto de dejar de ser. Pudimos, pero no. Porque estábamos más vivos que antes, ahí juntos, recostados en un asfalto frío que jamás había sentido el calor de las espaldas. Un asfalto agradecido por recibir un poco de cariño proliferado. Algo más maravilloso que el andar rutinario de las llantas de los automóviles. Amor.

Leo todas estas líneas y se me vuelcan más palabras. Más razones. Más te quiero. Y surge, como poderoso, un te amo que lo engloba todo. Y pienso. Pienso mucho. Pienso en ti y en mí. Por separado. Juntos. Pienso en los también que no aprecié. ¿Por qué le dimos tantos significados a esa palabra? También tú, también yo. También esto. También lo otro. ¿También me extrañas? También la certeza de que no sé si volverás. Sí, certeza. Sé perfectamente que dudo tu regreso. Se me antoja imposible, pero posible. Una probabilidad de uno sobre dos, si de estadísticas se trata. No, no se trata de números. Se trata de si quieres o no. De si en verdad quieres o no.

Y al llegar a ese punto me dan ganas de borrarlo todo. De sentirme tonta. Yo que tengo las ganas de ir a buscarte, no lo haré. Lo más que puedo hacer es escribir esto. Lo más que puedo salvar es asentar mi te amo. Fortalecerlo. Crecerlo. Y así lograr que traspase los mundos distantes y únicos. Enriquecerlo. Soplarlo y hacerlo volar por encima de todo. Que llegue a ti, de noche o de día. Pero que llegue. No te iré a buscar, nunca. No porque no quiera, lo he dicho; sino porque no quiero un rechazo silencioso, casi oigo: “Me alegra que vengas, pero no lo hubieras hecho”. Y no lo oigo de tus labios. Lo oigo de tus ojos. Porque a estas alturas, deberías saberlo, aprendí a escuchar primero tu mirada.

Así que aquí me quedo. No esperando, porque no quiero vivir de nuevo a la espera de un regreso que ni siquiera estoy segura de que lo será. Me quedo con esta historia. Con nuestra historia. Tu ausencia no me carcomerá. No existe. Te siento. Te extraño (frase suavizada venida del amor que te tengo). Te quiero ver. Te soy. Me eres. Tú. Sí, tú. Aquí me quedo. Con mi amor transformado en letras. Con mi deseo de volver a ser contigo.

15 noviembre, 2010

Sigo acordándome de octubre

Me parece increíble que ya estemos a mitad de noviembre y yo no pueda asimilar lo que me pasó en octubre.

 

Cumplí un año con Saúl.

 

Bueno, ahorita ya llevamos un año y un mes. xD

Pero ese no es el punto.

El punto es que…

 

estoy enamorada.

En octubre también fue su cumpleaños.

Felicidades, amor.

 

El punto es que soy feliz.

26 octubre, 2010

Les enfants du paradis

 

Amo esta canción.

Me suena a muchas cosas.

A un viaje por el cielo donde yo vuelo y disfruto del viento chocar contra mi rostro.

A una historia donde dos personas corren por muchos lugares para llegar una al lado de la otra.

A una batalla donde hay que vencer los miedos más profundos.

Suena a un rompecabezas de personalidades múltiples.

No sé.

Quizá sólo se necesita cerrar los ojos y…

dejarse llevar.

24 octubre, 2010

Always single, always in love

Poner play.

La miro por el reflejo de la ventana del metro. Está sentada a mi lado, leyendo. Finjo dormir, pero en realidad estoy mirando su rostro a través de mis pestañas. Luce cansada y a la vez divertida, me pregunto qué tipo de novela estará leyendo, sus ojos se pierden ante esta realidad, ella está sumida en la lectura. Observo cómo en su rostro se lee el pasaje de la historia y sin querer comienzo a leer también, pero a través de sus muecas y miradas transparentes.

Apenas alcanzo a descubrir la línea antes de que dé vuelta de página, ya lo suponía… es una historia de amor. ¿Por qué a las mujeres les gustan esas historias? Son tan irreales, tan de cuentos de hadas, ¿acaso nunca dejarán de esperar al príncipe azul? Leo a través de su iris que se trata de un joven solitario caminando por las calles de la ciudad justo al anochecer. Como yo hace algunos momentos, antes de subir al metro. Veo al joven mirar sin asombro los edificios, detenerse un momento en Bellas Artes y luego ver su reloj, es entonces cuando decide marcharse.

Ella es tan expresiva que casi puedo apreciar con toda nitidez al chico haciéndose paso entre la gente para poder subir al metro, o quizá es el recuerdo reciente de cómo tuve que tirar casi a una señora para que el tren no me abandonara. Ya es tarde. Continúa la lectura. Ella narra con claridad cómo el joven no sabe nada de su vida. Está tan solo. Se siente tan solo que hasta da tristeza. Se sienta sin precipitación en uno de los vagones. Quiere dormir y olvidarse de su vida.

Entonces entra en escena el otro personaje, una chica bella de mirada sincera y cabellos lacios. No quiero saber de ella, seguro es la parte en que ella molesta al joven que trata de descansar y ocurre un flechazo de Cupido que anda viajando en el vagón sólo para molestar. Dejo de mirarla y me concentro en tratar de dormir. Pero una extraña curiosidad me mata, tal vez deba ver qué ocurre. Vuelvo a mirarla a través del espejo, tiene una sonrisa en los labios, ya sabía que pasaría eso.

La chica pide disculpas al joven por golpearlo con su mochila y luego se sienta al lado de él. No puedo creer lo que sucede a continuación. Él la ignora, ya no quiere saber de la que acaba de sentarse a su lado, porque siente que la conoce demasiado y que en cualquier momento podrá rendirse de nuevo y voltear a verla y pedirle que lo disculpe, que no debió dejarla abandonada, que debió explicarle que él era así, así de solo, así de complicado, que no era que no la quisiera, era sólo que no se encontraba.

Me lleva… definitivamente voy a dormir. Pero entonces ella hace un gesto de ternura que me hace querer seguir sabiendo de la historia que lee. Y leemos ambos que esa pareja sentada en el metro se siente sola. Que él quiere seguir ignorándola y ella para llamar su atención saca un libro de su bolso. Sabe que él la mirará el resto del camino, porque ama leer las historias que ella cuenta con el rostro a pesar de que esté leyendo cosas totalmente diferentes.

Así que sólo me está engañando. Pero no me importa, veamos hasta dónde llega lo que supuestamente está leyendo. Seguimos con la historia y se lee cómo ambos personajes van experimentado la soledad en sus cuerpos. Él ignorándola. Ella leyendo. Ambos sienten en la espalda esa carga que los hace sentirse incómodos en los asientos. La observo, comienza a acongojarse y yo junto con ella. Sus ojos tristes hacen que los labios se cierren de manera graciosa que me dan ganas de besarla para que no se sienta más mal. Pero aún me contengo.

La historia sigue narrando cómo la chica no sabe qué hacer ya con su soledad, que el compartirla fue mala idea, y él piensa exactamente lo mismo. Ambos son las mitades de algo que piensa igual. Entonces en la lectura la chica pone súbitamente una mano sobre la mano del joven. Espero a que lo haga y segundo después siento su mano entre mis dedos. Me agrada sentir su piel.

Y ahora sucede que ella espera que él haga lo mismo, pero él es un tonto y se aguanta. Y me aguanto también. Y es en ese justo momento cuando ella comienza a sollozar, sus lágrimas mojan su piel delicada y la gente del metro voltea a vernos. El joven de la historia la abrazó si dudarlo un segundo, pero yo…

—¿Te sientes bien? —pregunto tratando de alejar las miradas de los curiosos.

—Es que estoy leyendo una historia muy triste, lo siento. —dice con voz lo suficientemente clara como para que unas cuantas personas dejen salir sonrisas de incredulidad, ¿llora por una historia?

—Aquí estoy.

—Lo sé.

Y entonces sigo el acto prescrito de mi personaje. La abrazo con fuerza. Siempre solo, siempre enamorado.

22 octubre, 2010

Escapar en viernes

Como que últimamente se me ha dado llorar en viernes. Es el día ideal. Se van juntando en el pecho todas esas situaciones que ocurren en la semana. Una ofensa recibida; un dolor en la cabeza; la frustración de las tareas: los pensamientos de por qué, para qué, de qué sirve toda mi existencia. La tristeza de estar esperando la llamada de alguien que ni siquiera piensa que puede llamar para desear un buen día. El quiebre de la ilusión de creer que todo va bien cuando de pronto en jueves te muestran que no, que hay que echarle más ganas, que no es suficiente. Por eso en viernes se descarga todo.

Sólo tengo que llegar de la escuela, prender el televisor y mientras lo veo reafirmar que los programas a esa hora son basura, mordisquear un par de panes, beber mucha agua, abrir un libro, sentir la pesadez de las palabras yendo de la cabeza a la garganta. Decir por qué rayos ocurre esto, por qué no puedo sentirme bien leyendo… Encender la computadora, revisar lo de siempre, leer un poco de allá, un poco de acá. Abrir msn, esperar a que esa persona se conecte y luego, una vez que lo ha hecho, descubrir que los mundos son tan distintos que cuando se manifiesta la tristeza ninguno de los dos la percibe. Y es en esa frialdad cuando las lágrimas comienzan a salir y de pronto ya no paran…

Sólo pasa en viernes. Como si aquello que llevo dentro tuviera una cita con el día para mezclarse en el tiempo y en el espacio. Es como si el sólo hecho de ser viernes me obligara a llorar, a ponerme a pensar en todas esas cosas que dejo de lado durante la semana. Como si el día gritara: ¡Es viernes! Vamos, saca todo eso que te duele… Y las lágrimas salen y salen como incitadas al escape y no hay manera de pararlas y hasta parece que los ojos sólo son una puerta… y se hinchan… pero no importa, hay que dejar escapar a la multitud lacrimosa. Es como si viernes fuera una palabra triste, la contraposición en la vida, pues para mucha gente que conozco el viernes es sinónimo de escape… aunque de otro tipo… creo que en viernes todos escapamos.

13 octubre, 2010

Autobiógrafo

Una vez alguien le dijo que el mayor error que cometían muchos escritores era escribir sobre ellos mismos, que era un ejercicio estúpido para engrandecer el ego. Él respetó la consigna por mucho tiempo, quiso evitar hablar de sí mismo, pero años después descubrió que no podía escribir sobre cosas desconocidas, se le hacía más fácil contar historias donde sabía que el piso era seguro. Así que, abrazando su opinión con fuerza, tomó la pluma y dejó fluir sus memorias.

05 octubre, 2010

Así fue septiembre

De grandes recomendaciones

Gaby escucha con atención su clase de Teoría Literaria. La profesora habla algo sobre Gorgias. De pronto comienza a hablar de una edición que adquirió y que ya no está en la biblioteca.

—Lo peor que pueden hacer –dice —es robarse un libro de la biblioteca, es lo peor que puede haber, es como si mutilaran el conocimiento, así que no lo hagan.

Todos asentimos con la cabeza.

—En cambio—agregó —Lo mejor que pueden hacer es robarse un libro de alguna librería, ustedes son muy inteligentes, saben dónde está el código, así que lo pueden arrancar cuidándose de librar las cámaras de seguridad, cuenten su tiempo y corran. Eso es lo mejor muchachos, nadie puede morirse sin haber robado un libro de alguna librería.

Bueno, tengo un propósito más en la vida.

xD

De crisis

César, el novio de Tere, está paseando por el zócalo observando cómo adornaron para festejar el maravilloso 15 de septiembre. De pronto comienza a chispear y se refugia debajo de la lona de un puesto, ahí a un lado de él un señor vende avioncitos. César observa cómo el señor lanza una y otra vez los avioncitos mientras dice:

—¡Bara bara, llévese uno a 20 pesos, uno a 20 pesos!

Entonces otro señor se acerca y le dice al vendedor:

—¿Me puede dejar tres por 70 pesos?

—No mi jefe, ya es lo menos…

O.O

Bonito

Parece que septiembre no fue el mejor de los meses. Quise dedicarme a la carrera y terminé dejando de hacer lo que más me llena: ESCRIBIR. Ahora he entendido que puedo hacer las dos cosas y lo haré bien. Septiembre fue bonito, más ese día en que sumida en la tristeza porque todo parecía negro y sin sentido Saúl tocó el timbre de mi casa y me dijo:

—Quiero intentarlo.

Habíamos tenido problemas y esas dos palabras salidas de su boca sonaron casi como un Te amo. Sí, dentro de lo que cabe, septiembre fue un mes muy bonito.

:)

28 septiembre, 2010

Desilusión

soledad1

Reconozco en mí aquello que nunca quise ser. Me di cuenta no precisamente por mirarme fijamente en el espejo, sino por leer con atención mis letras y notar con aflicción mi desempeño en la vida… en mi vida. Soy todo eso que siempre critiqué. Una imagen completa de todos mis traumas, que ya desechados, se adhirieron a mi piel para convertir mi aspecto en una plaga de errores.

No sé por qué apenas me di cuenta, comienza a preocuparme mi perspectiva general de todas las cosas. Sabiendo que no soy ya lo que creí que era… ¿quién me asegura que todo lo demás no es en sí lo que yo venía defendiendo?

25 septiembre, 2010

Inmóvil

images

Estamos lejos y estamos cerca, ya alguien habló de eso alguna vez. Si cierro mis ojos puedo verte, pero todavía me falta perfeccionar tu recuerdo, ver con claridad esas líneas que te aprecio cuando acercas tu rostro al mío para darme un beso. Digamos que, si cierro mis ojos, sólo te veo. Ni siquiera imagino el color de tu ropa, sólo estás ahí, como una imagen intacta que me sonríe. Eres una imagen intacta que me sonríe. Y como imagen intacta intento darte movimiento con mis manos, pero hasta ahora eso sólo ha logrado deformarte, no consigo que te muevas en mi mente… ¿por qué? ¿Por qué?

Necesito que te muevas, porque así, inmóvil, no puedes dar patadas a las ideas de soledad que me invaden cuando tú no estás.

Te extraño.

20 septiembre, 2010

Edmundo

Yo no me acuerdo de mí, por eso escribo un Diario. He leído con gracia mis anotaciones de los doce años, iba en sexto de la primaria y ya había terminado mi relación con Humberto. Vaya, mi ortografía era mala, aún no usaba todos los acentos y no podía escribir bien la palabra decisión. En realidad toda mi redacción era algo torpe, de una cosa me saltaba a la otra dejando lagunas enormes, me gustaría saber qué hubiera dicho sobre ciertas cosas, pero no lo dije… creo que de ahora en adelante seré más cuidadosa al escribir el Diario, no quiero dejar cabos sueltos.

Como aquél de cómo fue que conocí a Edmundo. De pronto aparece mencionado en mi Diario, de la nada, sin preámbulos, no escribí algo como: “Hoy conocí a Edmundo” o “Sé que nunca te he hablado de Edmundo, pero él es…” Sólo hay un fuerte y frío: “Me gusta Edmundo”. Esto lo hace aún más interesante, porque con el paso de las páginas en el Diario quiero hallar pistas que me hagan desentrañar a ese niño misterioso. Sin embargo caigo en ser una escritora fracasada, ni siquiera cuento bien las cosas…

No hay ese detalle de narración como con Humberto, no hay corazoncitos rodeando las páginas, ni siquiera escribí su nombre completo. Jamás lo describí y si me acuerdo de él físicamente es porque guardé una fotografía en el álbum. Era… ¿cómo explicarlo? Simpático, esa es la palabra. Era muy simpático y gracioso además. Lo sé porque muchas de las veces que fue mencionado escribí: “Edmundo me ha hecho reír bastante hoy con uno de esos chistes súper graciosos que siempre cuenta”. Y luego viene otra frase crucial: “Lo he descubierto, me gusta que me hagan reír”.

Nunca lo plasmé en el Diario, pero siempre lo supe, Edmundo iba en el salón de Humberto. Sé que tampoco escribí que quizás me fijé en él para hacer enojar a mi primer ex-novio, pero estoy segura que esa fue mi primera intención al entablar amistad con él. ¡Doce años y pensando en causar celos! ¿Qué tipo de persona soy? Bueno, pues en ese entonces creo que ni siquiera me preocupaba eso…

Pero así es… conocí a Edmundo a los doce años. Y no fue difícil que él se fijara en mí. Tenía don para los chistes, yo el don para reírme de ellos. Nunca nos aburríamos. Y nunca hablábamos de otras cosas que no fueran asuntos graciosos. Aunque él nunca tuvo una bicicleta, nunca me llevó a mi casa y nunca me defendió de alguien. Creo que al hacer esas comparaciones, sin querer, en mi Diario, quedó establecido que, por muy gracioso que fuera todo, él y yo nada teníamos que ver el uno con el otro.

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Waaaa, por fin regreso al blog. Ya los extrañaba. En esta semana me pongo al corriente con todas sus entradas. El puente me secuestró y los deberes escolares también :S Pero sigo viva y con ganas de seguir escribiendo. Saludos y espero que todos se encuentren súper bien :)

08 septiembre, 2010

Tres poesías por el Bicentenario

Debido a la escasez de poesías sobre el Bicentenario, me atrevo a compartir con ustedes el trabajo de la Profesora María Concepción Carera Salas.

¿Dónde están los héroes?

 

¿Dónde están los héroes

que lucharon por la patria?

¿Dónde su ternura?

¿Dónde su valor?

¿Dónde están los héroes

que ofrendaron su existencia?

¿Dónde su bravura?

¿Dónde está su amor?

¿Dónde están los héroes

que vencieron al tirano?

¿Dónde está su esencia?

¿Dónde su canción?

Y la voz de la patria responde:

¡Aquí tenemos uno!

¡Allá tenemos otro!

¡Y en esta magna tierra

tenemos muchos más!

Son jóvenes de ahora

que surgen desde el alma,

de aquellos mis valientes

que me han traído acá.

A este nuevo siglo

de grandes esperanzas,

de retos, de grandezas

y hazañas por lograr.

Son jóvenes que luchan

con base en sus raíces

que Miran a futuro

un México de paz.

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A Don Miguel Hidalgo y Costilla

 

Bendita sea la hora

en que viniste al mundo

con un pensar profundo

y persiguiendo un ideal.

Bendito sea el momento

en que te surgió la idea

de liberar esta tierra

de conseguir libertad.

Benditos sean tus sueños

que construyeron la historia

hasta alcanzar la victoria

sobre el tirano falaz.

Benditos sean tus ojos

que miraron el presente

de aquella esclava gente

y con ahínco luchar

Bendita sea tu lengua

que pronunció la sentencia

y que incitó a la conciencia

de multitud sin igual

Benditos sean tus brazos

que con sincero cariño

tal como si fueras niño

la patria fuiste a abrazar

Benditas sean tus manos

que el estandarte portaron

y con gran fe avanzaron

para la gloria iniciar

Benditos sean tus pasos

porque dejaste tus huellas

para alcanzar mil estrellas

y al fin poder tener paz.

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México Dos mil diez

(ACRÓSTICO)

 

Más que nunca te llevo en el alma

Én este corazón mío que late

Xochicuicatl mereces por siempre

Invocando tu nombre en las mentes

Como un niño que exige tu aliento

O una barca perdida en el mar

 

Doscientos años de libertad

Obra maestra de nuestros héroes

Súbito sueño del padre Hidalgo

 

Magnánima herencia para luchar

Ígneo suspiro del hombre nuevo

Libertad o muerte es el ideal

 

Dos mil diez, era cibernética

Independencia ¿Dónde estás?

Enajenación tecnológica global

Zoom de la conciencia a continuar.

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Las poesías pertenecen a la Profesora María Concepción Carera Salas. Éste sólo es el medio de difusión. Saludos. :)

06 septiembre, 2010

Todo por culpa de “El pelos de elote”

O por culpa de su bicicleta. O por culpa de Humberto porque aquel día no quiso estar conmigo en el recreo. O por mi propia culpa por tenerle tan poca paciencia y…

Humberto y yo duramos más o menos dos meses. Creo que nunca nos tomamos de la mano ni nos dimos algún beso, ni siquiera en la mejilla. Pero todo eso no era necesario. Nos la pasábamos muy bien juntos. Amábamos la bicicleta y podíamos pasar todo el día jugando con ella. Me iba a dejar a mi casa y, a veces, salíamos a dar paseos en ella. Siempre él manejando… siempre yo en los diablitos.

Hasta que un día… como dijo Peyote… sólo hubo dolor. Él no quiso jugar conmigo, tenía un partido “importante” y yo, en lugar de sentarme a ver cómo intentaba parar balones, me fui a jugar con mis compañeros. “El pelos de elote” llevaba su bicicleta.

—¿Me das una vuelta en la cancha de fútbol? —le pedí señalando el vehículo.

—Si quieres te la presto. —me contestó el rubio.

—No, es que quiero ir en los diablitos. —insistí.

“El pelos de elote” accedió y subí detrás de él. Comenzamos a dar vueltas en la cancha de fútbol y pasamos justo en frente de Humberto. Así hasta que terminó el receso.

Luego Humberto fue a alcanzarme.

—¿Qué hiciste? —me preguntó molesto.

—¿Qué hice de qué?

—¿Por qué estabas con “El pelos de elote”?

—Es mi amigo…

—¿Sabes qué? —me dijo Humberto con una voz que no le conocía. —Creo que hasta aquí llegamos… tú no te estás tomando esto en serio…

Yo tenía doce años, él estaba a punto de cumplirlos también. Había sido mi primer novio y yo había sido también la primera para él. Por tanto, era la primera vez que oía esas palabras… y la primera en que mis ojos comenzaron a derramar lágrimas sin explicación. Cuando me vi llorando corrí hacia los baños. Y ahí estaba mi amiga Alondra.

—¿Qué tienes? —me preguntó ella con cierta preocupación.

—Humberto me cortó…

Luego, antes de regresar a los salones, Humberto se acercó a mí. Venía a pedirme disculpas. A decirme que a él también le dolía pero que era lo mejor. Ambos habíamos prometido que seguiríamos andando en la secundaria y él me dijo que si yo quería podíamos regresar cuando fuéramos en primer grado y hubiéramos crecido un poco más…

Todo lo negué. Todo lo rechacé. Había una especie de necedad en mí que no me hizo ceder. Y entre tanto ruego y lágrimas mías… Humberto lloró también… Y cuando lo vi llorar no me conmoví en lo absoluto. Lo tomé de la mano y secando mis lágrimas le dije:

—Sí… tal vez debamos crecer un poco más…

 

 

Esta es la historia con Humberto. Nunca regresamos a pesar de que sí fuimos a la misma secundaria e incluso estuvimos en el mismo salón. Nos volvimos amigos. Y cada vez que nos vemos no podemos evitar sonreír. Fue bonito mientras duró. Él aún ama la bicicleta y, a veces, va a visitarme, sólo que yo ya no me subo a los diablitos.

No Xhabyra, no se dedicó a ofrecerse a los traileros para olvidar mi amor jaja. Lo vi hace como medio año y supe que estaba muy enamorado de su novia y que había comenzado a trabajar. Saludos a Humberto porque con él aprendí dos cosas: 1. No es bueno dar celos a alguien que quieres mucho y que también te quiere. 2. El que él haya terminado la relación me hizo sentir de lo peor… desde ese día yo soy la que termina las relaciones…

03 septiembre, 2010

Súbete a mi bicicleta

Yo le dije a Sandra que aún no era momento de tener novio, pero una semana después de que hablé con ella me hizo reunirme con Humberto en la cancha de fútbol. Él estaba sumamente nervioso y jugueteaba con su balón. Yo no sabía qué decir. El silencio era algo insoportable… entonces él habló:

—Pues ya sabes, ¿no?

—¿Saber qué? —respondí ingenuamente.

—Bueno ya, es que… —en ese momento dejó el balón de lado, me miró a los ojos y con voz firme me preguntó: —¿Quieres… ser… mi novia?

Ahí estaba la famosa pregunta. No era la primera vez que me la hacían, pero sí era la primera en que me paralizaba por completo, todos los efectos habidos y por haber se manifestaron en mí… manos sudadas, latidos a mil por hora, lengua trabada…

—¿Qué dices? —preguntó él luego de que vio que me había quedado completamente muda.

—No sé… te digo a la hora de la salida. —y me eché a correr a mi salón.

 

Cuando la chicharra anunció el fin de las clases, “El pelos de elote” (un amigo de mi salón que era rubio) me dijo:

—Gaby… ¿apoco andas con Humberto?

—¿Por qué? —solté sin querer.

—Bueno, es que… creo que te está esperando…

Volteé enseguida hacia la puerta. Ahí estaba Humberto con su bicicleta. Me acerqué.

—Vamos, súbete a mi bicicleta. —me dijo señalando los diablitos.

—¿Qué? ¿Para qué? —pregunté con nerviosismo.

—Te voy a ir a dejar a tu casa.

—¿En serio? —la idea me parecía genial, por fin no tendría que irme corriendo para llegar a ver la repetición del capítulo diecinueve de Sakura Card’s Captor. Así que me subí a su bicicleta.

En el camino, sujeta de sus hombros, me di cuenta que era uno de los días más felices de mi vida (hasta ese día). De pronto él me preguntó:

—¿Y cuántos novios has tenido?

—¿Yo? Ninguno.

—No te creo.

—En serio, no he tenido ninguno, ¿tú cuántas has tenido?

—Una…

—¿Sí? Y… ¿puedo saber cómo se llama?

—Se llama Gabriela.

—Igual que yo.

—Es que eres tú…

Justo en ese momento llegamos a mi casa.

—Ni siquiera te he dado mi respuesta, ¿cómo sabes que diré que sí? —pregunté a modo de desafío.

—¿Dirás que no? —preguntó con tono preocupado.

—No…

—¿Entonces?

Me quedé un momento callada. Lo miré. De verdad me gustaba. Creo que me puse roja y luego le dije:

—Sí… sí quiero ser tu novia…

Él sonrió ampliamente, bajó de la bicicleta e iba a comenzar a hablar cuando miré el reloj, ¡ya eran las 12:35 pm! Entonces solté de repente:

—Mañana hablamos ¿va? ¡es que ya empezó Sakura!

Y entré corriendo a mi casa.

 

xD

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Para comprender mejor el post, recomiendo leer las partes anteriores:

1 Humberto odioso-grosero-guardián

2 Intervención sandresca

En el próximo post la cuarta y última parte de la historia con Humberto. Saludos :)

30 agosto, 2010

Así ha sido agosto

De no tan buenas impresiones…

Gaby acompaña a su madre al Distrito Federal. Abordan juntas la combi, son como las seis de la mañana y Gaby muere de sueño. Así que una vez en el vehículo no duda en dormitar algunos minutos. A pesar de ir medio adormilada observa de reojo a los demás pasajeros, no reconoce a nadie…

Horas después, ya de regreso a Coyotepec, su madre le hace la plática.

—¿No viste al papá de Saúl? (Para quien aún no lo sepa, Saúl es el novio de Gaby <3)

—¿Dónde? —pregunta Gaby totalmente nerviosa volteando a todos lados, si anda por ahí tiene que saludarlo… ya saben… siempre es mejor causar buenas impresiones..

—En la mañana… en la combi…

—¡¿En la combi?!

—Sí… iba sentado frente a ti…

—¡¿Qué?! —Gaby no puede creerlo. Ni siquiera notó la existencia del papá de Saúl… ahora tiene que replantearse eso de causar buenas impresiones…

:S

Despistado

Gaby, Tere y Lety (hermana de Tere) vienen platicando en el tren suburbano. Gaby sostiene el celular en las manos porque no tiene bolsas para guardarlo. Eso no es ningún impedimento para que se enfrasque por completo en la charla. Pronto la grabación resuena en los vagones del suburbano: “Próxima estación Buenavista, ningún pasajero debe permanecer abordo”.

Las tres chicas se ponen de pie para salir. Gaby es la última… de pronto se acuerda del celular, ¡no lo tiene en las manos!, se regresa al asiento… ¡no está! Todos ya han salido, se mueve con brusquedad tratando de hallar el aparato y entonces oye un ruido seco… algo se ha caído de su mochila y fue a dar… ¡a las vías! Entonces el sonido de cierre de puertas comienza a escucharse, sale del vagón y se asoma a las vías… todo está completamente oscuro…

—¿Qué pasó? .—pregunta Tere al notar que Gaby está hincada al lado del vagón.

—Creo que mi cel se cayó a las vías…

—¿Qué? A ver espera, vamos a marcar.

Mientras Tere marca con su celular el número de Gaby, ella se pone a pensar en cómo hará para convencer a todos de mover el suburbano y poder recuperar su celular. Entonces comienza a sonar la musiquita, Gaby espera ver la luz de la pantallita en las vías… pero en lugar de eso siente cómo vibra su espalda…

—Gaby… ¿qué no te acuerdas que mientras platicábamos metiste el celular en la mochila? —dice Lety.

—¿Ah sí? Pequeño detalle…

(Nunca supe qué rayos fue lo que se cayó a las vías…)

:P

Pepsimanesco

Tere juega Pepsiman en el PlayStation que trajo David al departamento. Gaby sólo la observa. Después de varios minutos ambas descubren que Tere no ha podido pasar el nivel de los búfalos (es como el nivel 7 u 8 del juego, quién sabe…).

Gaby piensa que Tere desistirá pronto, pero pasan más minutos y Tere sigue intentando. Se ha repetido tantas veces el Game Over en la pantalla que Gaby se pregunta si es buena idea decirle a Tere que desista… sin embargo la chica insiste con el control entre sus manos… luego de un rato más declara a Gaby:

—Pepsiman es como el cálculo.

—¿Por qué lo dices?

—Puedes reprobar y reprobar y siempre podrás volver a cursarlo hasta que lo pases un día.

Efectivamente, luego de muchos intentos, Tere logró pasar de nivel.

:D

Olvidadizo

Gaby escucha sin querer la conversación en una combi (No, no es la misma en la que iba el papá de Saúl).

—¿Ya le diste el abrazo a tu mamá? —pregunta un señor a su hijo como de siete años señalando a su esposa que viene sentada frente a él.

—¿Apoco hoy es su cumpleaños? —pregunta el chamaco sin despegar la vista del celular.

—¿Ves? Nadie se acuerda de mí… más en mi trabajo me felicitaron… pero ustedes… .—la madre se nota muy afligida y sus ojos comienzan a ponerse rojos.

—¡Mira papá! ¡Ya rompí mi récord!

Auch.

u.u

¿Gracioso?

Saúl y César están en la banqueta. De pronto a Saúl se le ocurre cruzar la carretera, sólo que no se da cuenta y Piiiiiiiiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiiiii se oyen el claxon de un automóvil que casi lo atropella. Cuando Saúl mira al conductor descubre que ¡oh sorpresa! ¡Es el papá de Gaby!

Con razón ahora Gabriela entiende por qué su padre le dijo por la tarde:

—Casi mato a mi yerno…

o.O

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Sí, este es un post intermedio, ya saben, es tradicional narrar mis experiencias cuando cada mes está a punto de terminar. Pasado mañana no se pueden perder la continuación de la historia con Humberto… apuesto a que varios suspirarán jaja. Saludos :)

28 agosto, 2010

Intervención sandresca

—¿Y a ti quién te gusta? —me preguntó Sandra, una amiga que iba en el salón de Humberto. Era la hora del receso y estábamos sentadas cerca de la cancha de fútbol viendo cómo jugaban nuestros compañeros.

—¿Quién me gusta? Pues… —dije dudando por un momento si sería buena idea revelar mi pequeño secreto.

—Anda dime… y yo te digo quién me gusta… —insistió Sandra.

—Bueno… pues… me gusta el portero… —y señalé hacia Humberto. Sandra se llevó una mano a la boca, luego me miró incrédula y preguntó de nuevo:

—¿Humberto? ¿En serio?

—Sí… ¿por qué?

—No, por nada… pero ya sabes, tiene fama de ser un grosero y un peleonero… ¿en serio te gusta? ¿Aunque todos los días se agarre a golpes con alguien?

—Pues… sí… es mi amigo.

—Yo lo conozco desde chiquita, ya sabes, mi mamá y su mamá son amigas… si quieres le puedo insinuar que tú quieres con él…

—¡No cómo crees! Yo todavía no pienso en novios… (ajaaaaaa xD)

Sandra no insistió, me dio referencias del chico que le gustaba y luego regresamos a nuestros salones. Pero me dejó pensando, era cierto todo lo que ella había dicho. Humberto era el niño que todo lo resolvía a golpes… los maestros siempre lo regañaban, algunos niños hasta le tenían miedo… pensé en eso todo el resto del día… y descubrí que todas las peleas que yo le conocía estaban justificadas.

Una vez, por ejemplo, le pegó a un compañero porque éste le había quitado el desayuno a una niña de primer grado. Otra vez se agarró a golpes en la calle porque otros habían insultado a su mamá. Y no se me olvidaba aquella vez que le había pegado al sujeto que me tiró por las escaleras… sí… era un hecho… Humberto me gustaba.

La hora de la salida llegó pronto. Siempre me iba corriendo a mi casa porque llegaba a ver Sakura Card’s Captor. Pero ese día sacrifiqué la repetición del capítulo trece sólo para quedarme a platicar con Sandra… tal vez en el fondo… muuuuy en el fondo… yo ya pensaba en novios…

Pronto salió el otro grupo. Sandra me vio y antes de que yo le dijera alguna palabra ella se acercó a mí con una sonrisa en el rostro y me dijo emocionada:

—¡Le gustas a Humberto!

Le pedí que bajara la voz y entonces me contó con lujo de detalles cómo le había sacado la sopa. Al parecer sólo le había iniciado una plática acerca de mí y antes de que Humberto pudiera darse cuenta, él mismo se había delatado hablando maravillas de mi persona. Yo tenía una amplia sonrisa en el rostro, estaba completamente emocionada, eso de las mariposas en el estómago (frase trillada, pero cierta) se aplicó en mí… me desconecté del mundo… y entonces la voz de Sandra me regresó a la realidad.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Cuándo quieres que se te declare?

—¡¿Qué?!

Continuará…

26 agosto, 2010

Humberto odioso-grosero-guardián

Humberto fue la primera persona que me causó problemas con mi manera de clasificar a la gente que conocía. No cabía en la categoría de amigo, pero tampoco en la de enemigo. Y  a la vez estaba entre los que me caían bien y también entre los que me caían mal. A veces era la primera persona que yo defendía, muchas veces fue también al primero que acusé sin dudar. Su sola presencia me perturbaba. Era obvio, Humberto me gustaba.

Era terriblemente odioso. Me jalaba los cabellos y me aventaba bolitas de papel en las clases. Se burlaba de mí todo el tiempo, que mi voz era muy chillona, que mis prendedores parecían sacados de la basura, que por qué hacía las cosas como las hacía. Con él, debo ser franca, aprendí a pelear y defenderme, no dudaba en jalarle los cabellos hasta sacarle lágrimas, lo pateaba y le daba puñetazos en el estómago. Podría decirse que con él conocí mi lado violento (uno que yace dormido desde entonces).

Teníamos once años, bueno, creo que él tenía diez. Nos conocíamos desde los siete y esa relación no había cambiado en lo absoluto. Siempre era él el que molestaba, siempre era yo la que lo golpeaba. Nos odiábamos a muerte. Llegó a decirme que él hubiera sido feliz sin mi existencia… pero cuando yo no iba a la escuela era el primero en preguntar sobre mi ausencia.

Aquella vez… hubo un concurso de aptitudes físicas. Me acuerdo perfectamente que yo le gané. Y como yo era la ganadora podía usar su bicicleta para pasearme un rato. Pero él no me la quiso prestar. Y yo de veras quería darme una vuelta. Así que se la pedí una vez. Y él dijo NO. Se la volví a pedir. Y él dijo NO. De nuevo se la pedí. El NO salió de sus labios. Entonces lo pateé y tomé la bicicleta echándome a correr…

Pero él me alcanzó… y me pegó. Fue la primera vez (y última) que un niño me pegó. Así tal cual. Así como se oye. Claro… no caí noqueada, ni siquiera fue tan grave, pero el hecho de que él, que tantos golpes había recibido de mí sin quejarse, me hubiera pegado fue un shock psicológico fatal. El niño que me gustaba me había pegado… Así que sin decir una palabra le devolví la bicicleta y le dejé de hablar en varios meses.

¡Cómo sufrió entonces Humberto por no poder burlarse de mí! Cada vez que lo intentaba le mandaba una de esas miradas de hielo que se me dan. Había desaparecido de mi mundo y él sólo se esforzaba en volver a estar en alguna de esas listas que yo formaba.

—¿Te caigo bien? —preguntaba y yo negaba con la cabeza. —Entonces te caigo mal.—y yo seguía negando con la cabeza. —Bueno, entonces dime por qué no me hablas…

—¡Oh, qué raro! Creo que las moscas hablan… —respondía frívolamente despreciándolo con la mirada.

Y un día… a alguien se le ocurrió empujarme de las escaleras… resbalé a uno de los últimos escalones (eran sólo cuatro, pero aún así me dolió). Las lágrimas comenzaron a salir de mi rostro y el primero que me vio fue Humberto. Se acercó corriendo a mí, me ayudó a levantarme, me preguntó muchísimas veces si me encontraba bien. Llamó a sus amigos para que cuidaran de mí, mientras él, inesperadamente, fue a corretear al mocoso que me había empujado.

Sólo recuerdo el haber visto cómo Humberto corrió por casi toda la escuela detrás de aquel chamaco travieso. No desistió hasta alcanzarlo y una vez que lo logró lo golpeó y lo hizo pedirme disculpas. Desde día se le hizo la maña de preguntar cómo me encontraba, se volvió amable, dejó de molestarme y regañaba a todo aquel (o aquella) que osara insultarme. Fue una especie de guardián…

Nos volvimos buenos amigos.

Y un día sucedió que pasamos a sexto de la primaria. Teníamos doce años, bueno, creo que él tenía once… y entonces… nos tocó en salones diferentes… y…

y…

 

Continuará…

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Chin, por 32 minutos no pude cumplir mi promesa, les pido una disculpa a todos u.u

23 agosto, 2010

Introducción a capítulos novieros

¿Cómo justificar a Gabriela? Se levanta todos los días con ganas de ir a la escuela, hace todas las tareas, porque aunque antes no sucedía, ahora el deseo de seguir aprendiendo la llena por completo. Lee más que antes, escribe más que antes (en cuadernos y hojas sueltas, razón por la que ha descuidado el blog). Ahora mismo intenta narrar algo interesante en este sitio virtual que ella aprecia mucho.

¿Qué les va a contar a sus lectores? Es que hay tantas cosas. Piensa, por ejemplo, en lo que sucedió ayer cuando venía con Tere en la combi. Ambas platicaban sobre cosas cotidianas, pero entonces una señora y su hijo de nueve años se interpusieron entre ellas… minutos después la señora había desahogado toda su vida a Tere y el niño contaba todos sus planes de vida a Gaby. Ambas chicas bajaron de la combi tratando de asimilar lo sucedido.

—No cabe duda que tenemos una suerte extraña.—dijo Tere.—¡Imagínate! ¡Esa señora viene de ver a su padre al cual no veía desde hace 25 años! Y compartió su felicidad conmigo…

—Y ese niño… ¡quiere ser maestro!, pero su abuela no lo deja porque ella quiere que sea abogado o médico… yo le dije “lucha por lo que amas porque si no te arrepentirás toda la vida”, espero que me haya entendido…

Mientras platican, Tere y Gaby siguen su camino hacia Ciudad Universitaria, ya la tercera semana de clases, tan rápido que pasa el tiempo… aunque iniciaron su charla hablando del encuentro inesperado con esas dos personas (a las cuales ni les preguntaron el nombre), en el metro la plática ya es sobre los novios… ¿Cómo se evolucionó a ese punto? ¡Quién sabe! ¿Han tenido alguna vez pláticas tan exquisitas que inician con el color de un vestido y terminan con el origen del Yakult? Pues Gabriela sí…

Entonces Gaby repara si es buena idea compartir con los lectores la historia de sus noviazgos. Los lectores sólo conocen la historia de C y de Saúl <3 Todas las demás son historias casi desconocidas para el mundo entero (léase MI mundo), nunca ahondó en ellas porque C lo abarcó todo y actualmente es tan feliz al lado de Saúl que todo lo demás vendría sobrando.

¿A quién le puede interesar la vida noviera de una Gabriela que dice saber escribir? Pues en primer lugar… a ella… :D Después a los que fueron “los novios” y luego a todo aquél que tenga un poquito de romántico y de chismoso :P… Ella advierte, por medio de esta introducción, que los próximos posts podrían adjetivarse como melosos, cursis, tristes, molestos, increíbles, graciosos y ¿por qué no? hasta aleccionadores, pues todo lo narrado será basado EN LA VIDA REAL (nótese música de telenovela), así que, obviamente, pueden tomarse unas largas vacaciones con respecto al blog, Gabriela no se molestará en lo absoluto.

Entonces ¿están listos para conocer a la Gaby de 12 años? ¿Listos para saber el nombre del primer niño que recibió el SÍ? Pues los veo pasado mañana (es una promesa) con el primero de varios capítulos novieros :P

10 agosto, 2010

El ausente

Te dieron ganas de perderte y lo lograste. Quisiste ser invisible para el mundo y ahí está el resultado, apenas recuerdas la forma de tu sombra recortada en el asfalto. Hiciste creer al mundo entero que estabas triste y los chocolates inundaron tu habitación… irónico, te gustan todos los dulces, menos los chocolates… aunque digan que ayudan a la depresión…

Te dieron ganas de desaparecer y cuando te diste cuenta ya estabas muy lejos de tu casa, creíste en aquella filosofía de disfrutar los momentos, así que te sentaste al lado de la carretera a mirar al cielo. Viste tantas figuras allá arriba que te preguntaste si no existían en la tierra, tomaste una varita y todo lo que veías en el cielo azul lo reprodujiste en la arena blanca. Luego el aburrimiento te invadió…

Quisiste contar ovejas, pero sólo había automóviles… esto fue lo que conseguiste: nueve autos blancos, cinco verdes, diez rojos y tres vochos amarillos… lástima que no había nadie al lado para ser golpeado… Te dejaste caer en el camino, querías dormir ahí, estabas tan cansado…. cansado de todo… de todo esto que es la vida… la vida…

Sentiste cómo las hormigas comenzaban a subirse a tu cuerpo y te asustaste. Rápidamente te pusiste de pie y decidiste regresar a casa… pero en el camino, luego de venir tarareando una canción… te dieron… sí, ya sabes, te invadieron esas ganas incontrolables de salir a buscarla. Inmediatamente tu sentido común te detuvo:

¿Para qué? ¡No la busques! ¡Todo es vano!

Y a pesar de saber todo eso corriste hasta su calle…

 

 

Si hubieras sabido…

si tan sólo te hubieran dicho…

que dejaste pasar siete años…

 

 

¿Tú qué demonios sabes de la manera en cómo transcurre el tiempo? Tus ojos se hicieron grandes y vidriosos… y luego parecía que mirabas el infinito… no oías cuando alguien te hablaba… parecía que mirabas otro mundo… Tal vez por eso, desde entonces, te apodaron “El ausente”…

 

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

Texto inspirado en narrarles el porqué de mi ausencia en el blog y en los comentarios de sus entradas… pero una palabra llevó a otra y obtuve ese resultado. Un día les contaré dónde anduve en todo este tiempo… xD Saludos a todos :) Waaah, de verdad quiero contarles muchas cosas, regreso a clases, asuntillos raros por ahí, de RecreArte y Tiempo Predestinado. Pronto. Espero que todos estén súper bien de salud :) Gracias por leerme.

31 julio, 2010

Así ha sido julio

Sanado

Ella llega media hora tarde, él la ha esperado sentado en una de las jardineras. Ninguno de los dos está nervioso, más raro en ella que se sobresaltaba con sólo oír su nombre. Pronto sus miradas se encuentran, ella se sienta junto a él. Comienzan a platicar, tres horas después siguen enfrascados en una conversación. Pronto tienen que irse. Caminan juntos. Sonríen.

—¿Sabes qué es lo más genial? —pregunta ella mirándolo con vivos ojos.

—¿Qué?

—Que ya no me dueles.

Él se limita a esbozar una triste sonrisa y permite que sea el silencio quien lo llene todo.

:)

Feriado

Gaby, Saúl, Jorge, Ana y César están formados para subir a un juego mecánico que parece brindar la sensación más extrema de toda la vida. El juego tiene asientos por parejas y ellos son cinco.

—¿Quién va a subir solo? —pregunta César.

Rápidamente Gaby toma la mano de Saúl y Ana se acerca a Jorge. Él inmediatamente trata de conseguir pareja para el juego, pero todos lo rechazan. Argumentan que ni locos se subirían a eso, que no quieren morir jóvenes. El momento de subir llega. Gaby se sienta junto a Saúl. Ana junto a Jorge. César sube y a su lado se sienta otro chico.

—Vengo solo.—dice el tipo acomodándose en el asiento.

El juego da inicio. Un fraude total. No brinda nada de sensación extrema. Al bajar todos se quejan, pero César arguye:

—Bueno, al menos hice amistad allá arriba…

Todos voltean a ver al sujeto, éste sonríe misteriosamente…

O.O

Saturado

Pocos minutos antes de las nueve de la mañana Gaby está listísima para ingresar al sistema donde tendrá que inscribir sus materias. A las nueve en punto intenta entrar, al igual que cientos de personas más que atiborran la plataforma. “Lo sentimos, la página está MUY saturada, inténtelo más tarde”. 56 minutos después Atenea se apiada de Gaby y logra inscribir sus seis materias en el horario que quería: Griego III, Latín III, Historia de Roma II, Literatura Griega I, Teoría Literaria I y Mitología Grecorromana.

Es un milagro, no conoce a nadie más que haya corrido con la misma suerte.

n.n

Contento

Gaby se reencuentra con varios de sus amigos del CCH. Cuando ve a Omar corren a abrazarse:

—¡Omar!

—¡Gaby!

—¡Tiene como muchos años que no te veo!

—¡Uno!

Sonríen. Omar la observa y el rostro se le ilumina:

—¡Creciste!

—¿De verdad?

—Sí, en serio… o yo me encogí…

—No, no me quites la emoción… ¿Ya oyeron? ¡Crecí!

:D

Lluvioso

Gaby y Saúl caminan tomados de la mano bajo la llovizna que cae en Coyotepec. Platican de muchas cosas. Descubren algo: La lluvia con compañía es como un día de sol. Je t’aime Xuul.

<3

27 julio, 2010

No podrás escribir nada

“No podrás escribir nada”

“No podrás escribir nada”

“No podrás escribir nada”

El hombre arranca la hoja de papel, sus dedos lo presionan con fuerza y lo lanzan al cesto de basura. Es la clásica imagen de alguien que no sabe qué escribir, o si lo sabe, pero no le gusta cómo suena.

Una taza de café.

Otra.

Cigarrillo.

Hasta un poco de marihuana.

Todo en balde.

“No podrás escribir nada”

“No podrás escribir nada”

Se lleva las manos a la cabeza y jala con fuerza sus cabellos. Prende el radio, aumenta el sonido. Nada funciona. Julio es un mes frustrante. Frustrante. Realmente frustrante. Trata de describir a julio en la hoja de papel, las líneas lo apedrean mientras le gritan sin recato:

“¡No podrás escribir nada!”

Estas líneas me dicen que no podré escribir nada, pero ya lo estoy haciendo y eso cuenta ¿no? ¿Verdad que sí cuenta? ¿Verdad? Sigo escribiendo y escucho claramente cómo me gritan:

¡No podrás escribir nada!

Tal vez debería creerles, porque ya me dio hambre y tengo sueño… además sobró café y esa cannabis ¿quién se la terminará? Ni modos de dejarla solita… tal vez deba dejar de hacer esto, la inspiración falla hoy… sí, eso es, la inspiración se fue…

Se fue con ella…

Ella…

¿Realmente la volveré a ver?

El hombre deja en paz el papel. Se sirve otra taza de café, abre un libro. Tal vez sea cierto, hoy no podrá escribir nada. Y la frase adorna el silencio. Triunfante.

21 julio, 2010

Batallar amándote

Afuera brotan corazones

desean enamorarse,

florear gloriosamente

hundidas ilusiones.

Jocundos lanzallamas

llameantes magnamente

nacer omnipotente

poesía quisquillosa,

recolectar sinfonías

tarareando unánimes versos

y… ¡Zambomba!

 

Ya vinieron utopistas

tomando suavemente

románticas quimeras,

profundos objetivos,

necios melancólicos

llevándose latidos,

jadeantes, invadidos,

huyendo globalmente…

 

Fácil enamorarse

duele, créeme,

batallar amándote.

 

Abril G. Karera

Febrero de 2007

16 julio, 2010

Des-ahogo

Laguna en Coyotepec

Ay amor, tú me dijiste que si me lanzaba al agua me rescatarías y no lo hiciste. Dime, ¿para qué me mientes? Era más fácil que me hubieras dicho que jamás aprendiste a nadar y así yo no me hubiera afanado tanto en echarme un clavado desde la rama más alta del árbol.

Bueno, ya no hay más que hacer. Sólo avísame cuando mis pulmones saquen toda esta agua. Y trata de exhalar al lado mío. Quiero que tu aire se anide en mis pulmones.

Igual y así será más fácil des-ahogarme.

14 julio, 2010

Crecer

Crecer. Siempre te dicen que un día vas a crecer y todo en tu vida va a cambiar. Que tendrás que hacerte responsable, tendrás que aprender a tomar tus propias decisiones, tendrás que trabajar para que con el sudor de tu frente puedas ganarte el alimento de cada día. Te dicen que debes estudiar mucho, que debes prosperar, para que tu situación económica sea mejor que la de tus padres y puedas ofrecer una mejor vida a tus hijos.

Algún día te casarás, formarás una familia, debes procurar no divorciarte, pero si sucede… pues ya que. Debes viajar, intentar conocer otras perspectivas. Nunca debes decaer. Tienes que ser un adulto ejemplar y tener una vida ejemplar y así, cuando te mueras, mueras feliz por todo lo que has hecho en la vida.

No sé cuántas personas han logrado en realidad todo eso que quieren. Cuántas han salido de la clase “media” o “baja” para llegar a la “alta”. Sé que existen. No lo dudo. Pero creo que son realmente pocas. Cuando iba en la secundaria y me preguntaban qué quería de mi vida, siempre respondía que iba a ser una persona realmente importante, saldría en los programas culturales de la tv, daría conferencias alrededor del mundo y podría tener un buen sueldo. Sueñas demasiado, me decían, no anheles tanto porque la decepción puede amargarte la vida.

Mi profesora de Historia Universal en el CCH decía que es casi imposible que las personas asciendan de clase social. Si naciste en la clase media, crecerás en la clase media y morirás en la clase media, todos intentan salir, pero créanme, es la lucha más estúpida que alguien puede realizar. Todas esas cosas me habían decepcionado. Sin embargo nunca dejé de lado mi meta.

Yo creo en aquella frase que dice “Lucha siempre por lo más grande y realizarás cosas grandiosas”. Hace un año comencé a estudiar mi Licenciatura y me mudé de casa. Mamá estaba destrozada, me extrañaba mucho. Mis abuelos no entendían por qué me afanaba tanto en ir a la ciudad, si había escuelas más cercanas, ¿Para qué? Todo está tan degradado allá. Pero luego descubres que la degradación no está sólo en la ciudad. Abunda en el mundo entero. Tú mismo te degradas en algún tiempo de tu vida. Y ¿degradación? ¿Qué rayos es eso?

Estas vacaciones han sido realmente difíciles. Cuando me fui a Coyoacán mi mamá se había mudado a mi habitación, decía que así me extrañaría menos. Hoy, cuando me levanté, descubrí que se había cambiado de nuevo a su antigua recámara.

—¿Por qué se está saliendo de mi cuarto? —pregunté (sí, yo hablo de usted a mis papás).

—Bueno… ya aprendí a no extrañarte… y me di cuenta que ya creciste… creo que es hora de dar el siguiente paso.

—¿Y cuál es el siguiente paso?

—Aceptar que aunque ésta siempre será tu casa tú tienes otros planes en mente, nunca volverás a ser esa niña que todo el día estaba aquí.

Tal vez. Sólo tal vez, me hubiera reservado aquello de que no planeo regresar las próximas vacaciones. No les hubiera hablado con detalle de mis planes a futuro. No hubiera mencionado de nuevo mis ganas de obtener la beca al extranjero. No les hubiera pedido que confiaran en mí. Porque duele que piensen que has crecido… cuando tú ni siquiera te habías dado cuenta del cambio.

04 julio, 2010

Destrozo

A veces creo que el mundo es un destrozo

pero

 

noto que en los añicos de ese quebradero

 

existo…

 

 

Más bien…                                                    mi propio mundo es el destrozo,

porque si miro con atención los universos que convergen en mi vida

 

descubro que a pesar                               de las tristezas, las injusticias, los horrores y los golpes

 

hay gente que sigue adelante

 

sin siquiera lamentarse el por qué de su situación

 

sólo luchando sin cansancio

hasta el final.

29 junio, 2010

Así ha sido junio

Vacío

El sacerdote se dirige a todos con mirada triste, parece comprender el dolor que alberga la familia debido a la muerte de Ricardo. No es que todos sean realmente creyentes de Dios, pero las palabras del padre logran que uno se sienta más tranquilo.

—Hablo de vacíos. —dice el sacerdote. —Les pondré un ejemplo sencillo, hay personas que se parecen a las esferas de los árboles de navidad, ¿cómo son esas esferas?, son sumamente frágiles, dentro no tienen nada, ¿y qué sucede?, se destrozan por completo. No sólo se quiebran un poquito, se pulverizan, tanto que es imposible recuperarlas. Así hay personas en este mundo, van acumulando vacíos en su interior. Una persona con vacíos se derrumba fácilmente, no es capaz de afrontar las maravillas y los dolores de la vida. Por eso les digo lo que dijo Amado Nervo Siempre que haya un hueco en su vida, llénenlo de amor.

u.u

Descuidado

Gaby espera emocionada que los profesores terminen de subir calificaciones. Hasta el momento tiene dos 9 y dos 8. Sólo falta una materia, la única en la que tiene esperanza de obtener 10. Revisa su historial académico y oh la lá, no tiene 10, ¡tiene NP!

Rápidamente se pone las pilas para saber el por qué de ese terrible error. Resulta que pequeña Gaby nunca se preocupó por verificar que estaba realmente inscrita en todas las materias. Asistió durante todo el semestre a una clase que no le correspondía y su verdadero grupo nunca la conoció. Ahora paga las consecuencias del mugroso descuido, esperemos que en agosto esto se pueda solucionar.

u.u

Desilusionado

México perdió 3 goles por 1 ante Argentina, lo que ocasionó su eliminación del Mundial por quinta vez consecutiva en los octavos de final. Rápidamente los grupos en Féisbuk no se hicieron esperar para resaltar los cuatro momentos inolvidables del partido:

1. Gol injusto de Argentina: “FIFA Federación Internacional de Fallas Arbitrales” 1 807 fans

2. Regalo de Osorio: “Osorio no t dieron sandwich o q pedo ya ni la chingas” 67 213 fans

3. Golazo de Tévez: “Tévez que TREMENDO GOOOOOOOOL!” 65 010 fans

4. Gol de Chicharito: “Chicharito gracias por ese último goooooooooooool” 10 654 fans

Y claro, lo que no podía faltar:

Chicharito el héroe, Osorio el traidor y el arbitro el villano ¬¬” 11 773 fans

100 millones de mexicanos… miles de futbolistas… 23 seleccionados… Y METES AL BOFO?!?!” 19 067 fans

Por Carlos Salcido quien dio un partidazo y nadie se lo ha reconocido por Facebook” 3 307 fans

Tranquilos. La selección de Alemania se vengará por nosotros! =’)” 8 256 fans

Por los que piensan que México juega como nunca y pierde como siempre” 65 027 fans

Al fin que ni queríamos seguir en el mundial ¬¬” 33 294 fans

De aquí a cuatro años habrá que probar suerte con Wonder…” 9 538 fans

Faltan 1442 días para Brasil 2014!!! VAMOS MÉXICO!!! SÍ SE PUEDE!!! jajaja” 65 042 fans

Nota: Aclaro que yo no tengo nada en contra de los argentinos. Y esto es una muestra clara del por qué se pierden tantas horas en el féisbuk.

xD

De extrañar

Sólo eso.

Extraño a Saúl.

:(

25 junio, 2010

Cinco cosas

Luis Marín me nominó para realizar esta pequeña cadena. Tengo que decir cinco cosas que me gustaría hacer antes de morir. La verdad es que cinco cosas solamente es muy poco. Ya alguna vez Peyote había hecho una entrada sobre las cosas que deben hacerse antes de morir.

No quiero morirme sin antes:

1. Haber terminado una novela que inicié hace 10 años, se llama Soise Resurger y está inspirada en mis poderes mágicos y los sucesos increíbles que me pasaron a los ocho años.

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2. Haber visto en vivo a mis artistas favoritos, en especial a Natalia Lafourcade, ColdPlay y la banda japonesa Asian Kung-Fu Generation (dicen que vendrán pronto, ojalá sí :D).

En Delfos grabando

3. Haber ido al Oráculo de Delfos en Grecia. Quiero que la pitonisa revele mi futuro, un futuro que ya sé, pero que quiero comprobar mediante ella. Este deseo lo tengo anidado desde que leí El Misterio del Solitario de Jostein Gaarder. Debo cumplirlo.

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4. Haber tenido una casa grande en Querétaro. Me gusta ese estado. Quiero una casa de dos pisos, blanca, con un jardín grande y una biblioteca enorme, espero superar la colección de Alí Chumacero :)

5. Haber descubierto otras cinco cosas que hacer antes de morir. Sé que faltan tantas… uno siempre es capaz de dar el paso siguiente :) Quiero hacerlo.

 

En lo personal, no me gustaría morir anciana. Tampoco muy joven. Pero uno qué sabe. Las cosas suceden…

Otorgo esta cadena especialmente a:

  1. Andrés
  2. Giovanni
  3. Betzabé
  4. Monninita
  5. Sort

y a todo aquél que guste hacerlo también :)

Saludos n.n